La Chica De Los Ojos Violetas #NDAWARDS2016 #ColorFulAwards

Elijo cruz

La nieve seguía callendo sobre el tejado de la cabaña mientras observaba a esa horrible mujer.
Hasta que no la tuve frente a mí y con una cálida sonrisa no me di cuenta de lo mucho que la detestaba. No sólo la detestaba, sino que la odiaba.

- Chica de los ojos violetas, ¿qué tú por aquí? - preguntó tranquilamente.
- Sólo venía a buscar algo que me pertenece - me apoyé en el marco de la puerta.
- ¿Que te pertenece? - había cierto tono de burla en sus palabras.
- Sí, tienes algo que es mío.
- Vale, supongo que te referirás al libro, que para empezar no es tuyo ni de nadie, y yo no lo tengo - habló tajantemente.
- ¿Y quién lo tiene?
- Supuestamente tú - su expresión se volvió más preocupante -, aquella noche en el bosque, te seguí hasta tu casa y dejé el libro en un paquete para ti con en libro dentro y una nota que lo explicaba todo, quería dártelo en persona pero eras más rápida de lo que pensaba.

No entendía nada, si Emma no tenía el libro ni yo tampoco, ¿quién lo tenía?

- ¿Lo cogiste entonces? - preguntó al ver que no reaccionaba -, Amatista, ¿encontraste el libro en tu buzón? - me agarraba de los hombros -. ¡Amatista!
- No lo sé -  sollozaba a pesar de que me negaba rotundamente a llorar delante de ella.
- ¿Por qué no lo sabes? - estaba histérica.
- Lo cambié - más lágrimas brotaban de mis ojos descontroladamente -, cambié mi destino Emma, lo cambié sin pensar en las consecuencias. Tú habías matado a mi padre, y yo sólo quería tenerlo de vuelta.
- Amatista - dijo comprensiva -, ¿cómo se te ocurre hacer eso? Si yo asesiné a tu padre lo habría hecho por algún motivo, habría visto algo malo en su destino.
- Lo siento - solté aún entre sollozos.
- ¿Y cómo es que recuerdas tu antigua vida? - entonces miró mi colgante -, ¿Llevas una Amatista? ¿Cómo sabes que te protege de los efectos del libro?
- No lo sabía, me la regalaste tú - me empezaba a tranquilizar.
- Bueno, da igual, centrémonos. Si tú no tienes el libro, ¿quién puede tenerlo?
- Si dices que lo dejaste en la puerta de mi casa sólo puede tenerlo mi madre, mi padre o mi hermana.
- ¿Tu hermana? - interrumpió Emma.
- Sí, Ónix - dije como si fuera obvio.
- Nunca vi en tu destino que tuvieras una hermana - frunció el ceño.

Entonces empecé a atar cabos. Una hermana gemela aparece de repente y sin previo aviso y experimenta con las dos un científico al que Emma debió haber matado por algún motivo nada bueno, todo esto sin contar con que ese científico puede tener el libro.

- ¡Ónix es un clon! - exclamé -, todas las semanas vamos al laboratorio de mi padre y le inyecctan mi "sangre" - hice un gesto de comillas recordando el fluido violeta que salía de mis venas.
- No puede ser - casi susurró.
- Pero, ¿para qué quería un clon? Él mismo podía ver el destino, ¿cierto? - estaba confusa.
- ¿No te lo conté aquella vez, en tu realidad?
- Acababas de matar a mi padre, creo que preferiste resumir.
- Sólo los ojos de una destinyx pueden ver el contenido del libro - «y yo abriendo y cerrando el maldito libro», pensé -, y eso sólo se consigue si las venas y arterias más importantes tienen sangre violeta, nuestra - hizo ademán en esa palabra - sangre. Y cariño, nuestra sangre es demasiado especial como para poder ser clonada.
- Alteraba su ADN, por eso cuando salíamos del laboratorio hablaban de conseguir algo.
- Ese algo era crear a otra Amatista, tu padre sabría a la perfección que no harías nada que no fuera para hacer el bien.
- Creo que te equivocas - bajé la cabeza -, he hecho cosas que no debía, quizás no éste hecha para ser una destinyx.
- Amatista, nunca había visto a una destinyx tan preparada para portar el libro que tú - «porque has visto a muchas, ¿no?», pensé irónicamente -. Recuerda que lo importante es corregir tus errores, y ahora tenemos que pararle los pies al loco de tu padre - hizo una breve pausa -, sin ánimo de ofender.
- Tranquila, he vivido muchos años sin mi padre, puedo seguir haciéndolo. Además, quiero enseñarle a ese hombre que nadie hace un clon de Amatista y se sale de rositas.