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Unos días más tarde, Edward estaba en su despacho cuando tocaron en la puerta.

-Adelante.

La puerta entonces se abrió y apareció Zachary. Edward se levantó rápidamente.

-Tranquilo, vengo en son de paz.

-No me fío de ti- dijo Edward mirándolo con desconfianza.

-Será mejor que te sientes.

-¿Sucede algo?

-No he recibido más notas de ese hombre, es probable que se haya enterado ya de que Sairin es mi hermana.

-¿Y qué vamos a hacer?

-Si no recibo una nota en dos días, me marcharé al continente, hay un barco que zarpa en unos días desde Escocia y si no sucede nada, me gustaría cogerlo.

-Yo no puedo contra ese hombre solo- dijo Edward, sirviendo unas copas de brandy.

Le entregó una a Zachary que se lo bebió de un trago.

-Tienes a tu hermano.

-Mi hermano es cómo si no estuviera porque se pasa el día detrás de las mujeres.

-Yo no puedo quedarme mucho más tiempo, la ley me busca.

-Déjanos ayudarte y podrás quedarte.

-Tengo que marcharme, es lo mejor, no quiero perjudicar a nadie con todos los delitos que he cometido.

-Un mercenario cualquiera no hubiera dicho eso, lo que quiere decir que al encontrar a tu hermana ha vuelto a revivir tu corazón.

-Es posible, pero aún así... no me merezco todo esto, lo mejor es que me vaya.

-¿Haces esto por lady Catherine?

Zachary levantó la vista y lo miró.

-¿Cómo sabes que es por ella?

-Entonces es por ella.

-Sí, pero ¿cómo lo has adivinado?

-Lady Catherine se lo contó a Sairin y ella me lo contó a mí. Ella te quiere.

-Por eso mismo me tengo que ir.

-¿Porque te quiere? No lo entiendo.

-No quiero que ella siga sintiendo algo por mí, ella se merece algo mejor que yo.

-En algo estamos de acuerdo- dijo Edward lo que hizo que Zachary lo mirara con una ceja enarcada- lo siento, pero aún no he perdonado que me hayas intentado separar de Sairin.

-¿No crees que ya he pedido suficientes disculpas por eso?

-Sí, pero no se me olvida.

-No sé ni para qué vine a hablar contigo.

Zachary se levantó para marcharse.

-Espera...- el hombre se detuvo- ella te quiere demasiado y no te dejará ir así como así, piensa bien lo que quieres hacer, Zachary, en tu mano está que ella sea feliz.

-¿Y qué hago?

-No lo sé, yo no puedo aconsejarte en algo así porque tu corazón o tu mente son los que deciden qué camino tomar, huir o quedarte.

Atrápame en tu pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora