Introducción.

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Tony.

¿Cómo lo había hecho, joder? Daemon estaba destrozado y muerto, bien muerto para ser exactos.

¿Y de repente Eider me grita como una desquiciada diciendo que Daemon estaba respirando?

-Hemos dejado a Daemon en un hospital, Elisa ha conseguido traerle a su forma humana- dije poniendo el coche en marcha.

¿Cómo había conseguido salir del bosque por su propia cuenta? ¿Por qué me obligó a morderle la mano?

-¿Crees que se pondrá bien?- me preguntó nerviosa.

-Los médicos no le han dado ninguna esperanza, Eider- el silencio se hizo presente en seguida y no volvimos a hablar en todo el camino, excepto para pelear.

Cuando llegamos yo quería que ella me acompañara a aparcar el coche para evitar problemas, pero ella casi me arranca la cabeza.

Joder, ella estaba embarazada y le importó una mierda que estuviera sintiendo los dolores que Daemon estaba sintiendo, y simplemente echó a correr hacia el bosque como si tuviese la misma condición física de un deportista.

-Maldita sea- siseé pegándole un golpe al volante para después salir hasta el hospital.

Cuando llegué, Eider estaba llorando y abrazando a Alejandra.

-¿Está bien?- me preguntó Dylan con sus ojos llorosos.

-Está llorando porque Daemon no se ha muerto, estaba deseando celebrar su funeral- espeté con veneno y sarcasmo.

-Mierda tío, relájate- espetó él con el mismo tono- Me refiero a que si le ha pasado algo a ella o a la niña.

-Creo que no- dije suspirando- No me ha dado tiempo a preguntarle tampoco, cuando intenté llevármela del bosque se puso histérica diciendo que solo tenía una hora y que ella sólo sería un atraso.

-Esa chica es demasiado fuerte- dijo y ambos la miramos.

Eider estaba abrazando ahora a Elisa.

-Y cabezota- dije sonriendo.

Pasaron más de dos horas cuando los hijos de puta de los hermanos aparecieron, y Eider les dio su paliza. No sólo ellos ganaron las papeletas del sorteo de hostias, sino que el vigilante también se llevó lo suyo.

-¿Familiares de Daemon?- preguntó el médico y yo tuve que agarrar a Eider, pues al escucharle decir eso, hizo un movimiento brusco, ganándose un mareo.

-¿Quieres relajarte aunque sea un poquito, Eider?- le pregunté algo molesto- A Daemon no le hará gracia despertarse y saber que le ha pasado algo a su mujer y a su hija- Eso pareció relajarla un poco.

-¿Me sigues abrazando?- me susurró mientras el médico hablaba con John y Elisa- No quiero saber que dicen.

-Claro que sí, mocosa- la apreté más contra mí- ¿Te dolió?- le pregunté por la marca.

-Solo un poquito- utilizó el tono de niña pequeña.

-¿Para qué la necesitabas?- pregunté totalmente curioso por saber la respuesta.

-Mi madre Alejandra me enseñó a hacer algo de magia- siguió con su voz de niña pequeña- Al marcarme tenía un vínculo contigo y cuando vertiste tu sangre en el suelo pude salir de allí a través de tu olor- ¿Ya había mencionado lo inteligente que es esta chica?

Pinta un mundo para mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora