¡Hola! Una pequeña aclaración ante el capítulo anterior. Tony tiene treinta y dos, me equivoqué porque sumé los nueve años directamente sin acordarme que en un capítulo tenía Veintisiete. Si es verdad que dije que tenía 27, pero eso fue cuando habían pasado tres años.¡Espero que os guste!
Tony.
-¿Y Daemon?- dije mientras Eider y yo subíamos hasta la habitación de Alexia, quien iba dormida en mis brazos.
-Enfadado- dijo refunfuñando- A veces pienso el porqué me casé con él- dijo guiñándome un ojo, sabiendo que él lo estaría escuchando.
-Todavía estás a tiempo de casarte conmigo- dije riendo.
-Déjame que lo piense- Daemon salió de su habitación con el ceño fruncido- ¿Has visto que celoso es?- ambos reímos.
-Sabes que se va a resfriar, ¿verdad?- espetó molesto mirando hacia Alexia.
-Lo sé, pero al igual que Eider hacía contigo lo que quería- hice una pausa pensativo- Ah, no. Que lo sigue haciendo- comenté burlón- Alexia también hace lo que quiere conmigo, y me vale mierda si te enfadas, porque por complacerla te desobedeceré todas las veces que haga falta- al escuchar mi declaración su cara se suavizó.
-Bien, lo siento, ¿si?- espetó resignado- Sólo no quería que nada malo volviera a pasar.
-Una vez cometí el error de dejarla sola, no pasará una segunda vez- dije con completa sinceridad.
-Bien, lo siento. No discutamos más, que no quiero cabrear a Aiden- dijo divertido, dando palmaditas en mi espalda.
-Ha desaparecido- comenté feliz, mientras le daba a Alexia a Eider- Hasta mañana.
-Hasta mañana- comentaron los dos- ¿No quieres tu camiseta?- preguntó Eider.
-No, duermo sin ella- dije riendo- Te espero en mi cama- le guiñé un ojo y ambos reímos, por otra parte me llevé la hermosa vista del dedo corazón de Daemon- Si quieres unirte...- Cerré la puerta, dejando la frase caer.
Sin apartar las sábanas ni nada, me tiré en la cama rendido. La verdad es que no sé ni como me dio tiempo a quitarme las zapatillas, porque creo que cinco minutos más tarde ya estaba dormido.
Escuché un pequeño estornudo, pero no le dí mucha importancia. Unos segundos más tarde escuché otro, lentamente abrí mis ojos y escuché otro.
-Mierda- susurré levantándome de la cama rápidamente para dirigirme a la habitación de Alexia. Al entrar, ella estaba tiritando y estornudando- Alexia- encendí la luz para que no diera mucho cante. Me acerqué hasta ella y toqué su frente- Joder, Alexia estás ardiendo.
Salí de su habitación casi corriendo para entrar sin tocar a la de Eider y Daemon.
-¡¿Pero qué haces, desgraciado?!- gruñó Daemon metiendo su cabeza bajo la almohada molesto por la luz.
-Eider- dije nervioso- Alexia está ardiendo y estornudando- ella se levantó de golpe y salió a correr. Daemon, por el contrario, se enredó en las sábanas y cayó- Ahora no tengo tiempo para reírme, pero después te joderé- salí corriendo a la habitación de Alexia.
-Le he puesto el termómetro- me dijo Eider- Quédate con ella mientras voy a por un jarabe- asentí y ella salió rápidamente.
-¿Se ha resfriado?- preguntó Daemon y yo asentí.
-Mierda, esto es mi maldita culpa- dije acariciando el pelo de Alexia mientras el sentimiento de culpa me invadía.
-Es un resfriado- dijo Daemon calmado- Es humana, es algo normal para ella, no va a pasarle nada.
-¿Qué tal?- preguntó Eider mientras entraba en la habitación agitando un bote.
-Treinta y siente con cinco- dije mirando el termómetro.
-Has sido rápido- me sonrió con ternura mientras echaba el jarabe en una cuchara- Si hubieras tardado un poco más, hubiera sido más difícil bajarle la fiebre- suspiré algo aliviado- Alexia cariño, despierta- ella poco a poco fue abriendo sus ojos. Sin rechistar, se tomó el jarabe y volvió a quedarse dormida.
-Se pondrá bien, ¿verdad?- pregunté preocupado.
-Por supuesto- dijo Eider acariciando el pelo de Alexia- Es humana, para ella es algo normal, para tí no tanto- rió un poco- Podéis ir a dormir, yo me quedo con ella.
-No- dije rápidamente- Yo me quedo con ella, por favor- supliqué.
-No te darás por vencido, ¿verdad?- asentí rápidamente- Cualquier cosa me avisas, ¿si?- Volví a asentir.
Ambos se despidieron de Alexia con un beso en su frente y se marcharon. Cuando intenté acostarme a su lado me dí cuenta de dos cosas: la primera, esta maldita cama era demasiado pequeña y con cualquier movimiento yo iría al suelo, y segunda, un poco más abajo de mis rodillas quedaba colgando fuera de la cama.
-¿Por qué hacen camas tan pequeñas?- me quejé como un niño pequeño mientras cogía a Alexia entre mis brazos para dirigirme a mi habitación.
-¿Qué pasa?- preguntó Daemon en mitad del pasillo.
-Esa maldita cama es demasiado pequeña, así que me la llevo a mi cuarto- el asintió, riendo- ¿Y tú de que te ríes? Te has caído por unas malditas sábanas, por no mencionar la película porno- le saqué la lengua. Por segunda vez en la noche, me gané la hermosa vista de su dedo corazón mientras él se encerraba en su cuarto.
Imité a Daemon y me metí en mi cuarto, depositando a Alexia en mi cama inmediatamente. En cuanto me acosté a su lado, ella se acurrucó junto a mí, acudiendo al calor y a la protección.
Obviamente no me opuse, y la abracé con cuidado.
-Esta es la primera vez que dormimos juntos, cuchitura- dije besando su frente- Nada sexual- dije las palabras que utilicé la primera vez que la bañé.
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Pinta un mundo para mí ©
WerewolfSegunda temporada de 'La princesa de sus ojos'. 🍃 CRÉDITOS DE LA PORTADA 🍃 Realizada por @eewriter, quien actualmente forma parte de la @Editorial_Sky.