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Tony.

-Alexia- Me quejé- ¿Quieres dejarme un hueco?- ella balbuceó algo y se acurrucó más contra mí.
No pude evitar reír tiernamente.

En una maldita cama de matrimonio, yo estaba en la punta de la cama, casi besando el suelo y Alexia estaba acurrucada contra mí.

-Cuchitura- intenté despertarla- Deja de dormir- me quejé- Vamos a caernos- que sueño más pesado, joder- Cuchitura vamos a caer...- ambos nos caímos de la cama. En realidad ella me empujó y yo caí, pero estaba agarrada a mí, por lo que la arrastré conmigo.

-¿Qué pasa?- preguntó bostezando.

-Nos hemos caído de la cama- comenté riendo- Por tu culpa.

-¿En serio? La verdad me lo creo- intentó cerrar sus ojos para dormir de nuevo.

-Me alegra saber que soy una buena almohada pero es casi de noche y Hades está en el jardín- ella abrió sus ojos sorprendida- Cenamos y después dormimos, ¿si?

-Vale- me incorporé y la ayudé a levantarse.

-¿Te duele?- le pregunté nervioso.

-Solo un poco- sonrió tiernamente- ¿Me pasas tu camiseta?- preguntó avergonzada- Desde aquella noche en la que me dejaste tu camiseta porque me caí al lago me enamoré de tus camisetas.

-¿Y por qué no me las pediste?- pregunté riendo mientras se la pasaba.

-Quedaría como una psicópata, además yo creía que tenías otra mate y en fin- levantó sus hombros.

-¿No te pones bragas o tanga?- pregunté alzando mis cejas.

-¿Qué tanga?- preguntó confusa- Alguien lo robó y las maletas están en medio de la casa.

-Me lo pones difícil, maldita bruja cuchiturita- suspiré resignado.

-Te aguantas- sonrió triunfante mientras salía de la habitación. Me puse los boxers y salí a correr para alcanzarla. Se veía tan malditamente caliente con sus nalgas visibles.

-Por dios Alexia ponte algo- me quejé a la vez que suspiraba.

-Ya voy, hombre- rió mientras se agachaba a abrír la maleta. Fue demasiado tarde cuando quise cerrar mis ojos, pues mi amigo ya se había vuelto a despertar.

-Ya da igual- suspiré resignado- Me he empalmado así que ni te molestes en ponerte nada- caminé hasta la puerta que daba al jardín y abrí la puerta- ¡Hades!- grité y él vino rápidamente.  Entro en la casa y se puso a mirar cada detalle de la cocina, para después salir a investigar el resto de la casa.

-¿Qué cenaremos?- preguntó Alexia entrando en la cocina.

-¿Qué quieres cenar?- pregunté mientras me aseguraba que llevaba las bragas. Gracias al cielo que las llevaba.

-¿Tostadas?- preguntó como una niña pequeña.

-Bien, algo raro pero si es lo que quieres...- dejé caer la frase.

-¿Puedo ir al sofá a ver la tele?- me preguntó y asentí- ¿Podemos ver una película?

-La que tú quieras- dije poniendo el pan en la tostadora- ¿Café?- ella asintió para segundos más tarde salir de la cocina.

-¿Por qué huele a pizza?- preguntó divertida cuando entré al salón con su cena.

-Darío dejó la mitad en el frigorífico y la he puesto a calentar- dije a la vez que ponía su cena en la pequeña mesita que había- ¿Cuál vamos a ver?

-¿Memorias de un zombie adolescente?- preguntó haciéndome ojitos.

-¿De qué va?- pregunté sentándome a su lado, colocando sus pies en mis piernas.

-De un zombie que se enamora de una humana- dijo todavía haciendo ojitos.

-No hace falta que me pongas esa cara de pena- dije riendo- La veremos si es lo que quieres ver, voy a por la pizza antes de que se queme.

Al entrar de nuevo en el salón, me encontré con Alexia peleando para untar sus tostadas.

-Todavía no has aprendido, ¿eh?- pregunté divertido- ¿Necesitas que vaya a por otro tarro para la otra mitad de la tostada?- ella suspiró resignada.

-¿Me ayudas?- hizo un puchero.

-Trae, anda- me volví a sentar en el sofá colocando de nuevo sus pies en mis piernas- Toma- cuando me di cuenta le estaba dando un bocado a un trozo de pizza- ¡Oye!- grité haciéndome el indignado.

-Está deliciosa- dijo lamiendo sus labios- Pero prefiero mis tostadas- se inclino a coger su tostada de mi mano pero la aparté- ¡Oye!- se hizo la ofendida. Mordí la tostada y se la pasé.

-Estamos en paz- espeté divertido.

-Sh, que empieza- siguió comiendo su tostada mentiras miraba la televisión entusiasmada. En cuanto terminó de cenar, se acomodó mejor en el sofá y cuando quise darme cuenta ella ya estaba dormida.

-Ya se nota que es tu película favorita, ya- me levanté del sofá riendo. Salí del salón para ir a echarle de comer a Hades y volví para coger a Alexia en brazos- Buenas noches, cuchitura- besé su frente y la acurruqué más a mí, pero esta vez en el centro de la cama.

Pinta un mundo para mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora