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            -Eres una amante fantástica- dijo el noble a Amanda.

            Ella sonrió y le acarició el torso con lujuria y pasión.

            -Tengo poca experiencia, señor, pero aprendo muy rápido las reglas del juego del amor…

            -Ya me he dado cuenta, querida- dijo el noble mientras le masajeaba los senos.

            Ella se arqueó al notar como sus pezones se ponían erectos de nuevo y su amante los mordía con suavidad.

            -Oh, señor…- decía ella jadeando y notó la erección del hombre entre sus muslos.

            El hombre volvió a penetrarla e hicieron el amor nuevamente. Cuando ambos llegaron al clímax, el noble se acostó al lado de Amanda y la miró.

            -Eres una mujer muy especial… ¿lo sabías?

            -No… nadie me lo había dicho nunca- dijo sonrojada.

            -Pues debes saberlo, querida, y por eso quiero encomendarte una misión.

            -¿Una misión?

            -Sí, una misión.

            -¿Qué misión es esa, mi señor?

            -En principio es una tarea sencilla, quiero que vigiles muy de cerca a Sairin Lindsey.

            -¿A la señorita Sairin? ¿Para qué?

            -Porque quiero que me entregue algo que me pertenece y te necesito a ti para que la vigiles.

            -¿Para eso me quería llevar a su cama? ¿Para ahora pedirme que vigile a la mosquita muerta esa?- preguntó Amanda sentándose indignada.

            -No es sólo por eso, eres una mujer impresionante y me encantas pero necesito de tu ayuda para acabar con ella cuanto antes y que me entregue lo que es mío.

            Amanda meditó durante algunos segundos.

            -Bueno, pensándolo bien… la casa de lord Edward estaba mejor sin la presencia de esa jovencita. No sé, he notado que las cosas han cambiado un poco porque a la llegada de ella me he quedado sin mi ayudante, Gabriella, porque lord Edward decidió ponerla de dama de compañía de esa Sairin.

            -Entonces… ¿me ayudarás, cariño?- preguntó el hombre acariciándole la espalda.

            -Sí, mi señor, estoy dispuesta a ayudarle- dijo Amanda sonriendo maliciosamente.

            -Perfecto, necesitaré que me envíes una misiva todos los días con cada uno de sus movimientos, yo enviaré a alguien para que recoja la información todos los días y cuando lo crea necesario te enviaré una contesta ¿de acuerdo?

            -Sí, señor- dijo ella.

            Ambos sonrieron con malicia.

            -Muy pronto recuperaré lo que es mío y te haré la mujer más feliz del mundo…

            -Es lo que más deseo, mi señor…

            -Bueno, mejor olvidemos el tema de Sairin Lindsey y aprovechemos el tiempo en otras cosas- dijo el hombre recostando a Amanda sobre las almohadas y volviéndose a poner encima de ella para dejarse llevar por la pasión desenfrenada de los amantes.

Atrápame en tu pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora