51. ¿Quieres la verdad?

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[LEILA en multimedia]

M A R A T Ó N    1 / 2

He decidido hacer este maratón para aclarar las dudas respecto a Dave en la historia, y motivo de agradecimiento porque son muy pacientes conmigo, ¡muchas, muchísimas gracias! ♥

¡No se olviden de presionar a la estrellita!   Capítulo extenso, disfruten, preciosuras :D♡

[CINCO MESES ATRÁS]

Son apenas las ocho de la noche y tengo un sueño tremendo.

Me dispongo a tomar de el último trago del agua que tengo en el vaso. Leila está hecha un manojo de nervios por la organización de su pequeña fiesta. Está de aquí para allá en todo momento. Está, prácticamente, loca haciendo de todo para que todo salga perfecto.

—No entiendo a qué viene todo esto —doy un pequeño bostezo y cierro los ojos por un momento, sintiendo que éstos arden.

Necesito dormir un poco.

—En menos de dos meses seremos de último año, así que, decidí hacer esta fiesta para que vean o se hagan una idea sobre cómo será este año. Será distinta a las anteriores.

—Define distinto en tus propias palabras —le digo a la pelirroja que tengo en frente mío—. Y no me digas que es sólo por el color de los vasos. ¿Por qué siquiera compraste éstos de color negro? Siempre han sido rojos, en todos y las pocas fiestas a las que hemos asistido juntas.

—Olvídalo —dice, caminando a la habitación de al lado—. ¿Sabes dónde dejé mi celular? ¿Por qué no hay gente aquí? Fui muy clara en indicar la hora exacta.

—No tardarán en llegar, supongo —digo observando la hora en la pantalla de mi celular.

No pasa ni un minuto cuando tomo una decisión. Una sabia decisión.

—Iré a tu habitación para dormir un momento —me pongo de pie, pero tan pronto como lo hago, Leila está parada en el umbral.

¡De ninguna manera! —exclama y grita—. No irás a ningún lugar, me prometiste que me ayudarías con esto.

—Y lo estoy haciendo —aclaro—. Aunque, prácticamente, no lo dije yo. Tú fingiste hacer mi voz diciendo cosas que yo jamás diría.

—Lo que sea —dice. Entonces, se encamina a su refrigerador y saca una botella—. Tómate esto.

Mi ceño está fruncido y levanto una ceja por acto seguido. ¿Ella estaba de broma?

—Ni lo pienses.

—Oh, sí que lo pienso. Siempre hay una primera vez, ¿por qué no ahora? Recuerda que dormirás aquí en mi casa. Tus padres nunca se enterarán.

—No puedo. Es decir, no quiero. Escucha, yo no sé nada de bebidas alcohólicas y mucho menos pienso embriagarme ésta noche. Ni siquiera he probado su maldito sabor. ¡De ninguna manera! Será prácticamente, imposible que me obligues a hacerlo.

[Tres horas después...]

¿Era sólo yo o veía dos rostros idénticos de la chica que tengo en frente mío?

Lo que siento por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora