Lo que siento por ti.

44. La fiesta.

[DAVE en multimedia]

Una hora.

He estado buscando qué ponerme por lo que es al menos he perdido sesenta minutos rebuscando en mi armario en busca del atuendo perfecto.

La tarde anterior, donde la pasé en casa de Louis, debo admitir que valió la pena ir allí ya que ahora todo está en su lugar y lucía como si fuera lo correcto, estábamos sin ningún problema en nuesta relación, es decir, lo estamos.

Ayer mismo me enteré, por medio de Louis, de que en la fiesta que daría la madre de Isabelle también estaban invitados los padres de él. Y ahora mismo me encuentro desesperada por encontrar un atuendo que se adapte a la ocasión.

Miré el reloj, por décima vez en lo que va de la tarde. Son las cuatro, y en menos de dos horas Louis pasará a por mí para irnos juntos a dicha fiesta.

Inútil. Todo intento de encontrar algo que realmente quiera usar esta noche era... complicado.

Nunca pensé y haría esto, pero a estas alturas no me quedaba más alternativa. Además sumándose el hecho de que Isabelle está con todo el alboroto de la organización, sería algo absurdo llamarla sólo por un consejo de vestimenta.

Crucé por el pasillo y entré al dormitorio de mi hermana pasando sin tocar la puerta porque ésta ya se encontraba abierta.

— ¡Bien! —dije a regañadientes—. Tienes razón, ¿de acuerdo? Sólo... Lily, necesito que me ayudes con mi atuendo.

Por su parte, recibí una sonrisa satisfactoria y luego de unos segundos, en la que le pedía por favor, ella accedió y se sacó sus audífonos al ponerse de pie y dirigirse a mi habitación sin decir palabra alguna.

Estando dentro, ella me mira desconcertada — ¿Qué? —digo, porque realmente no sé en lo que ella piensa.

— ¿Qué demonios has hecho aquí? —dice—. A mamá no le gustará ver esto.

Paseó por toda mi habitación, sujetando de prendas y mirandolas por momentos y luego volvía a ponerla en su lugar.

—Entonces... —dice—, a este lugar, al que irás... ¿Es de gala?

¿De gala? No había pensado en eso. Dios, ni siquiera sé a qué tipo de acontecimientos iré a asistir.

—Supongamos que sí... —me detengo un momento y pregunto—: ¿Cómo se supone que tendría que ir?

—Elegante, dah —hizo énfasis en la última palabra.

Perfecto, lo que me faltaba.

—Escucha Lily, en serio... —respiré profundo para no estallar por el pequeño estrés que sentía respecto a la situación—. En serio, no tengo tiempo para bromas. Sólo necesito que me ayudes con esto.

—Bien, bien... Deberías empezar a agradecerme desde ya —no sabría decirlo, pero en su delicada carita de adolescente en pubertad, se había formado una sonrisa indescifrable.

De acuerdo, ya era hora de que tome esto en serio.

[♥♥♥]

— ¡Llegaron justo a tiempo! —la voz de una Isabelle emocionada se hizo presente. Ella estaba bellísima. Llevaba un vestido color rojo con tacones negros y qué decir de su maquillaje. Estaba perfecta.

—Hay demasiado tráfico por ésta zona —Louis, quién tenía nuestras manos entrelazadas desde el momento en que entramos por el umbral, no ha dejado de sonreír deciendo cada cinco minutos que estoy hermosa.