Edward y Julie entraron en un amplio despacho, provisto de una gran mesa y varias butacas, a la vez también era una biblioteca.
-Siéntese- dijo Julie invitándole a sentarse en una de las butacas mientras ella se sentaba detrás del escritorio.
-Supongo que me va preguntar como fue todo ¿cierto?
-Cierto, necesito saber qué paso, como comprenderá, han estado a punto de atropellar a mi sobrina.
-La comprendo perfectamente.
-Entonces, cuénteme cómo sucedió todo.
-Según me contó su sobrina, cuando estaba cruzando la calle, se le cayó el abanico, entonces lo fue a recoger y de repente apareció el coche de la nada. Yo pasaba por allí cuando vi el coche y oí el grito de la señorita Rowling llamando a su sobrina y decidí ayudarla.
-¿Y dice usted que el coche apareció de la nada?
-Sí, aunque hay algo que me resulta muy extraño… llevo bastante rato pensándolo.
Julie se puso tensa al oír las palabras de lord Edward.
-¿Qué es lo que piensa?
-Que su sobrina era bastante visible y el coche no se detuvo aún así. Era como si el que llevaba el coche, estuviese decidido a atropellarla.
Julie calló y cerró los ojos.
-Entiendo…- dijo tras un suspiro.
-¿Es que acaso sucede algo?- inquirió Edward.
Julie abrió los ojos lentamente, luego abrió un cajón del escritorio y sacó un sobre para luego tendérselo a Edward.
-Leala y sabrá si lo que sospecha es cierto…
Edward abrió la carta y la leyó en voz alta.
-<<Estimada señora: sé que su sobrina guarda algo que me pertenece. Algo que su padre apostó y no me lo pagó, le sugiero, por tanto, que me lo entregue o su sobrina sufrirá graves consecuencias>>… Pero esto es una amenaza… ¿por qué no ha avisado a las autoridades?
-No puedo, temo por mi sobrina, esa persona parece una con grandes contactos y tengo miedo.
-Sí pero esto no lo puede ocultar.
-Quieren atentar contra la vida de mi sobrina por algo que posee y su padre apostó, la cuestión es que no sé que es.
-Sigo pensando que debe ir a las autoridades.
-No harán nada… lo sé.
-Si pudiera ayudarla de algún modo.
-Me cuesta mucho pedir esto pero me gustaría que me ayudara a vigilarla. Ella es una joven tranquila, pero temo por su vida.
-¿Me está pidiendo que vigile a la señorita Lindsey?
-Sí.
-Bueno, haré lo que pueda —dijo al ver la cara de desesperación de la mujer.
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Atrápame en tu pasión
RomanceSairin vivía felizmente con su tía tras la dolorosa muerte de sus padres. Estaba enamorada de Edward, un hombre que cualquier mujer desearía. Pero una amenaza se cierne sobre la joven, y con la ayuda de Edward intentará resolver por qué quieren ve...