55. Sólo hazlo...

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No sabría decir si detestaba o no los viernes. Es decir, es el mejor día ya que es el día más próximo al fin de semana, sin embargo, lo detestaba porque era un día muy cargado en la escuela.

Y eso, sin mencionar que mi mochila pesaba al menos el doble que los otros días de escuela. Mi taquilla, prácticamente, era visitado por mi a cada cambio de materia ya que no llevaba todos mis libros, dejaba los que ya no usaría y ponía en la mochila los que usaría minutos después.

Louis pasó a recogerme a la escuela. La tarde anterior la habíamos pasado tan bien y estuvimos tan cerca de llegar a eso que tanto anhelaba... Todo lo que pensaba respecto a lo que nos sucedía cada vez en lo que lo intentábamos, era que ya no podía sólo esperar que el momento indicado llegara sino hacer que ese momento llegue. Literalmente, estaba pensando en cómo hacer que esto suceda.

Isabelle ha estado conmigo en cada cambio de horario, al menos lo que es cinco minutos ya que trataba de contarle cada vez que la veía todo lo sucedido con él, y me refería exactamente a todo lo que ha ocurrido entre nosotros. Cabe mencionar, que ni a Louis ni a Isabelle y mucho menos a nadie que conozca en todo Houston tiene ni idea de lo sucedido con Dave y yo. No he contado nada y a absolutamente nadie sobre lo ocurrido. Tenía tanto miedo de qué llegaran a pensar en mí. Bastante ya tenía con la forma en la que Dave me había tratado la semana pasada. Bastante tenía ya con la tarea de dejar todo eso atrás y concentrarme en el ahora y el aquí. Porque ciertamente mi presente estaba aquí, no en Denver. Mi presente es Louis, no Dave a pesar de que él nunca formó parte oficialmente en mi vida.

En la hora de almuerzo, antes del último cambio de materia, había quedado con Isabelle y sólo con ella en tomar el almuerzo juntas fuera del comedor. No había visto a Louis desde hacía ya unas cuantas horas sin embargo, no tenía la necesidad de hablar con él ahora mismo ya que tenía que conversar con mi amiga. Necesitaba mucho poder hablar con alguien de todo lo que pasa en mi vida.

Y se siente tan bien tener a alguien de gran importancia en tu vida; uno puede elegir con quién contar, es decir, tendremos que tener la confianza suficiente para compartir secretos y demás con amigos, porque de eso se trata. Sólo las verdaderas amistades son las que están siempre para ti... No importa que tan mala sea tu situación, si ellos realmente valoran tu amistad, estarán para ti cuando sea. Otro caso son los hermanos, con ellos es otra clase de confianza, sí, se puede tener mucho más con ellos sin embargo, siempre hay ese pequeño problema de que si le cuentas algo, lo tomen tan de mal forma que puedan cambiar todo concepto respecto a cómo eres y en cambio, yo en esta ocasión estoy confiando más en un amigo. Y no me malinterpreten, amo mucho a mi hermana, pero no siento que fuera correcto contar con ella para hablar sobre qué sucede con mi relación amorosa. Tengo tanto miedo de que me juzgue de la forma que prácticamente no sabría decir.

Había tocado la campana hace un minuto exactamente cuando dejé todo lo que traía en manos en mi casillero para que luego me fuera al lugar en que había citado a Isabelle. Ni siquiera sentí la necesidad de ir al comedor y pedir como todos los días el almuerzo de hoy. Sorprendentemente, no tenía hambre. Sólo estaba nerviosa, eso era lo más lógico ahora mismo.

Caminé a la pequeña mesa vacía que había, justamente a la última alejada de todas las demás y me senté para que desde aquí pueda esperar a Isabelle.

Ella, sin embargo, llegó cinco minutos después.

—Has demorado —observo, con deje de voz.

—Lo sé, lo siento mucho... —deja su bandeja de comida sobre la mesa luego saca su bolso que está colgado en su hombro para dejarlo en el suelo y finalmente toma asiento a mi costado—. Me avergüenza admitirlo pero había olvidado en que habíamos quedado aquí. Lo siento, en verdad, vine tan pronto como pude.

Lo que siento por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora