26. Quédate, siempre puedes hacerlo.

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Ma-ma-ma
Ra-ra-ra
Ton-ton-ton

¿Qué dice?

Ma-ra-ton

¡SÍ! ¡Porque ustedes lo pidieron y se lo merecen! He aquí un pequeño maratón. Vota y mañana mismo subiré la segunda parte. Gracias por darme su apoyo, siempre leo los comentarios así que, espero los suyos.

En fin, preciosuras, disfruten.

M A R A T O N 1/2

Louis sujeta mis mejillas con sus manos, obligándo a verlo directamente a los ojos. Mis mejillas arden y de pronto siento que necesito aire, aire fresco. Necesito salir de aquí.

─¿Te hice daño? ─pregunta.

Negué con la cabeza y la mirada gacha. No me atrevía a mirarlo, no después de lo que sucedió.

─¿Te encuentras bien? ─preguntó esta vez.

Quise responder pero me era difícil.

¿Qué le diría? ¿No quería? ¿No ahora?

Apoyó su frente con la mía y no puede resistirme más. Veo a sus ojos, y muestran preocupación. Quiero armarme de valor y decirle que todo esta bien con él. Que soy yo la indecisa. Por Dios, no puedo contener su mirada por mucho tiempo.

─Si no hablas empezaré a preocuparme. ─dice cuando me aparta un mechón suelto de mi cabello por la cara─. Dime, ¿te sientes mal? ─niego con la cabeza─ Joder, Emma, ¿por qué no hablas?

Me sobresalto con sus palabras y decido salir de su regazo. Salgo con un poco de dificultad y me siento a su lado. Queriendo que la tierra me trague.

─Yo... Yo no... ─las palabras no me salen y en sus ojos noto mucha más preocupación, pero esta vez está un poco... ¿decepcionado? ─Lo siento. ─digo poniéndome de pie.

─¿Qué sientes? ─dice sujetando mi mano en el momento que me dispongo a colocarme de pie─. ¿Por qué ya quieres irte?

─Lo siento mucho yo no quise...─dejé la frase cuando me di cuenta que no sabía que decir y preferiría no decir nada para no empeorar las cosas.

─¿Tú no querías? ¿Es eso? ─dice con voz comprensiva.

Me hace sentir como si estuviese hablando con una niña de cinco años.

─No es eso...─hablé con voz baja─ Es que no sé que... ─me perdí yo misma en mis palabras.

─Pensé que te gustaba ─dice sujetando ahora mis dos brazos con sus manos, haciéndome imposible salir de aquí.

─Y me gustas, créeme ─digo con la voz firme─, sólo no estoy... No hoy ─logro decir.

Tras mis palabras, estoy casi cien por ciento segura que captará el mensaje, bueno, si fuera un mensaje.

Sus manos dejan de presionar un poco, disminuyendo su fuerza haciendo que me relaje un poco y que él también lo haga.

¿Seré su primer rechazo? No seas estúpida; Pienso.

Me entrelaza con un abrazo y yo también lo hago, los dos permanecemos así en un silencio incómodo, pero es mucho mejor que cualquier cosa ahora mismo.

Apoyé mi cabeza en su hombro y él acaricia tiernamente mi cabeza.

Mis fosas nasales captan su olor y esbozo una sonrisa por la sensación.

Lo que siento por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora