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Tony.

Alexia tiene un año.

-¿De verdad crees que estará bien con él, princesa?- le preguntó Daemon a Eider.

-Estoy delante, ¿me ves?- levanté mis manos e hice una seña.

-Podríamos dejarla con tus padres o los míos- me ignoró completamente para seguir hablando con su recién esposa.

-Ojalá que Eider te deje en cuarentena durante toda la luna de miel- dije mientras le sacaba mi dedo corazón.

-Que te follen, Tony- dijo exasperado Daemon.

-¿A qué esperas?- ronroneé- Poséeme aquí- dije a la vez que me subía en el fregadero- Así puedo lubricarte con el jabón de fregar los platos- le lancé un beso al aire.

-¡¿Ves?!- gritó mirando a Eider- ¡No pienso dejar a mi niña con este depravado sexual!

-En realidad a mí me parece un buen plan- dijo ella riendo- Que te folle en el fregadero- dijo sonriendo dulcemente- Además sabes que con Alexia es un amor, y él me lo pidió así que es un sí.

-¡Eres un imbécil que tiene comprado a mi esposa!- gritó indignado.

-¡Es por el sexo en el fregadero!- gritamos ella y yo a la vez, mientras chocabamos los puños.

-¡Mira, me voy de aquí por no partirte la cara!- intentó hacerse el gruñón pero acabó riendo- Espero por tu bien que nada malo le pase porque si no...

-Porque si no, no veré la luz del sol ni de la luna, porque estaré muerto- terminé la frase por él- Deberías pensar en cambiar de frase hombre, te repites más que un loro que siempre repite lo mismo- Daemon arrancó a Alexia de los brazos de Eider.

-Pero que desgracia más grande te ha caído, hija mía- dijo besando su frente.

-Desgracia por el padre que tiene- contraataqué.

-Me parece a mi que voy a dejar a tu madre aquí, y nosotros nos vamos de viaje- dijo ignorándome para seguir hablando con Alexia.

-¿Para que la metas en la lavadora en cuanto me despiste?- dijo Eider fingiendo enojo mientras se la quitaba de los brazos- Ni de coña, Tony la cuidará mejor.

-¡¿Es que no me lo vas a perdonar nunca?!- gritó exasperado.

-Te lo sacaremos en tu cara hasta que dejemos de ver la luz del día y de la noche- comenté riendo.

-¿Has visto que buen mate tienes, mi vida?-dijo mirando de reojo a Daemon- Mucho mejor que tu padre- dicho eso besó la frente de mi pequeña- Te llamaré para ver que tal va todo, si tienes alguna duda llámame, y si tienes algún problema llama a las abuelas modernas- dijo Eider, entregándome a Alexia con una sonrisa.

-Gracias por confiar en mí, Eider- dije con mucha sinceridad.

-Tú has hecho mucho por mí- Me contestó de igual manera- Además, el sexo contigo es demasiado bueno como para desperdiciarlo- habló un poco más fuerte para que Daemon la escuchara.

-¡Deja de intentar ponerme celoso, mujer venenosa!- gritó Daemon desde la habitación, quien seguramente estaba cogiendo las maletas.

-Recuerda no acapararla toda y llévala a ver a sus abuelos, ¿si?- dijo ella todavía con su sonrisa.

-Lo intentaré- ambos reímos- Si intenta propasarse contigo grita bien alto, que con lo viejo que es él y lo niña que eres tú, lo tomarán como un violador y por fin podré deshacerme de él.

-¡No le des ideas, hombre!- gritó molesto entrando por la puerta de la cocina haciendo malabares con las maletas- ¡Qué es capaz de gritar cuando estemos en pleno acto sexual! ¡Además solo tengo veintitrés años!

Sí, veintitré. Y yo diecisiete.

-Pero que fino que eres- dije limpiándome una lágrima imaginaria- Estoy tan orgulloso de tí- llevé una mano a mi pecho y suspiré dramáticamente- Aunque eso de pleno acto sexual deberías corregirlo, más bien parece que estás en celo.

-¡Mira, no te pego porque tienes a mi hija cogida en brazos y yo tengo las maletas que si no..!- gritó dramatizando- ¡Y vámonos ya antes de que se nos vaya el avión!

-Te he dejado todo lo que necesitas para cuidar de ella a mano- dijo Eider sonriéndome tiernamente- Su ropa ya sabes donde está, y no quiero que rompan nada- añadió esto con tono de regaño- Lo más seguro es que Dylan y Javier vengan a pasar el tiempo contigo, así que cuidadito con romper algo o quemar nada.

-A la orden, mi capitán- hice el gesto de un militar y Alexia rió un poco.

-Por cierto Tony- giré mi cabeza tragando saliva por el tono que había utilizado- Nada de confundir los polvos del biberón con los de lavar- dijo Daemon divertido.

-¿Qué?- preguntó Eider confusa.

-¡Nada! ¡Nada! Largo de aquí que se os va el avión- dije dándole un pequeño empujoncito a Eider en la espalda.

Obviamente, Daemon se largó riendo por haberse salido con la suya, y Eider ya no estaba tan segura de dejarme a mi mini mate.

Una vez se fueron  pude suspirar tranquilo.

Esta me la guardo, Daemoncito.

-¡Una semanas con mi mini mate!- grité feliz alzando a Alexia en brazos, quien lejos de inmutarse ante el gesto, comenzó a chillar de alegría.

¡Esto va a ser genial!

Pinta un mundo para mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora