Capítulo añadido.

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Tony.

Alexia comenzó a removerse entre mis brazos, provocando que abriera un poco los ojos para ver a mi cuchitura jugando ella sola, moviendo sus piecitos y sus manitas.

Comencé a admirarla sin decirle nada, para no llamar su atención y así poder contemplarla jugando.

Balbuceaba mientras metía su pequeño puño en su boquita, y satisfecha con el logro conseguido me propinó una digna patada en el brazo que tenía por encima de su cintura para evitar que se cayera de la cama.

Lentamente subí mi mano con la cual estaba protegiéndola de besar el suelo, y tapé sus ojos, ganándome un pequeño chillido de su parte.

Dios mío, creo que he muerto.

Destapé sus ojos lentamente y giró su cara para mirarme, sin embargo cerré mis ojos. Al ver que no le daba juego,  comenzó a emitir pequeños grititos haciendo que mi corazón latiera aún más rápido.

Volví a tapar sus ojos, consiguiendo otro gritito de su parte. Comencé a reír sin poder evitarlo, provocando que parara de gritar para mirarme fíjamente.

-¿Soy feo recién despierto?- pregunté divertido, mirándola- Lástima, porque tu eres muy hermosa.

Balbuceó algo para acto seguido emitir un pequeño estornudo.

Definitivamente he muerto.

-¿No quieres dormir más, mini mate?- pregunté sonriente, levantándome para cogerla en brazos- Todavía es muy temprano para estar de fiesta- miré el reloj que apenas marcaban las
once de la noche.

Habíamos dormido una hora.

La acurruqué más en mis brazos para intentar dormirla, pero fui interrumpido por el timbre.

Suspiré, intentando no gritar de la rabia que me entró, así que en menos de cinco segundos ya estaba abriendo la puerta encontrándome con Javier y Dylan.

-Estoy intentando dormir a mi niña- espeté molesto- ¿No tenéis otra hora a la que venir?

-Como está el enamorado- se burló Dylan- El caso es que hemos traído bebidas y los videojuegos de Daemon nos esperan.

Bufé molesto, echándome a un lado para dejarlos entrar. Cuando Javier pasó por mi lado, me arrebató a Alexia de mis brazos.

-Habéis venido de ocupas, no a quitarme a mi niña- gruñí arrebatándosela para acomodarla nuevamente en mis brazos.

-Vale, vale entendí- dijo éste derrotado. Ambos fueron hasta el salón y comenzaron su fiesta privada.

Por mi parte, subí nuevamente a mi habitación para dormir a Alexia. Y la verdad es que me costó bastante, pero lo logré.

La deposité suavemente en su cuna, la arropé y puse a su lado su osito de peluche.

-¿Ya se ha dormido?- preguntó Dylan divertido.

-Ajá- cogí el mando de la televisión y bajé el volumen- Si quieres que siga así, el volumen se queda así- bufó molesto pero no dijo nada.

-Peor que Daemon- se burló Javier de mí.

-Obviamente, porque soy mejor- sonreí triunfal guiándole un ojo- ¿Tenéis pensado quedaros a dormir?

-¿Molestamos? ¿Necesitas intimidad para estar con tu mini mate?- preguntó Dylan riéndose sin cuidar su tono de voz.

Pocos segundos después escuché a Alexia llorar.

-Mira lo que has hecho, gilipollas- espeté molesto saliendo a correr hacia la habitación- ¿Qué le pasa a la niña más hermosa del mundo?- la cogí en mis brazos y dejó de llorar- ¿Hoy no quieres dormir o no te dejan, mi vida?

-Tío, vamos a preparar la cena, ¿Quieres algo en especial?- me giré para ver a Javier asomando su cabeza por la puerta.

-Ni se os ocurra- reprimí mis ganas de gritar- No váis a quemar la casa, y mucho menos teniéndola a ella aquí- señalé a Alexia.

-Tío, solo van a ser unos cuantos bocadillos, nada de fuego- asentí poco convencido.

-¿Crees que pudo dejártela un momento y que cuides de ella mientras me ducho?- pregunté mirándolo fijamente.

-¡Ven aquí, cosita hermosa!- gritó Javier ilusionado estirando sus brazos. Alexia también abrió los suyos encantada, sin embargo la acurruqué aún más en mis brazos y salí de la habitación- ¿No ibas a ducharte?

-Cuídala bien- dije entregándole a Alexia mientras lo miraba fíjamente- Y no dejes que ese puto de ahí la toque o siquiera la mire- Dylan asintió con un saludo militar- No duraré en cortarte los huevos- acusé a Javier y salí disparado para darme una ducha lo antes posible.

Y la verdad es que fue en un tiempo récord.

Al bajar me encontré a los tres manchados de comida de pies a cabeza. Mientras que los dos maduros me daban una sonrisa inocente, Alexia seguía chillando y salpicando todo y a ella misma de salsa de tomate.

-Javier- murmuré cerrando mis ojos fuertemente.

-¿Si?- preguntó claramente nervioso.

-¡¿No se suponía que íbais a hacer unos simples sándwiches?!- grité alternado mi mirada de uno a otro- ¡Mira como lo habéis puesto todo! ¡Y mirad a mi pequeña!

-Tío, es la que mejor se lo ha pasado de los tres- dijo Dylan atropelladamente- ¡Mírala!- todos giramos a ver como Alexia se estaba revolcando en un charco de salsa de tomate que estaba esparcido por la mesa, ya que se había caído al tener poca estabilidad a causa de su mínima edad.

-¡Cuchitura!- grité histérico cogiéndola en mis brazos- ¡Váis a recoger este estropicio!

-Vale, vale- se excusaron ambos- Ahora mismo.

-No, ahora mismo no- espeté amenazante- ¡Voy a bañar a Alexia y no quiero que andéis por la casa!

-¿Pero tú qué te crees? ¿Qué vamos a meternos en el baño para ver como la bañas o qué?- preguntó asqueado Dylan.

-¡No me puedo fiar de vosotros! ¡Así que váis a por comida y después venís aquí a limpiar esto!- sin rechistar ambos salieron a correr fuera de la casa.

Joder, otra vez a pasar otro rato de vergüenza.

Como si Alexia leyera mi mente comenzó a reír, pero luego me dí cuenta de que se estaba riendo de sus propias manitas manchadas de salsa de tomate.

-Papá no se va a enterar de esto, ¿si?- hablé más para mí mismo, pero otra vez Alexia dejó de jugar para quedarse mirándome fijamente- Eso da mal royo, cuchitura- besé su frente- Pero aún así sigues siendo hermosa.

Muy hermosa.

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