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Tony.

-Cállate y come, Layla- dije exasperado.

-No quiero- se quejó con su tono de niña chica- Quiero jugar con Hades.

-Hades nunca quiere jugar contigo- comenté burlón- Pintarlo con el maquillaje de tu madre no es agradable para él- escuché la hermosa risa de Alexia- Pero yo estoy encantado, así que termina de cenar y te ayudaré.

-¡Sí!- chilló divertida y comenzó a comer sus spaghettis.

-Tú y yo hablaremos después de la cena- me reprendió Daemon.

-¿Me quieres dejar un rato tranquilo?- intenté sonar exasperado pero acabé soltando una carcajada- Ojalá te atragantes con los spaghettis.

-¡Tony!- chilló Eider y volví a escuchar la risa de Alexia, acompañada de la de Layla y Daemon.

-¿Qué?- pregunté con tono inocente- ¿Están fríos los tuyos? Porque puedo ir a calentarlos al horno- Cuando pronuncié horno levanté un par de veces mis cejas.

-¡Daemon!- chilló Eider indiganda- ¡Dile algo, por dios!- se tapó sus ojos avergonzada.

-Tony, de verdad eres un grano en el culo- dijo divertido- Niñas, después de cenar podéis maquillarlo a él.

-¡¿Qué?!- grité indignado- ¡No, me niego! ¡Teníamos que hablar!- intenté escaquearme.

-¿Y? Podemos dejarlo para mañana- comentó con tono tranquilo.

-De verdad, todavía estoy esperando a que te atragantes- me quejé con un tono de niño pequeño- Y cuando eso ocurra, ni creas que voy a hacerte el boca a boca, traeré a Hades para que te meta la lengua hasta el fondo.

-Vete a la mierda- susurró Daemon para que solo yo lo escuchara.

Después de cenar, intenté escaquearme de la sesión de belleza. Intenté. Porque aquí estoy, con unas cosas raras en el pelo que no tengo idea de para que son.

Cuando le pregunté a Layla su utilidad, su contestación fue simple tu pelo necesita un look más rebelde, por eso vamos a rizártelo.

-¡Hey!- grité para después soltar un quejido.

-Lo siento- susurró Alexia avergonzada.

-No te preocupes- dije riendo. Ella se acercó hasta quedar con su boca pegada a mi oído.

-Yo no sé maquillar, tampoco quiero hacerlo, pero Layla no me deja no maquillarte- dijo aún más avergonzada.

-¡Hey! ¡Te he oído!- gritó Layla indignada. Maldita mujer loba.

-¿Cómo...?- la interrumpí.

-¿Podéis terminar ya? Mirad que cara de satisfacción tiene Hades al ver lo que me estáis haciendo- le saqué mi dedo corazón a Hades sin que ellas se dieran cuenta.

-Píntale los labios- dijo Layla pasándole un pintalabios rojo- Yo voy a quitarle las cosas estas del pelo- Alexia se acercó a mí para pintarme los labios.

-¿Crees que pueda escoger el pintalabios negro? Creo que va más conmigo- Alexia rió un poco y cogió el otro pintalabios.

-Nunca había visto un pintalabios negro- dijo Alexia mientras miraba con concentración mis labios.

-Estamos hablando de Eider, la señora obsesionada con el negro- los tres reímos y Hades ladró con aceptación por lo que había dicho.

-Niñas, es tarde. Vamos a dormir- Eider entró en el salón y soltó una carcajada- Estas genial.

-Lo sé- dije guiñándole un ojo- El pintalabios negro me sienta de maravilla.

-¡Hasta mañana, tío Tony!- gritó Layla y me abrazó enérgicamente.

-¡Uhg, vete a dormir ya, pesada!- grité correspondiendo su abrazo y ambos reímos- Buenas noches, pequeña- le susurré sabiendo que ella lo escucharía.

Cuando me soltó, Alexia caminó hacia mí algo avergonzada.

-Buenas noches- susurró bajando la mirada. Una sola palabra. Adorable.

-¡Ven aquí!- grité riendo y la achuché entre mis brazos- Buenas noches, cuchitura. Te daría un beso en la frente pero creo que a Eider no le gustaría ver que te he pintado, aunque te lo mereces por meter ese lápiz en mi ojo- ella rió avergonzada y se fue junto a Eider y Layla.

-¿Hablamos?- me preguntó Daemon, que estaba de espaldas a mí. Cuando se dio la vuelta comenzó a reírse como un desquiciado.

-Ven aquí- me acerqué a él mientras ponía morritos- Retomaremos el sexo en el fregadero.

-Tony- intentó parecer serio, pero se le veía claramente divertido.

-Eres un puto aguafiestas- bufé divertido- Espera que me quite esto y ahora hablamos.

Diez minutos más tarde salí de "mi" habitación. Cuando pasé por la habitación a oscuras de las niñas escuché los susurros de las pequeñas.

-No quiero dormir- escuché la voz de Alexia.

-Yo sí, así que a dormir- escuché la voz de Layla.

-¿Cómo es el bosque por la noche?- volvió a preguntar Alexia, pero no recibió respuesta por parte de Layla. Maldita niña con facilidad para conciliar el sueño.

-Alexia- dije entrando en la habitación- ¿Quieres ir al bosque?

Pinta un mundo para mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora