19. Informes, helados y sorpresas.

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Louis insistió en que él haga gran parte del informe, llegado el momento al que se suponía que era mi turno para hacer algo de mi parte, Louis se negó a entregarme su computador para terminar con el informe.

Él de algún modo es bueno en esto, cuando empezamos, o él empezó a escribir. Lo hacía con mucha facilidad, no hay dudas que es bastante ágil en esto.

Durante los cuarenta minutos próximos estuvimos buscando la información correspondiente y así poder pasarla en un archivo para luego imprimirlo y presentarlo el respectivo día.

Él copiaba y pegaba un texto interminable lleno de puntos y frases que se suponía que iban a ser útiles. No se molestó en cambiar las palabras, muchas de ellas quedaron como lo copió. Yo sólo esperaba que la profesora no se diera cuenta. Nadie puede escribir un informe de manera extraordinaria, ¿o si?

Cuando comprobamos que ya habían pasados las dos mil palabras que era el objetivo, Louis recién me dejó acercarme a su laptop para supuestamente ayudar.

─Nos falta sólo una cosa.─ Habló con una sonrisa.

─¿Cuál?─ Pregunté.

─Ven conmigo.─ Al ponerse de pie también alzó la laptop.

Dio unos cuántos pasos hasta salir de la habitación en la que estabamos y lo seguí.

Bajamos las escaleras que no hace ni dos horas habíamos hecho el mismo camino para llegar a la habitacion en donde estábamos. El siguió andado, nos dirigimos por un pequeño pasillo en la que terminaba con una puerta en la misma pared en donde se encontraba la escaleras que estaba probablemente debajo de ellas, situada justo abajo donde terminaban.

Louis abrió la puerta con su mano libre.

Bajó nuevamente por otras escaleras y yo quedé en el umbral. No veía nada, estaba totalmente oscuro.

Y yo no era una de las persona que haría algo sin saber o ver lo que principalmente se suponía que tendría que hacer, imagínense, puedo caer al bajar, porque no veo nada.

─¿Vendrás o no?─ pregunta Louis desde abajo.

─Realmente no veo nada.─ Justifiqué mi estadía en el umbral de la puerta.

─Oh, un momento.

Escuché que bajó los últimos escalones que le faltaban y oí el ruido de un interruptor e instantáneamente hubo luz en la habitación.

Bajé los escalones y vi que Louis estaba en una mesa parecido a un escritorio.

─¿Este es tú dormitorio? ─Pregunté en cuanto di un vistazo a toda la habitación.

En el momento en que elaboré mi pregunta tuve la sensación en que me arrepentí de hacerlo.

Era vidente que no había una cama para que así pareciera a un dormitorio.

Había un sofá un poco viejo diría yo, a un lado había algunas cosas parecidas a las que utilizan en los gimnasios. Una en la que puedes hacer paralelas y otra para alzar pesas.

─Sólo tengo que conectar esta laptop con la impresora y después de eso habremos terminado.─ Dijo con una sonrisa en el rostro.─Y no. No es mi habitación, aquí es donde paso mayor tiempo por las noches o los fines de semana.─ Respondió a mi pregunta de minutos atrás.

─¿Aquí te ejercitas? ─ Pregunté curiosa.

─Exacto.

No hablé nada por un largo rato. Lo único que escuchaba era a la impresora hacer su trabajo. Con él decidimos que haríamos dos copias, así los dos tendríamos de a uno.

Lo que siento por ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora