Lo que siento por ti.

42. Lexter.

[JAMES en multimedia]

Maratón 2 - 2

Me tomó acerca de un par de minutos para llegar al aula de Geografia. Gracias a mi decisión de tomar el camino más largo al aula, demoré más de lo que acostumbro. No me sorprendería de que no esté disponible mi asiento habitual.

Para mi sorpresa al llegar, la puerta del aula estaba cerrada, así que, respiré profundo y luego toqué la puerta dos veces, antes que el profesor abriera la puerta, mirándome de reojo a través de sus anteojos.

─Diga, ¿necesita algo? ─su voz rasposa se oyó y me puse firme ante su tono de voz.

─¿Puedo pasar? ─pregunto─, siento la demora, estaba por el gimnasio, ya sabe... Muy lejos de aquí. ─especifique mi punto, ya que no era buena fingiendo, tampoco era lo mío mentir, por lo que no perdía nada al intentarlo, ¿o sí?

─¿Y usted... es? ─inquirió.

─Su alumna. Johnson, Emma Johnson ─dije mi nombre, con la esperanza de que pueda recordarlo. No sabía si debía decir mis dos nombres, pero no era algo relevante ahora mismo─. Soy nueva, si es lo que se está preguntando.

─De acuerdo ─abrió la puerta del todo─. Nueva alumna, puede pasar. Tome asiento con Lexter.

Le sonreí por un momento, y luego de darme cuenta de que él no devolvería el gesto, frunci el entrecejo. ¿Por qué es de esa manera? Espero que él sea así con todos, no sólo conmigo.

Dentro del aula, observé que sólo había un asiento vacío, y me dirigí hacia éste, sin prestar atención ni observar quiénes eran mis compañeros. Dejé mi bolso a un costado y tomé asiento.

─Nos volvemos a encontrar, cara bonita ─volteé y miré al chico que se encontraba al lado mío.

─¡Lexter, silencio! La clase ya ha comenzado ─el profesor lo reprendió.

─Suele estar así los viernes ─James, quién ahora estaba más cerca de mí, empezó a susurrar─. Al parecer, necesita una porción de sexo candente.

─¿Candente? ─susurro de la misma manera y lo miro a los ojos, con las cejas alzadas.

─Su matrimonio corre peligro, ya sabes... está en papeleo. Mi teoría es que necesita eso.

Sonrío por la absurda teoría que tiene, porque seamos realistas, ¿a quién le interesa la vida personal de los profesores?

El maestro da la orden de abrir nuestros libros en una página indicada, y es ahí cuando James menciona no haber traído el suyo, por lo que compartimos el mío. Casi toda la hora estamos haciendo resumenes de la geografía económica de nuestra ciudad, por lo que yo tengo una hoja completa llena de apuntes y James... bueno él apenas logra llenar media plana, pero supongo que está bien para él.

─He oído que tú y Louis están saliendo, ¿es cierto o sólo rumores?

─¿Qué con eso? ─digo casual, cambiando de página, ignorando el hecho de que él no ha terminado de copiar la anterior.

─¿Lo están? Quiero decir, ¿están saliendo? ─inquiere.

─Sí, estamos saliendo, ¿por qué la pregunta?

─No se supone que él esté con alguien.

Dejo de escribir para tomar atención a nuestra pequeña conversación. Me doy vuelta en mi propio asiento, para quedar frente a frente con él.

─¿Por qué lo dices? ─pregunto confusa.

─Me enteré que estuvo en la fiesta de bienvenida con Peyton. Por eso no creí que ustedes dos tenían algo, es decir, ella está en la ciudad.