Una propuesta indecente

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Entré a la clase evitando cruces de miradas.

- Amatista, ponte esto y vienes que te voy a sacar unas fotos.

Fui al baño del aula y, antes de nada, observé lo que me había dado.

- Bien, analicemos - dije para mí misma mientras desdoblaba el conjuntito -. Una americana negra, todo normal por el momento, y un vaquero bastante elegante.

A pesar de vestir con blusas a cuadros, Ónix tenía buen ojo para la moda.

Me puse la ropa rápidamente y me arreglé el pelo, alborotado por haberme cambiado de camisa, en el espejo del baño antes de salir.

- Amatista, acércate a aquí - dijo señalando un cromo verde y dándome un paraguas del mismo color que la americana.
- Em, ¿qué quieres que haga? - pregunté algo avergonzada, no me gustaba que todo el mundo me estuviera mirando.
- Posar - dijo como si fuera obvio.

Abrí el paraguas y lo puse sobre mi cabeza como si de la lluvia me protegiese.Ónix se preparó para sacar la foto, pero algo la detuvo antes de hacer saltar el flash.

- ¿Quién se ha muerto? - preguntó asustada.

- Nadie, que yo sepa - respondí empalideciendo.

- Pues entonces sonríe - me reprimió.

Puse el paraguas sobre mi cabeza de nuevo, aunque esta vez de forma mas coqueta. Mostré mi mejor sonrisa y como resultado el flash me cegó los ojos.

- Muy bien - me felicitó -, otra.

Esta vez cerré el paraguas y lo usé de bastón. Tan rápido como yo posé, Ónix sacó la foto. Así pasamos unos minutos.

Mientras me sacaba la última foto visualicé a Gabriel por el rabillo del ojo, se acercaba a paso seguro.
Me quedé mirándolo fijamente, por consecuente Ónix se dio la vuelta, casi chocando con él.

- Ónix, necesito que amatista se ponga esto, nunca he fotografiado a personas - sonrió.
- Claro - se dirigió a mí -, toma.

Volví al baño, le estaba cogiendo el gusto a esto de las fotos.
Desdoblé la ropa como había hecho la vez primera.
La verdad era que no me esperaba lo que encontré, no me lo esperaba para nada.

En primer lugar me puse un top rojo de encaje de calaberas.
En segundo lugar me embutí en unos pantalones de cuero negro. Era bastante bonito si no fuera por el hecho de que era más ajustado que mi propia piel. Tanto que me costaba caminar.
Los zapatos eran unas botas que me llegaban casi a la rodilla.

Me miré en el espejo y, por mucho que me costara admitirlo, me gustaba como me quedaba. Bueno, me hubiera gustado que la camisa tuviera algo más de tela, la suficiente como para que no se me viera parte del sujetador.

Salí con más motivación hacia donde Gabriel se encontraba. Éste me dio indicaciones para que me situara detrás de un micrófono, también delante del cromo.

- Haz como que cantas - ordenó.

Y eso hice. puse muecas, me agité el pelo, todo lo que hace una cantante rock.

Una vez terminada la sesión, y con mi ropa puesta, se acercó Gabriel mostrándome las fotos.

- Sales muy bien - me felicitó, o piropeó, no estaba segura, siempre ponía un tono de voz muy seductor.
- Gracias - respondí.
- Espero que no te importe que use las fotos para promcionar mi grupo.
- Claro, aunque no te aseguro que mi cara vaya a atraer fans - dije señalando mi cara fotografiada.
- Pero si eres muy guapa - me apartó un mechón de pelo de la cara.

Me alejé un poco cuando hizo ese gesto, me incomodó un poco ciertamente y no quería problemas con Ónix.
Él pilló la indirecta, aunque eso no fue impedimento para que siguiera hablando.

- Te explico Amatista - se movía de un lado al otro mientras hablaba, parecía nervioso -, sabes que tengo una banda - asentí -, bien, pues voy a grabar un nuevo disco al que quiero darle un toque diferente.
- ¿Y por qué me cuentas esto? - pregunté aunque sabía perfectamente el porque.
- ¿Te gustaría unirte a mi grupo?

La Chica De Los Ojos Violetas #NDAWARDS2016 #ColorFulAwards Donde viven las historias. Descúbrelo ahora