Cerca del mediodía llegó un carruaje con el baúl de Sairin, Gaspard era el encargado de traerlo. Las sirvientas de Edward prepararon una habitación para Sairin y los sirvientes trasladaron el baúl a la habitación.
Cuando ya estaba la habitación lista, Edward acompañó a Sairin a ver su cuarto. Al entrar ella quedó maravillada. Era una gran habitación de paredes celestes. Una inmensa cama con dosel ocupaba casi toda la instancia, en uno de los laterales había un gran armario, una pequeña librería junto a un sillón y en el otro extremo había un tocador con un espejo de borde de madera labrada con motivos mitológicos.
-¿Le gusta?- preguntó Edward.
-Es… maravillosa, me encanta, pero ¿no cree que es demasiado para mí?
-Yo creo que es adecuada para usted.
Sairin lo miró y se ruborizó.
-Muchas gracias, es usted muy amable, de verdad.
-De nada.
La chica se acercó al baúl de ropa y lo abrió, dentro había unos pocos vestidos y otro baúl. Edward se percató de la escasez de vestidos de la chica.
-Menos mal, pensé que no me habían metido mi pequeño baúl.
-Veo que no posee muchos vestidos…
-Con estos, tengo suficientes- dijo ella cogiendo uno para colocarlo en el armario.
Edward cogió uno de los vestidos para alcanzárselo.
-Toda mujer necesita vestidos para cada ocasión.
-Sí, pero yo no necesito tantos, además, pasaré más tiempo encerrada aquí que fuera de esta instancia.
-No tiene por qué ser así… además, ahora que la gente se enterará de que usted vive en mi casa empezarán a sospechar cosas.
Sairin se detuvo a medio camino para coger el vestido.
-No lo había pensado… tenemos que evitar esos rumores como sea…
-No va a ser posible, su propia tía ha planeado contar nuestra relación a todo el mundo.
-¡¿Qué?! ¿Cómo ha podido hacer eso?
-Yo le dije que no era conveniente, pero ha insistido para que el que quiere matarle sepa que está protegida por mí.
-Dios mío, esto no me puede estar pasando a mí… mi tía va a ir contando mentiras sobre mi vida para protegerme… no me lo puedo creer…
-Lo siento de verdad, he intentado impedirlo, pero no he podido hacer nada…
-No se preocupe, esto lo hablaré con mi tía cuando la vea de nuevo.
-De acuerdo, será mejor que la deje sola. Podrá salir al jardín si lo desea, eso sí, le sugiero que se proteja del sol, hoy hace un día muy soleado.
-Gracias por la sugerencia.
Sairin hizo una reverencia con la cabeza al igual que él y finalmente Edward salió de la habitación.
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Atrápame en tu pasión
RomanceSairin vivía felizmente con su tía tras la dolorosa muerte de sus padres. Estaba enamorada de Edward, un hombre que cualquier mujer desearía. Pero una amenaza se cierne sobre la joven, y con la ayuda de Edward intentará resolver por qué quieren ve...