Tony.Después de que se terminara la canción, fui a acostar a Alexia en su cuna. Yo tuve que darme una ducha de agua fría, pues mi amigo últimamente estaba demasiado despierto.
Quizás sea porque sabe que para cuando Alexia pierda su virginidad, él será más que virgen por segunda vez, porque no pienso acostarme con nadie que no sea mi mate.
Cuando terminé de vestirme, bajé al salón para ver un rato la tele, ya que siquera tenía hambre, pero me dí la vuelta para ir nuevamente a mi habitación al ver que llevaba otros pantalones en la mano. Justo a mitad de las escaleras escuché demasiado alboroto fuera.
Segundos más tarde la puerta se abrió bruscamente golpeando la pared.
-¡Tony!- gritó Eider con lágrimas en sus ojos. Yo en seguida tensé mis músculos y me puse alerta- ¡Están atacando a la manada! ¡Daemon se fue a detenerlos! ¡Y John! ¡Y Dylan! ¡Y Javier! ¡Y Darío! ¡Y...- la corté.
-Sí, sí ya entendí- comenté- ¿Podrás cuidar de vosotros?- con vosotros me refería a mi mini mate, el bebé y a ella.
-Sí- asintió repetidas veces- Creo que sólo vienen a intentar matar de nuevo a Daemon- Claro que como no, tenía que ser David.
Segundos después salí de la casa como alma que lleva el diablo.
Quizá debería haberme preparado antes de hacerme el valiente, ya que fuera todo era un tremendo caos.
Lobos atacándose, mujeres gritando y corriendo desesperadas con sus hijos y, como no, más lobos atacándose.
Aunque en realidad los lobos de David no atacaban ni a las mujeres, ni a los niños.
En ese momento supe que algo iba mal.
Muy mal.
En todas las guerras entre manadas siempre había un desgraciado que se aprovechaba de alguna mujer indefensa, pero aquí todos estaban demasiado ocupados intentando dar muerte a todas las mujeres y hombres que se convertían en lobo.
Seguí corriendo en mi forma humana para intentar pasar desapercibido y así poder encontrar a Daemon, pero en el camino me encontré con un niño que no sobrepasaba los cinco años de edad con un palito de madera en una mano mientras gritaba "Hey toro, hey" a un lobo que tenía justo delante de sus narices.
-¿Pero qué haces?- le pregunté molesto al niño- Deja de hacer el tonto y ve a buscar a tus padres- Después de que el niño huyera asustado, no por el lobo sino por mí; ¿qué cosas, verdad? me convertí en lobo y comencé a atacar a todo lobo que no pertenecía a mi manada.
Pasó una hora y seguían acudiendo lobos de la manada de David. Todavía no había conseguido encontrar a ninguno de los míos y la cosa ya empezaba a preocuparme de verdad.
-¡Daemon!- escuché el grito de Eider- ¡Tony!- terminé con el lobo que me estaba tocando los cojones y corrí hacia ella. Al encontrarla tenía una brecha en la cabeza, de la cual salía demasiada sangre, y Alexia no estaba con ella- ¡Tony! ¡Se la han llevado! ¡Se han llevado a Alexia!- me gritó a la vez que lloraba desesperada.
El pánico comenzó a invadir mi cuerpo y como única alternativa aspiré fuertemente para seguir el olor de Alexia.
Definitivamente iban a por ella.
Sin ninguna otra opción empecé a correr hacia el bosque, trazando diferentes planes para poder encontrar a Alexia.
Pero todo parecía estar en mi contra, ya que a cada paso que daba unos cuantos lobos intentaban atacarme.
Conseguí quitarme de encima a uno, y aunque mis ganas de arrancarle las tripas a los demás eran inmensas, tuve que controlarme para seguir buscando desesperadamente a mi pequeña.
Rastrée todo el jodido bosque, no una si no dos veces, y no conseguí encontrarla por ningún lado.
Tampoco puedo olerla.
Reuní las pocas esperanzas de encontrarla que tenía convirtiéndome así en humano y comenzar a gritar su nombre.
Obviamente sabía que no me contestaría, pero al menos comenzaría a llorar y podría encontrarla.
Y lo hice, o al menos eso creí al ver su manta azulada desgarrada y esparcida por las ramas partidas en el suelo.
-¡Alexia!- grité tanto que sentí un fuerte dolor en la garganta, cosa que me importó poco.
Volví a convertirme en lobo y salí a correr intentando encontrar algo más que pudiera llevarme hasta ella.
Sin embargo, no conseguí nada.
Poniendo en marcha mi último plan, comencé a correr hacia la casa nuevamente, ya que quizás no la encontraba porque Daemon o alguno de los otros la había encontrado.
Me convertí nuevamente en humano y me coloqué unos pantalones que había tirado justo en la entrada cuando salí, y ahora estoy agradecido con eso.
Al entrar noté el ambiente demasiado tenso, cosa que hizo que mis esperanzas de que Alexia estuviera aquí se desvanecieran poco a poco.
-¡¿La has encontrado?!- gritó desesperada Eider mientras agarraba mi camiseta.
No, no, no.
-No- susurré con mi voz rota- No hay rastro de ella, ni de su olor- alcé lentamente la mantita azulada que encontré en el bosque, la cual no había querido dejar allí.
-¡No!- chilló para después caer de rodillas al suelo mientras lloraba aún más fuerte.
-¿Quiénes están buscándola?- pregunté mientras la ayudaba a levantarse.
-Todos- asentí abrazándola para que no se cayera y la guíe al sofá- He querido ir pero no me han dejado, y Elisa y Alejandra han querido quedarse conmigo pero prácticamente las he obligado a ir a buscar a mi niña.
-Debes cuidar de tí y del bebé- dije animándola- Nosotros encontraremos a Alexia, ¿si?
-Tengo miedo, Tony- susurró abalánzose sobre mí para comenzar a llorar.
-Yo también, Eider- murmuré limpiando mis lágrimas- Yo también.
La puerta volvió a abrirse y ambos salimos a correr hacia la entrada encontrándonos con Daemon y sus ojos rojos de tanto llorar.
Comenzó a negar, y Eider salió corriendo para abrazarse a él.
-¿A dónde vas?- preguntó Daemon al ver que pasaba por su lado para salir nuevamente.
-Pienso encontrarla- sin más cerré de un fuerte portazo.
Pronto estarás de nuevo conmigo, cuchitura.
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Pinta un mundo para mí ©
WerewolfSegunda temporada de 'La princesa de sus ojos'. 🍃 CRÉDITOS DE LA PORTADA 🍃 Realizada por @eewriter, quien actualmente forma parte de la @Editorial_Sky.