Librito, librito, ¿dónde éstas?

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- ¿Y ahora qué? - pregunté mientras salíamos del cachambroso autobús.
- Vamos a tu casa, entrarás como si nada y te inventarás alguna excusa por la tardanza - asentí -, sólo observarás y me lo dirás a mí, no actúes imprudentemente y mide cada uno de tus pasos.
- Me siento como una espía - mencioné ese estúpido comentario para quitar la tensión acumulada.
- Lo que digas agente Amatista - se burló -, pero no la fastidies, recuerda que, ahora mismo, nuestra única ventaja es el factor sorpresa.

No me demoré ni un instante en llamar a la puerta tras haber trazado uno de mis planes, pero este no tenía nada que ver con los anteriores. Este era mucho más peligroso.

Rápidamente apareció mi padre con su habitual sonrisa, que ahora me resultaba más falsa que un billete de cuatro euros.

- ¿Por qué has llegado tan tarde?

Recordé la historia que había inventado, muy parecida a la verdad pero con algunos retoques.

- Estaba viniendo en el autobús cuando hubo una avería, tuvimos que pasar la noche en un hotel de por allí y no tenía cobertura para llamarte.
- ¿Tenemos que pagar algo por tu estancia en ese hotel? - preguntó bromeando, aunque fue una broma de muy mal gusto que da la sensación de que piensa más en el dinero que en su hija.

Al menos se había tragado la historia, o yo me he tragado que se la tragaba.

- No - intenté disimular mi mal humor.

En estos dos días no había dormido apenas, no me había aseado desde que me fui a Ucrania, y lo peor de todo era que la única persona de la que me podía fiar era yo misma. Emma parecía haber ganado mi confianza, pero seguía habiendo cabos sin atar ¿qué ocurrió cuando fui a hacerme un análisis? ¿por qué no volvió a intentar matar a mi padre sabiendo lo qué haría? ¿y si era todo una artimaña para quitarme a mí del medio?
No lo creo, tuvo la oportunidad de librarse de mí cuando no había testigos, tiñendo de rojo la blanca nieve.

Fui a mi habitación y miré mi teléfono.
Tenía un mensaje de Emma:

Registra la habitación de tu "hermana"  10:14

Y eso mismo hice, fui a la habitación mientras ella disfrutaba de sus tortitas de los sábados en la cocina.
Miré debajo de la cama, nada. Entre la ropa, nada. En sus bolsos, nada. En su escritorio, nada. Tras la puerta, nada.

Aquí no hay nada 10:22

Escribí tras rebuscar a más y no poder. Después de unos largos segundos, el teléfono vibró entre mis manos.

Busca en la de tus padres 10:22

Eso me hizo recordar que no había visto a mi madre.

- Papá - dije por el pasillo mientras iba a la sala de estar -, ¿dónde está mamá?

La preguta pareció incomodarle.

- Se ha ido a comer con unas amigas.

Era cierto que mi madre era ahora mucho más feliz y estaba mucho más animada, pero, ¿salir con sus amigas mientras yo había pasado la noche fuera misteriosamente? Lo dudaba.

- Espero que se lo pase bien - dije poniendo mi mejor sonrisa, él respondió de la misma manera.

«Nuestra única ventaja es el factor sorpresa» pensaba frenéticamente mientras iba al dormitorio de mis padres.
Para mi sorpresa tampoco había nada allí.
Seguí buscando por la casa. La cocina, la sala de estar, incluso en la cisterna del retrete.

El libro no está, he buscado hasta debajo de las piedras 10:40

Escribí frustrada, acostada en mi cama, estrujándome los sesos para concebir una idea.

Más que un libro que rige el destino parece uno de matemáticas con todos los problemas que da.
¿Dónde podía estar ese libro? Si yo fuera un científico loco, ¿dónde escondería mi arma letal?
Claro, en el laboratorio.

Mientras estaba perdida en mis pensamientos apareció mi hermana en la puerta, me apresuré en bloquear la pantalla y guardar el teléfono debajo de la almohada. «Luego vaciaré el chat» pensé.

Llevaba sus siempre caídas gafas, pero tras el trasparente cristal pude ver que tenía los ojos violetas. No era un violeta como el mío, parecía artificial.

- ¿Llevas lentillas? - pregunté como si nada.

Aunque sabía que no era nada, si tenía los ojos violetas era porque tenía la sangre violeta, si tenía la sangre violeta era una destinyx, si era una destinyx podía usar el libro, y si podía usar el libro... Nada, sí, nada bueno pasará.

La Chica De Los Ojos Violetas #NDAWARDS2016 #ColorFulAwards Donde viven las historias. Descúbrelo ahora