11

15.7K 1.2K 72
                                    

Cinco años más tarde.
Alexia tiene diez años.


-Feliz cumpleaños- dijo Maya entregándole un pequeño pastelito a la niña de diez años recién cumplidos.

-Gra... Gracias- susurró la pequeña avergonzada.

-Venga, levántate que hoy iremos de excursión al bosque al que tanto querías ir para festejar tu cumpleaños- dijo feliz. La pequeña asintió feliz mientras corría al baño.

Maya es una mujer optimista, alegre y bondadosa que decidió acoger a una pequeña de tan sólo un año y dos meses cuando vio a su padre angustiado por la reciente pérdida de su amada y sin idea sobre los correctos cuidados de la pequeña.

Mientras Alexia se arreglaba, Maya decidió bajar a la cocina para preparar el desayuno.

-Buenos días- Maya se asustó un poco al reconocer la voz de su novio David.

-Menudo susto me has dado- dijo sonriendo tontamente- Alexia ya está despierta- David asintió sonriendo falsamente, y besó a Maya.

-Tengo mucho trabajo, pero he podido escaparme un rato para felicitar a mi hija- dijo David. Al separarse de él, se percató que su hermano Álvaro también había venido a visitar a su sobrina.

-Hola, Maya- dijo Álvaro fingiendo ternura.

-Hola- susurró algo avergonzada.

-¡Maya! ¡Maya!- gritó feliz Alexia entrando por la puerta- ¡Quiero un zum...- se calló abruptamente al ver a su padre David y a su tío Álvaro.

-Princesa- David hizo el amago de acercarse a Alexia pero ella retrocedió notoriamente nerviosa- Ya sabes... Su fobia social- se excusó al ver la misma reacción de Alexia cada vez que él venía a ver a su hija.

-Lo sé- susurró Maya abrazándolo por la espalada- Debió ser muy duro perder a su madre con tan sólo un año y dos meses, además tu estás en otro país trabajando y solo la visitas una vez cada dos meses- dijo ella besando su hombro- ¿No crees que tu hija es más importante?

-Si no fuera por el trabajo no podría permitirme pagar todos vuestros lujos, además lo estás haciendo muy bien- susurró feliz David- Tengo que irme, el trabajo me llama.














Tony.

-¿Dónde está?- pregunté por décima vez- Sé que tú tuviste algo que ver en todo el asunto- miré a Carolina. Después de que se llevaran a Alexia, Carolina desapareció de la faz de la tierra. Ocultó su olor, e incluso ha cambiado de aspecto, pero nueve años más tarde aquí estoy porque conseguí dar con ella.

-No lo sé- hizo una pausa, frustrada- Y no tuve nada que ver, intenté hablar con mi hija pero tú me rompiste el cuello. David y Álvaro me echaron de la casa cuando no me necesitaron, así que yo quería vengarme de ellos contándole a ella el plan de sus hermanos- sonrió divertida.

-¿No has sabido nada de ella?- pregunté con ganas de romperle el cuello de nuevo.

-No- espetó molesta- No sé nada, así que desaparece de mi vida. No vas a encontrarla nunca, no lo has hecho en nueve años, no vas a hacerlo ahora.

Después de su dolorosa, pero cierta frase de despedida, me dirigí al coche.

-¡Maldita sea!- grité golpeando una y otra vez el volante del coche.

Tendría que volver a la manada, otra vez sin respuestas.






Esto es un pequeño adelanto de lo que se viene a partir de ahora. Todo esto estará mucho, mucho pero que mucho mejor explicado en los capítulos siguientes.

¡Besos!

Pinta un mundo para mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora