El haber pasado un día agotador después de la escuela era suficiente. Lo probablemente inquietante era que tendría que pasar la tarde con mis amigos y al menos tenía que fingir estar con todas mis fuerzas.
Después de clases, Louis, me esperó a que salga del colegio para poder traerme de vuelta a casa. No sé como hace para que siempre me pueda encontrar, algunas veces pienso que puede ser un tipo detective o de esos agentes que salen en las telenovelas, todo el día vigilan a una persona x, y siempre saben en donde se encuentran. Si me preguntarán, creo que diría que me siento sin espacio personal.
¿Así es cómo uno se siente cuando está en una relación amorosa?
Por más que yo sí quiera estar con Louis, no tengo la sensatez de que él de veras quisiera tener algo conmigo.
Es sumamente inquietante el no saber si el chico que te gusta siente el mismo afecto en ti.
En todo el tiempo en que tuve uso de la razón, siempre lo he dicho y lo seguiré haciendo, lo más importante en una relación es la confianza.
Claro, además de que el sentimiento sea mutuo. ¿Quién estaría con alguien que no siente la más mínima chispa de amor cuanto toca la mano de su pareja? O con solo mirarla, por ejemplo.
El único beso que hemos tenido con Louis fue una pequeña pista de lo que realmente él pueda llegar a sentir algo por mí. Pero nada está dicho. Yo necesito saber si Louis siente algo por mí.
Necesito saber si vale la pena todos los mensajes de textos que llego a mandar, si sirve de algo que él me llevara y trajera de la escuela, porque hacer eso deja mucho en que pensar.
Nadie puede ser tan estúpido como para ilusionar a una persona con hacer tantas cosas tiernas, ¿o sí?
─¿En qué piensas, preciosa? ─Louis habló.
─Supongo que en el examen que daremos mañana.─ Suspiré.
─No te preocupes, es sólo un examen, ya verás que sacarás buena nota.
La profesora de Biología había dejado hoy día una investigación con al menos diez hojas, y solo por ser los los alumnos preferidos de ella (nótese el sarcasmo), nos informó que mañana mismo daríamos el examen de todo lo avanzado.
Llegamos a mi casa y tarde unos minutos en encontrar las llaves de las puerta. Estaba muy nerviosa porque iban a estar todos mis amigos en mi casa. Por más que sean pocos, daba igual cuáles o cuántos eran.
─¿Entonces, qué haremos hoy? ─Pregunté lanzando mi bolso al sofá para luego dirigirme a la cocina.
─Supongo que esperar a que lleguen los demás, por lo pronto podemos hacer lo que tú quieras. ─Pasó sus manos por mi cintura mientras yo sacaba la jarra con jugo para servirme.
─¿Lo qué yo quiera? ─Dije divertida ─Suena peligroso, para mí.
Louis susurró un sí en mi oído haciéndome sentir nervios.
─¿Hay algún problema con eso?
─No lo sé, dímelo tú. ─ Volteé mi cuerpo quedando cara a cara.
─Haría lo que sea por ti, preciosa. ─dejó un escaso beso en mi mejilla.
Nuestro momento fue interrumpido por el sonido del timbre.
─Iré a abrir la puerta. ─Traté de no ser tan dura para no lastimar su corazoncito.
─Claro. ─Dijo separándose rápido de mi.
Salí de la cocina para dirigirme hacia la puerta principal.
─¡Hey! Pensamos que estaban ocupados, ya saben, está el auto de Louis afuera y que tarden en abrir la puerta, deja mucho en que pensar.─ Dylan siempre con sus comentarios fuera de lugar.
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Lo que siento por ti.
RomanceEmma Johnson, una adolescente con tan sólo dieciséis años, que después de pasar toda una vida trasladándose de ciudad en ciudad, tendrá que soportar otro cambio más en su vida. Aunque para ella, ya se ha hecho un ritual mudarse, ya no quiere seguir...