Estuve el resto de la noche en vela, como de costumbre.
Sonó el despertador, hora de ir a clase.
Me levanté, se me enrollaron las mantas en la pierna y caí de cabeza.
Si eso no era empezar el día con el pie izquierdo será ir a clase con media cara aplastada, pero el día no empazaba lo que digamos bien.Fui caminando a clase, sola.
A veces me encontraba con compañeros de mi clase.
Los primeros años me saludaban he íbamos hablando por el camino, pero, poco a poco empecé a hablar menos con ellos y cada vez menos días me saludaban, hasta que me dejaron de saludar.
A eso se refería Alexandra con lo de "automarginada".Ella era la única amiga que me quedaba, era raro que no la hubiera espantado ya con mis malas, pero ingeniosas contestaciones y mi adorable forma de pasar de ella.
Siempre estaba a mi lado, y yo nunca al suyo.
Vale, ¿quién soy y qué han hecho con la verdadera Amatista? ¿Cuando me he vuelto tan sentimental y cursi?La verdad era que la subestimaba, hoy no iba a ignorarla, ni irme cuando me estuviera contando una de sus batallitas de novios de una semana.
Hoy iba a ser, como ella dice, "una adolescente normal".
Por muchas ganas que me den de aporrearme con un martillo lo haré.
Aunque es complicado ser una adolescente normal cuando tienes que lidiar con:
Primero, tener que proteger ese libro del infierno.
Segundo, tener que protegerme a mí misma de esa mujer del infierno.
Y tercero, pero no menos importante, tenía que llevar mi vida fuera de lo que imparte ser una destinyx, que tampoco es lo que se dice fácil.Llegué a clase, tocaba literatura y al abrir mi libro para apuntar los poemas vi uno que me llamó la atención.
Anoche soñé con él
Tenía otra cara y otro cuerpo,
pero era él,
aunque él no se dé cuenta
ni dormido ni despierto.Ese poema me hizo pensar en mi padre, con sus ojos grises y su melenita que le tapaba las orejas.
Le hechaba de menos.
Vieja bruja. Como te odio.
Después del resto de clases fui al comedor y vi a Lucas y a Alexandra juntos en la misma mesa.
Una pequeña nota de celos sonó en mi oído, pero no hice caso. Al fin y al cabo, yo seguía contando con mi libro.
- Hola Alex, hola Lucas - dije sentándome en frente de ellos dos.
- Hola Amy.
Como odiaba que me llamara así, y creo que Lucas también se percató de ello, pues me miró con su media sonrisa y me llamó así para molestarme.
- Eso, hola Amy.
- Estábamos hablando de aquella vez que te desmayaste por la manzana - se río -. Siento reírme pero es que, no sé por qué, tengo la sensación de que fue culpa mía.
- Es que fue culpa tuya - me reí también.Me gustaba lo de ser una adolescente normal, debía probarlo más a menudo.
- Siento mucho haberte hecho daño - me cogió la mano.
- Tranqui - se la apreté -, estoy acostumbrada - señalé el moratón que me había salido por caerme esta mañana en la frente.Nos reímos, era gratificante dejar por un momento de nadar contracorriente y dejarme un poco llevar.
- Y bueno - le solté la mano y me dirigí a Alexandra -, ¿tu principe azul?
Sentí como se le abrían los ojos de par en par, la sonrisa le llegaba de oreja a oreja y le brillaban los ojos.
- No es por alardear, pero en la pizzería de la esquina hay un chico de nuestra edad que trabaja para poder ir a clases privadas de pintura y, bueno, digamos que lo tengo en el bote.
No pude evitar reirme por la estúpida expresión.
Siguió describiendo a ese tal muchacho mientras yo miraba a Lucas.
Sonreía, pero sus ojos estaban apagados, tristes, sin vida.
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La Chica De Los Ojos Violetas #NDAWARDS2016 #ColorFulAwards
AventuraSoy Amatista y no, mi historia no trata de una chica normal a la que un día... no. Ahora te propondré una pregunta: ¿Qué hariais si tuvieras 14 años y te gusta un chico? Perdón, rectifico: ¿Qué harías si tuvieras 14 años y te gusta un chico, y tuvi...