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Tony.

-Yo... Lo siento, no tengo experiencia- susurró avergonzada.

-Yo la he perdido- dije riendo tiernamente- Pero podemos seguir practicando- me incliné otra vez e iba a besarla cuando papá rabioso uno apareció echando espuma por su boca.

-¡Ven aquí, desgraciado!- gritó enfurecido acercándose a nosotros- ¡Te dije que nada de respirar su mismo aire!- ví que Eider también venía, pero ella, como siempre, con su pañuelo limpiando sus lágrimas.

-¡Oye! ¡Tú me dijistes que nada de respirar! ¡¿Y si no he respirado durante el beso?! ¡Tendrías que haber dicho que nada de compartir saliva!- dicho eso me levanté del suelo y salí a correr para conservar mi vida.

-¡Pienso arrancarte la lengua!- gritó corriendo más rápido.

-¡Sí, claro! ¡¿Y luego como doy placer, ah?!- mala idea. Simplemente muy mala idea- ¡Era broma, hombre! ¡Era broma! ¡Te juro que me mantendré virgen para siempre!- Eso pareció calmarlo y se detuvo, por lo que yo pude pararme a coger algo de aire.

-¡No me vale con eso!- volvió a perseguirme.

-¡Socorro! ¡No! ¡Déjame!- me agarró de un pie y caí al suelo- ¡Alexia!- dramaticé.

-Abre la boca- su voz salió demasiado terrorífica. Negué con la cabeza mientras unía fuertemente mis labios- He dicho que abras la boca- volvió a decir y yo negué apretando más fuerte mis labios.

-Papá- escuché la voz de Alexia- Déjalo.

-¡Gracias, cuchitura!- grité. Otra mala idea. Daemon aprovechó que había bajado la guardia y metió su mano en mi boca- Cedad guaro- dije mientras sacaba mi lengua, pocos minutos después comencé a escupir.

-Si te contara qué ha estado haciendo con esa mano- dijo Eider divertida.

-¡Alexiaaaaaa!- me quejé como un niño pequeño llorando.

-¿Queréis dejarlo ya?- comentó divertida- Ya pasó, bebé- acarició mi cabeza.

-¡Qué corra el aire!- gritó Daemon interponiéndose entre nosotros dos.

-¡Ya, asúmelo!- grité exasperado- ¡Tu niña se ha hecho mayor! ¡Déjala ser feliz conmigo!- levantó su mano de nuevo y rápidamente sellé mis labios nuevamente.

~Socorrito~ le dije a Alexia mientras le hacía ojitos y ella comenzó a reír como desquiciada.

-¿De qué te ríes, pequeña?- preguntó Daemon curioso.

-¿Puedes dejarlo ya?- preguntó ella haciéndole ojitos. Él suspiró derrotado y se calmó- Puedo aceptar lo de ser Alpha con la condición de que Tony sea mi Beta.

-¡Sí, claro!- gritó exasperado- ¡Y dejarte a solas con él!

-Daemon- espetó Eider enfadada.

-¡Bien! ¡Bien! ¡Lo que tú digas!- gritó levantando las manos- ¡Cómo le hagas algo a mi hija te juro que....- lo interrumpí- No volveré a ver a ver la luz del día ni de la noche- hice una pausa divertido- Sí, ya lo sé.

-¿Seguro que no quieres que Layla sea tu Beta?- preguntó esperanzado porque ella cambiara de idea.

-¡No le hagas chantaje! ¡Ella quiere que yo sea su Beta y su Beta seré!- grité indignado- ¡Tú eres un viejo aburrido!

-Vamos a darle la noticia al abuelo, cariño- Dijo Eider abrazando a Alexia- Vámonos antes de que se pongan a pelear otra vez.

-¡A mí no me dejéis con éste!- grité mientras entrelazaba mi brazo izquierdo con el brazo de Eider y mi brazo derecho con el brazo de Alexia- Vámonos ya.

-¡Oye!- se quejó Daemon como un niño pequeño.

-Ni caso, princesas- dije divertido- No habéis escuchado nada, no miréis atrás y se irá.

-Ni que fuera un fantasma- susurró Daemon indignado.

-Es justo lo que eres- susurré y salí a correr.

Media hora más tarde por fin llegamos a casa. Creo que un poco más y se nos hace de noche, pero la culpa fue de Daemon, ya que nos íbamos persiguiendo el uno al otro mientras nos pegábamos.

-Eider, ¿hay lejía?- pregunté cuando entramos en la casa- Necesito desinfectarme- saqué mi lengua y la señalé.

-¿Cómo estás?- preguntaron Darío y John a la vez.

-¿Crees que voy a ser una buena Alpha?- susurró Alexia avergonzada.

-¡¿Eso es un sí?!- exclamaron los felizmente.

-Quizás- dejó caer la frase.

-¡Serás la mejor Alpha humana del mundo!- comenzaron a abrazarla entre los dos.

-¡Oye!- grité caminando hacia ellos- Puede que no tengáis tetas pero aún así la podéis asfixiar, así que fuera.

-¿Quién eres tú para impedirme abrazar a mi nieta?- dijeron los dos a la vez nuevamente.

-Su Beta- espeté orgulloso.

Pinta un mundo para mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora