Poedicción

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Me desperté en medio de la noche sin motivo aparente. Solo sé que tenía lágrimas en los ojos y no paraba de temblar. No recordaba ninguna pesadilla, y yo no es que llorara con facilidad, es más, creo que la última vez que lloré tenía diez años y era porque había muerto mi padre, aunque ya hace cuatro años de eso.
No podía volver a conciliar el sueño así que me dediqué a intentar recordar mi pesadilla. Tenía la sensación de que había sido en un bosque, pero no lograba acordarme de más, lo más probable era que fuera teniendo flash backs durante el día.
Pasé la noche en vela hasta que mi madre dijo la típica frase de vamos, arriba.
Me levanté como un resorte y me puse mis vaqueros negros rotos por la rodilla y una camisa gris larga con varios dibujos en plan orquídeas en blanco y negro y eso. También me puse mis botas militares porque tocaba literatura.

Llegué a clase y me senté en mi habitual sitio, sola en la segunda fila. Entonces cayó algo en mi mesa, una nota. Miré hacia atrás debía de ser de Marta, en fin, cuando me tienes celos...
La nota estaba escrita en rotulador negro y con más de una faltas ortograficas, pero, por mucho que me indignara, la leí:
Oye, Amatista, q t paso ayer?
T lanzaron una mansana para q t kedaras mas fea?
Jajaja
No se q es mas humillante, como la mansana reboto en tu cabeza o la cara del pobre lucas cuando t la lanzo. No, espera, lo mejor fue cuando t caiste y reboto el suelo.
Ya hemos encontrado un mote para ti: negrinieves, lo pillas?

Realmente lo más humillante es el hecho de que nisiquiera sepas que manzana se escribe con z no con s. Pero bueno, me da igual, al menos sé que se llama Lucas, aunque no sé si fiarme, porque viendo su ortografía...
Durante las clases, el recreo, la salida y básicamente durante todo el día, Marta y su grupito de apijadoras me estuvieron incordiando.

Al día siguiente siguieron con sus risitas, motes y miraditas. Lo normal sería denunciar el acoso, pero es que me divertía, me hacía gracia su intento de fastidiarme o hacerme sentir mal. No se dan cuenta que soy inmune a los sentimientos, me vacunaron hace cuatro años de cualquier tipo de dolor, motivo por el cual me sorprendió haber llorado en sueños.

Por fin era viernes a última hora, pero por desgracia tocaba literatura. Me senté donde siempre e, inesperadamente, me dio por escuchar a don Francisco.
Recitaba distintas poesías poco conocidas, me fascinaban sus construcciones y rimas. Uno de los poemas llamó mi atención:
Tú en clave de mi
Esclavos de dos
Enclave de sí
En fado,
perdí
Sola,
sin ti
Recaer sinfín
Y al fin rehacer
Quería recordarlo, por lo que lo apunté. Como no encontraba ningún sitio a mano lo escribí en mi libro y puse el marcador dorado en esa página.
Pasaron los días y me fui aficionando a la literatura, apuntaba todos los poemas que me gustaban en mi libro, no pasaría nada mientras no apuntara las poesías con mi pluma especial.
Escribía todo tipo de obras literarias, desde microrelatos, hasta fragmentos de poemas, aunque esto último era lo que más me gustaba, tanto de amor, como de odio, de libertad y de esclavitud. Me había convertido en una poedicta.

La Chica De Los Ojos Violetas #NDAWARDS2016 #ColorFulAwards Donde viven las historias. Descúbrelo ahora