Seguí corriendo con la respiración entrecortada, las piernas me empezaban a fallar.
No podía seguir corriendo, pero tampoco podía parar.
Podía notar como iba disminuyendo el ritmo.
Me ardían los pulmones, era como si mis fosas nasales no pudieran aspirar todo el aire necesario.El pasillo no parecía tener fin, sentía sus pisadas a dos centímetros de las mías.
A pesar de la aterradora situación, no tenía miedo.
La adrenalina corría por mis venas, me hacía sentir más fuerte, no físicamente porque por fuera me estaba muriendo, sino por dentro, tenía la sensación de que podía con todo...Su mano me alcanzó.
Vale, se me acaba de acabar la adrenalina.Me atrapó entre sus brazos, pero fui más rápida y me deslicé, quedándome de cuclillas.
Me levanté como un resorte y seguí corriendo.Por fin pude vislumbrar la salida de aquel pasillo interminable.
Salí del pasillo, estaba en la sala principal, debí de dar la vuelta al local.
Miré hacia atrás, el individuo había desaparecido. Se habría ido al haber tantos testigos.Me di cuenta de que estaba temblando.
Miré a los lados, no veía a nadie conocido.
Decidí irme, me estaba mareando, y ya no podía soportar más el dolor de vejiga.Estaba a unos centímetros de la puerta cuando una voz me frenó.
- Amatista - era Lucas -, ¿por qué te vas tan pronto?
- Me encuentro mal - estaba a punto de sacar un pie del local.
- Espera - me dio la mano - aún no te he dado mi regalo de cumpleaños.Miré tras él y estaba otra vez aquel chico, lo que venía acompañado por los otros dos.
Miraban hacia los lados y cuchicheaban, me estaban buscando.
Por pura intuición corrí de nuevo.
- Ya me lo darás mañana - grité por el camino.Llegué a mi casa, empecé corriendo pero fui disminuyendo la marcha poco hasta que cuando iba por la mitad ya estaba caminando.
Miré el reloj de la pared del salón, no eran ni las diez.
Mi madre estaba en la sala de estar, exactamente en el sofá, con el portátil sobre las piernas.- Cariño, ¿por qué has llegado tan pronto? - preguntó.
En ese momento Sergio entró desde la cocina.
- Deja a la chiquilla llegar pronto.
- Pero ha llegado mucho más pronto de lo que había dicho, ¿te ha pasado algo? - se dirigió a mí.
- Me he mareado un poco.No era una verdadera mentira, me había mareado.
No quería que se preocupara, ya tiene bastante con el día que es hoy, para ella también tiene que ser difícil.
Además, contarle todo lo que me había pasado sería demasiado largo para el poco tiempo que tengo para no empezar a hacer un bailecito para poder soportar la presión de la vejiga.Sin dar tiempo para que preguntara algo más fui a mi habitación, me quité el vestido, creo que en el acto rompí la cremallera, aunque me da igual, no me lo iba a volver a poner.
Rápidamente me metí en la cama, con el moño y el maquillaje sin quitar.
No tenía sueño, pero la almohada era la única que me entendía en momentos como ese.Entonces, cuando lo único que oía era el silencio, sonó mi móvil.
Debía de ser un mensaje de Alexandra preguntando el porque de mi ausencia.
Volvió a sonar.
Me enterré en las mantas hasta arriba.Sentía como un dolor muy intenso recorría mi pecho, me consumía, me partía, me asfixiaba, me mataba.
Me retorcía en mi colchón, me daba en los codos y en las rodillas con la pared.
No podía soportarlo más.
Su ausencia me envenenaba por dentro, debía de haber alguna forma de tenerlo cerca de nuevo.El dolor se extendía hacia mis extremidades, me entumecía los dedos.
Estaba llorando.
Pensé que las lágrimas aliviarían el dolor.No funcionó.
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La Chica De Los Ojos Violetas #NDAWARDS2016 #ColorFulAwards
AdventureSoy Amatista y no, mi historia no trata de una chica normal a la que un día... no. Ahora te propondré una pregunta: ¿Qué hariais si tuvieras 14 años y te gusta un chico? Perdón, rectifico: ¿Qué harías si tuvieras 14 años y te gusta un chico, y tuvi...