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El símbolo ~ acompañado de letra negrita y cursiva significa que habla Aiden.

Tony.

Llegué a casa nuevamente sin saber nada de Alexia, pero con la esperanza de que esta vez si la hubieran encontrado.

Eider seguía llorando en el suelo, mientras yo me odiaba más y más con cada segundo que pasaba.

-Eider, princesa vamos a encontrarla- dijo Daemon intentado levantarla del suelo, cosa que Eider se negaba a hacer.

-Ni siquiera Tony puede olerla- dijo llorando aún más mientras negaba repetidamente con su cabeza- Todo estaba bien hasta que un lobo entró, me empujó y caí contra la pared- cada vez iba disminuyendo más y más su tono de voz- Cuando me Desperté ella no estaba.

Salí de la casa pegando un portazo, otra vez.

No sabía cuantas veces había salido de la casa para encontrar a Alexia, pero lo haría todas las veces que hicieran falta.

Estaba cansado de sentir las miradas de pena que me daban Alejandra y Elisa, estaba cansado de esperar a que los demás me ayudaran a buscar a mi pequeña. Volví a convertirme en lobo y corrí de nuevo al bosque.

¿Mi única dirección?

David.

Las tres horas que separan su manada de la mía las recorrí en menos de diez minutos. En este momento mis pensamientos solo estaban puestos en Alexia, y me daba igual si intentaban matarme.

Cuando llegué todo estaba aparentemente tranquilo, algunos hombres desnudos caminaban por las calles de la manada a causa de su recién transformación. Ellos estaban demasiado heridos como para intentar acatacarme, así que aproveché la ocasión para ir a la antigua casa de Darío, quien hoy la ocupa David y su beta, Álvaro.

Me transformé de vuelta a mi aspecto humano y pacíficamente golpeé la puerta, importandome una mierda si estaba desnudo o no.

~Ella no está aquí~ escuché la voz de mi lobo en mi mente. Nuestros lobos no suelen interactuar con nuestra forma humana, ellos toman el control cuando quieren salir o cuando necesitamos su ayuda. Los lobos en el que nos transformamos tienen su propia conciencia...su propia vida, y por eso la viven agena a nosotros, siempre y cuando tengan lo que ellos quieren; su alma gemela.

Nunca antes mi lobo me había hablado, él estaba más que feliz con Alexia. Cada vez que quería salir yo sentía ese característico dolor en mis huesos y no me oponía al cambio, creo que por eso nos llevábamos tan bien.

-¿Qué quieres?- escupió David con veneno mientras adoptaba una posición de ataque.

-No vengo a pelear- observé sus costillas atentamente, pues estaba sin camiseta.

~Al menos son dos costillas rotas, ahí tienes su punto débil~ espetó con voz fría mi lobo ~Déjame acabar con él de una puta vez~

-¿Y a qué vienes entonces?- preguntó burlón- ¿Solo vienes tú?

-Solo vengo yo- escupí con veneno- ¿Dónde está Alexia?

-Esa llorona de pacotilla está muy lejos de aquí, ni siquera yo sé dónde está exactamente- comentó burlón.

Sentí mis huesos doler y esta vez no opuse resistencia a su deseo. David al ver lo que estaba haciendo, retrocedió un poco y también comenzó a convertirse en lobo.

~¡¿Dónde coño está mi mate?!~ gruñó mi lobo.

~Te he dicho que no sé dónde está, hijo de puta~ gruñó David~ Ahora vete de aquí y déjame en paz, Tony~ comenzó a enseñarme los dientes. Si tan solo supiera que ahora no soy yo quien tiene el control de la situación.

~Yo no soy Tony, mi nombre es Aiden~ ¿Aiden? Ni siquera yo sabía que mi lobo se llamaba de otra forma diferente~ Esto no es una simple transformación, hijo de puta, quiero a mi mate ahora~ enseñó aún más sus dientes.

A lo que mi lobo, bueno Aiden, se refiere es que aunque yo me tranforme en lobo como cien veces al día, siempre soy yo quien asume el mando. Soy consciente de todo lo que hago, y apesar de ser lobo, sigo siendo yo, Tony.

Ya he dicho que nunca suelen relacionarse con nuestra forma humana, por lo que simplemente piden hacer la transformación pero nunca quieren poseer el control. Siempre y cuando no le toques los cojones.

David se transformó en humano y comenzó a retroceder en un intento fracasado de huir de mi lobo.

-¿Cómo es posible?- seguía retrocediendo- Casi nadie logra hacer que su lobo salga- ¿Pero este es tonto? Nos ha quitado a nuestra mate, ¿Acaso quiere que mi lobo le dé palmaditas en la espalda?

Conseguí retomar el control y me volví a mi forma humana.

-¿Dónde está?- pregunté furioso- No creas que voy a ser capaz de contenerlo por mucho tiempo.

-Ella es mi póliza de vida- se levantó seguro de sí mismo- He ordenado a mis hombres que si algo malo me pasa, siquiera un sólo rasguño ella muere.

~¡Voy a arrancarle la cabeza, póliza de vida mis cojones!~ escuché el aullido de Aiden en mi cabeza.

-Voy a encontrarla y después va a correr mucha sangre aquí- escupí con veneno. Aiden volvió a tomar el control de la situación y volvió a recorrer el camino que minutos antes yo había recorrido.

~Ese hijo de puta va a sufrir, y la zorra de Carolina también. Apuesta a que esa zorra utilizó su poder para ocultar el olor de mi niña~

Después de un recorrido en el que tuve que escuchar a Aiden blasfemar y sus planes de venganzas llegamos a la casa de Daemon y Eider. Intenté retomar el control, pero cuanto más lo intentaba más resistencia oponía él.

Literalmente, Aiden tiró la puerta de la casa y se abalanzó sobre Daemon sin darle tiempo a reaccionar.

~El primero serás tú~ Aiden mordió el cuello de Daemon.

Pinta un mundo para mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora