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            Catherine se bajó del coche y tocó en la puerta de la casa Forrester. Amanda abrió la puerta.

-Hola, vengo a ver a la señora de la casa- dijo Catherine mirando al ama de llaves.

-Pase, milady, la señora está en su habitación.

-Entonces subiré, me gustaría hablar con ella en privado.

Amanda le dio las indicaciones de la habitación a Catherine y esta subió, cuando estaba frente a la puerta, tocó.

Sairin abrió los ojos y se incorporó un poco.

-¿Quién es?

-Soy, Catherine, ¿puedo pasar?

-Sí, pasa.

Catherine entró y pudo ver los ojos hinchados y enrojecidos de su amiga, su semblante estaba triste.

-Sairin ¿qué te pasa?

-Nada, estoy bien.

-¿Cómo vas a estar bien? Mírate, has llorado ¿acaso tu marido te ha hecho daño?

-No, no me ha hecho daño, de verdad.

-¿Y por qué llorabas? ¿Es que no es un buen hombre en la cama?

-Es maravilloso...

-¿Entonces? Es que no lo entiendo, si no te ha hecho daño y es un buen hombre en la cama... no entiendo por qué estás así.

Sairin se abrazó a su amiga, sollozando.

-Porque no me ama, Cathy, el hombre que amo no me ama a mí, ¿cómo quieres que esté?

-Sairin, esta boda solo ha sido un trato para protegerte, no pretendas que te ame.

-¿Entonces porque deja su simiente dentro de mí? A este paso me dejará embarazada y al final no podrá separarse de mí como había planeado ¿es que acaso me quiere destrozar la vida? Separada y con un hijo suyo mientras él se va con otra mucho más joven y más guapa que yo... no podré soportarlo, antes prefiero morir...

-No digas esas cosas, a lo mejor no se ha dado cuenta.

-Sí se ha dado cuenta, todo hombre se da cuenta de esas cosas. Me protege del peligro que me acecha pero ¿quién me protegerá de él? ¿Cómo protegeré mi corazón cuando él y yo nos separemos? ¿Cómo?

-No estás sola, me tienes a mí y también tienes a tu tía Julie.

-Sí, pero no tengo dote alguna, y cuando me separe de Edward para lo único que serviré será para ser institutriz o dama de compañía, no tengo dinero y no quiero depender de mi tía como hasta ahora.

-Sairin, tu padre no pudo haberse gastado todo el dinero que tenía, debió dejarte algo.

-Nada, no me dejó nada. Lo único que me dejó de herencia es estar así, huyendo de alguien que me quiere muerta.

Catherine abrazó a su amiga con fuerza, procurando darle todo su apoyo y ninguna se dio cuenta de que Gabriella oía toda la conversación a través de la puerta entreabierta.

Jake que andaba cerca, se acercó a Gabriella y le tocó el hombro. Ella sobresaltada, se dio la vuelta y lo miró.

-¿No te han enseñado que no se debe escuchar conversaciones privadas?

Atrápame en tu pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora