Tony.
Abigail y Edgar tienen cuatro años.-¡Papá!- gritó Abigail saltando encima de mí- ¡Mamá!- gritó Edgar saltando encima de Alexia.
-¿Quieres tener más cuidado con tu madre?- le regañé a Edgar.
-Lo siento- dijo sonrojado y Alexia rió.
-Tiene envidia, bebé- susurró Alexia abrazándolo- ¿No me das un abrazo?- Abigail dejó de abrazarme para abrazarla a ella.
-¡¿Estás nerviosa?!- gritaron los dos a la vez.
-Mucho- respondió ella riendo- Tu padre creo que ni un poquito.
-¿Sabéis que? Mejor me voy con Hades, creo que es el único que no se mete conmigo- hice el amago de levantarme de mi cama y ambos salieron corriendo.
-¡Hades es nuestro!- gritaron mientras bajaban las escaleras.
-Al fin solos- ronroneé para ponerme encima de Alexia sin hacerle daño- ¿Estás muy muy muy nerviosa?- asintió enérgicamente y yo reí.
-¿Huirás antes de dar el sí quiero?- preguntó angustiada.
-¿Cómo me conoces tan bien?- suspiré resignado- Ahora tendré que inventarme otra cosa.
-¿Cómo que?- preguntó riendo tiernamente.
-¿Qué tal náuseas por el embarazo?- pregunté guiñándole un ojo y ella golpeó suavemente mi brazo.
-En todo caso soy yo la que utilizaría esa excusa- me sacó la lengua- Soy yo la que está embarazada de dos meses.
-¿Y? Yo también lo estoy- dicho eso comencé a besarla tiernamente, aunque poco a poco el beso fue subiendo de tono.
-Uhg- escuché el quejido de Abigail.
-¡Tápate los ojos!- gritó histérico Edgar mientras le tapaba los ojos a su hermana- ¿Ya habéis terminado? ¡Tenemos hambre!- soltó un quejido. Alexia y yo nos miramos para segundos más tarde comenzar a reír.
-Ve tú, anda- comenté riendo mientras me tiraba de nuevo en mi lado boca abajo.
-¿Y tú qué?- comentó divertida mientras se levantaba.
-Estoy en apuros- solté un quejido- Alguien se ha puesto feliz- Alexia estalló en carcajadas y me dio una nalgada- ¡¿Pero qué haces, mujer insensible?!
-Ponerte aún más feliz- salió de la habitación todavía riendo y escuché el timbre.
¡Mierda, no!
-¡No abras, Alexia!- grité a todo pulmón pero fue demasiado tarde.
La estampida de salvajes que tengo por familia entró gritando y saludando a mi futura esposa y a mis hijos.-¿Dónde está Tony?- preguntó Daemon- Quiero hablar con él- Mierda tío, ahora no, estoy empalmado.
-Está en la habitación- solté un quejido- Pero ahora Déjalo tranquilo- Gracias Alexia te amo. Daemon la ignoró y comenzó a subir las escaleras.
-¡Tony!- gritó entrando en la habitación- ¡Despiértate!
-¡Largate de aquí!- grité ocultándome aún más.
-Tengo que hablar contigo- se sentó en el lado de la cama de Alexia- Mírame cuando te hablo, tío- negué rápidamente y él me hizo girar hasta quedar mirando el techo- Ave Maria Purísima- susurró sorprendido mirando el bulto de mis bóxers- ¡Pero que asquerosidad! ¡Así es normal que mi hija esté embarazada otra vez! ¡Estaréis todo el día como los conejos!- salió a correr asqueado.
-Maldito desgraciado- espeté divertido mientras entraba al baño para darme una ducha.
Cuando al fin bajé las escaleras relajado, me encontré con los chicos en el salón y las chicas en la cocina hablando de los detalles de la boda.
-¡¿Qué haces aquí?!- gritaron Alejandra y Elisa a la vez- ¡Vete!
-¿Tampoco puedo desayunar?- me quejé y ellas negaron. Me di la vuelta para salir de allí, no sin antes robarle a Edgar una tostada.
-¡Oye!- se quejó él- ¡Es mía!
-Dásela- espetó divertida y con ternura Alexia- Ahora te preparo otra.
-¡Toma, papi!- Abigail me entregó una suya- ¡Voy a jugar con Hades!- salió a correr hacia el jardín. Con las tostadas en la mano fui hacia el salón encontrándome a los chicos alrededor de Daemon.
-¿Y a éste qué le pasa ahora?- pregunté con mi boca llena.
-Está traumatizado porque tú la tienes más grande que él- dijo John realmente divertido mientras palmeaba mi espalda. Tuve que escupir la tostada o me asfixiaría.
-¡¿Me estás jodiendo?!- grité tosiendo fuertemente.
-La vida es tan injusta- susurró Dameon limpiandose una lágrima. Una lágrima de verdad.
-Si es que debí haberme casado con Tony- escuché la voz divertida de Eider- ¡Dejad las tonterías, tenéis que comenzar a vestiros ya!
-¿Qué pasa?- preguntó Alexia entrando al salón preocupada- ¿Por qué lloras?- miró a su padre.
-Me ha visto empalmado y llora porque la tengo más grande que él- reí y Alexia se sonrojó- Será mejor que vayas a vestirte.
-Yo te tomo a tí, Alexia como esposa, para amarte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte nos separe- coloqué su anillo y ella comenzó a reír- ¿De qué te ríes?- susurré.
-No es del todo así- susurró riendo- Yo te tomo a tí, Tony como futuro esposo, para amarte en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza hasta que la muerte nos separe- rió al final de la frase mientras colocaba mi anillo.
-Gracias por no quedarme en ridículo- susurré agradecido.
-Tu esposa es demasiado bondadosa- susurró ahora Daemon- Eider me hubiera dejado en ridículo sin pensárselo dos veces.
-Puedes besar a la novia- comencé a besar a Alexia mientras sentía el sabor salado de sus lágrimas.
-Te amo- susurré para besarla de nuevo.
-Yo también te amo- susurró ella llorando aún más- Gracias por pintar este mundo tan perfecto para mí.
Fin.
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Pinta un mundo para mí ©
WerewolfSegunda temporada de 'La princesa de sus ojos'. 🍃 CRÉDITOS DE LA PORTADA 🍃 Realizada por @eewriter, quien actualmente forma parte de la @Editorial_Sky.