Pinta un mundo para mí ©

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Tony.

-¿Cuándo le has enseñado eso?- le pregunté a Eider según bajaba las escaleras.

-¿Desde cuándo un mago revela sus trucos?- me guiñó un ojo y yo suspiré- ¿Te quedas a cenar?- le preguntó a Dylan.

-No, solo venía de visita- dijo con una amplia sonrisa.

-Bueno, pues te quedas y punto- volvió a insistir Eider- Ya tenemos a un gorrón, por otro más no pasará nada.

-¡Hola!- gritó una Layla bastante feliz.

-¡¿Pero cómo vienes así?!- gritó sorprendída Eider- ¡Daemon!

-¡Te juro princesa que intenté pararla, pero no pude!- gritó levantando las manos- ¿Y tu ojo?- preguntó asombrado.

-Tengo a una mini bruja que me quiere- sonreí orgulloso- No pudo decir lo mismo de tí.

-¿Te has hecho daño, cariño?- dijo Eider arrodillándose delante de Layla.

-No, mamá ¡ha sido genial!- gritó feliz- Incluso he peleado con Hades.

-Hades no ha puesto mucho empeño- dijo Daemon en defensa propia.

-Voy a preparar tu baño- suspiró resignada.

-De la que te has librado- dije burlón- ¿Te ha gustado pelear?

-¡Sí, ha sido una pasada!- volvió a chillar, emocionada.

-Vamos, Layla, tu baño ya está preparado- dijo Eider entrando por la puerta de la cocina- ¿Puedes ayudarme con Alexia? Está casi dormida- rápidamente me levanté.

-Ya voy yo- dijo Daemon intentando ir.

-No- le paró Eider- Mira como estás de sucio, además te toca bañar a Odie, así que date prisa- antes de salir yo me giré y le lancé un beso.

-¿Dónde está mi cuchitura...- me callé abruptamente al ver que estaba dormida sobre la cama. No pude evitar reír con ternura.

Estaba dormida con su camiseta de maga corta y su ropa interior, se había quedado dormida en mitad del proceso de vestimenta.

Me acerqué hasta el armario y cogí una camiseta de manga larga, ya que por la noche tendría frío. Me acerqué hasta ella y, con cuidado, le puse sus pantalones del pijama. Después, cogiendo con cuidado su cabeza, le puse la camiseta.

-La cena ya está lis...- Eider se calló.

-Se quedó dormida antes de terminar de vestirse- dije riendo. Giré mi cabeza para encontrarme a Eider llorando a mares.

-Lo siento, ya sabes que soy muy sentimental- rió limpiando sus lágrimas y yo la acompañé- Despiértala para que coma algo, ¿si?- asentí y se marchó.

-Alexia- la cogí en brazos- Cuchitura, despierta- ella abrió sus ojos por un instante, pero volvió a cerrarlos- No, no cuchitura, hay que cenar primero- Solo recibí un bostezo por su parte. Riendo volví a acostarla en la cama, con la diferencia de que esta vez estiré las sábanas y la arropé con ellas- Buenas noches, cuchitura- besé su frente, apagué la luz y salí de la habitación cerrando la puerta detrás de mí.

-¿Y Alexia?- preguntó Layla mirando a todos lados.

-Está muy cansada y muy dormida- sonreí como un idiota- He preferido dejarla dormir, estaré pendiente de ella por si se despierta esta noche con hambre- le dije a Eider y ella asintió convencida con mi trato- ¿Tú no estás cansada?

-No- negó enérgicamente Layla- Quiero seguir peleando, ¿te animas?- puso sus puños en modo de ataque.

-Nah, paso- le saqué la lengua y me senté al lado de Darío- ¿Mañana cómo entrenaremos?

-He pensado que Layla mañana podría hacer orientación por el bosque y Alexia debería ir aprendiendo a defenderse- asentí de acuerdo con él- Me imagino que tú le enseñarás, ¿verdad?

-No lo dudes- palmeé su espalda- ¿Qué hay de Javier?- le pregunté a Dylan.

-Nada nuevo, sigue con su mate- escupió con veneno y yo asentí. Iba a hablar pero fui interrumpido por un Daemon con espuma en su cabeza.

-Ni se te ocurra decir nada porque te pongo el otro ojo morado- me amenazó y yo asentí divertido- Voy a ducharme- subió las escaleras blasfemando.

-Oye, Tony- Darío llamó mi atención- Hablando de brujería, ¿quién te ayudó aquel día?