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Tony.

-Okay, Alexia me he dado cuenta cariño- dije a la vez que entraba a su habitación- Pero tengo que preparar tu baño, así que deja de formar berrinche porque no te voy a sacar de tu cuna- Alexia llevaba diez minutos de pie en la cuna llorando porque no la cogía en brazos, pero nadie puede culparme, porque si no me tomo mi tiempo, no soy capaz de prepararle el maldito baño.

Después de tres minutos, el baño ya estaba preparado.

Ahora viene lo peor.

Cogí a Alexia en brazos y al fin se calló, la tumbé con cuidado en su desvestidor, o como quiera que le haya escuchado decir a Eider, y comencé a quitarle su ropita.

-Tú me vas a perdonar, ¿verdad cuchitura?- Alexia balbuceó algo- Míralo por el lado positivo, el día que sea tu primera vez no recordarás nada y yo podré fingir que nunca antes te he visto nada, nada de nada- continué hablándole mientras le quitaba el body- Dios mío que vergüenza- después de unos segundos preparándome mentalmente le quité el pañal sin mirar nada.

Absolutamente nada.

La cogí en brazos otra vez y la llevé hasta su pequeña bañera.

-Creo que tu padre nunca pensó que esto pasaría, porque si no, yo no estaría cuidándote y bañándote ahora mismo- dije echando un poco de agua en su cabecita.

Todo el baño transcurrió normal hasta que tuve que enjabonar su cuerpo.

-Esto no es nada sexual, cuchitura- dije a la vez que enjabonaba su zona íntima.

Minutos después, por fin terminé el momento vergonzoso, y quise sacarla de su bañera pero ella no quiso. Intentaba sacarla y ella lloraba.

-¿Por qué no quieres salir, cuchitura?- pregunté confuso esperando que mi mate de un año que ya había sido mancillada visualmente por su mate, me dijera que quería. Rápidamente empezó a chapotear en el agua- ¡Oh, no cuchitura!- intenté sacarla pero me salpicó un poco y empecé a escupir agua. Acto seguido empezó a reír- Pero serás mala, espero que no salgas a tu madre- reí yo sólo ante mi propio chiste. Creo que no podré caer más bajo en toda mi vida. Mentira, dame dos minutos y ya habré tocado fondo con otra cosa.

Poco tiempo después Alexia se quedó sin agua con la que chapotear, ya toda estaba tirada en el suelo y con mucho trabajo, conseguí sacarla.

-Vamos a vestirte antes de que cojas frío- dije envolviéndola en su toalla azul. Caminé hasta su desvestidor, porque creo que se llama así, y la coloqué suavemente- ¿Crees que necesitaré a YouTube para vestirte, cuchitura?- dije mientras la secaba con su suave toalla.

Comencé a recordar todo lo que Eider me dijo que tenía que hacer.

Primero debes secarla, obviamente. Pero estamos hablando de tí, tenía que decírtelo.

Ese paso ya está hecho.

Después tienes que tomar su crema especial con el tapón azul y echarsela en el culito y en las ingles.

Después colocale el pañal.

-Perdóname otra vez, cuchitura- dije a la vez que esparcía la maldita crema y colocaba su pañal- ¿Por qué queda tan mal? ¡Mierda está al revés!- tuve que volver a colocárselo.

Después ponle el body y cualquier ropa que le quieras poner.

Después de unos largos quince minutos, Alexia estaba bañada y preparada.

-Vamos a comer, bebé- bajamos hasta la cocina y la deposité en su silla especial.

Puse a calentar el agua con cuidado de no pasarme y fui a por los polvos.

Una vez listo comencé a preparalo, no sin antes revisar si esos eran los polvos correctos. Cogí a Alexia en brazos de nuevo y me dirigí al sofá.

-¡Mierda el biberón!- justo cuando me senté me acordé de él. Molesto tuve que volver a la cocina- ¿Por qué no me avisastes, eh?- le dije a Alexia y ella rió un poco.

Ahora sí pude coger a Alexia entre mis brazos, e inclinandola un poco hacia atrás como Eider me había enseñado, comencé a darle su biberón.

Justo cuando Alexia tenía medio biberón vacío, mi móvil empezó a sonar. Iba a ignorarlo cuando me acordé de la advertencia de Daemon, así que no tuve más remedio que ponerlo en altavoz.

-¿Cómo va todo?- preguntó Eider con dulzura.

-Estoy dándole el biberón- dije orgulloso.

-¿Y qué tal la hora del baño?- preguntó riendo. Gracias a dios que no podía ver cuán sonrojado estaba en este momento.

-Vergonzoso- admití- Muy vergonzoso- ella rió.

- ¿A quién llamas?- escuché la voz de Daemon.

-A mi amante- dijo ella.

-¿Cómo está mi niña?- dijo Daemon rápidamente.

-Está muy bien, le estoy dando el biberón- dije nuevamente orgulloso.

-Bien- se quitó del teléfono.

-Te dejo para que sigas a lo tuyo, cualquier cosa me avisas, ¿si?- preguntó ella dulcemente.

-De acuerdo- Iba a colgar cuando me interrumpió con un ¿Tony?- ¿Qué pasa?

-Lo estás haciendo muy bien- dijo.

-Gracias- susurré- Gracias por confiar en mí.

Tiré el móvil al sofá y seguí dándole el biberón a mi cuchitura.

Después de que Alexia tomara su biberón y echara sus gases, se quedó dormida.

Por el contrario, a mí me tocó recoger todo el desastre que formó en el cuarto de baño, pero cuando terminé pude tumbarme en la cama, no sin antes coger a Alexia de su cuna para tumbarla a mi lado.

Joder, me estoy convirtiendo en Daemon.

Pinta un mundo para mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora