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Tony.

-¡Buenos días!- exclamaron las pequeñas mientras saltaban sobre nosotros. Daemon, que estaba en la punta de la cama porque yo la acapararba toda, se cayó al suelo cuando las pequeñas impactaron contra nosotros.

Alexia, Layla y yo empezamos a reír.

-¡Hombre herido, hombre herido! ¡Aborten la misión, repito, aborten la misión!- grité mientras reía.

-¡Es nuestro primer día de colegio!- gritaron las pequeñas saltando en la cama.

-¡Ogro a la vista!- grité levantándome mientras miraba a Daemon sobándose la cabeza- ¡Corred!- el primero en salir fui yo y las pequeñas salieron detrás de mí riendo.

-¡Ogro tu tía!- escuché gritar a Daemon mientras corría hacia nosotros.

-¡Sálvese quien pueda!- grité aún más alto, dramatizando bastante. Me giré un poco para ver por donde venía Daemon y sin darme cuenta bajé las escaleras rodando- ¡Estoy bien!- grité poniéndome en pie cuando paré de rodar gracias a una pared- ¡Eran efectos especiales!

-¿En serio?- dijo Eider limpiándose las lágrimas a causa de la risa- ¿Efectos especiales?

-¡Tío Tony!- gritó Layla- ¿Seguro que eran efectos especiales?- preguntó inocentemente y asentí orgulloso.

-¿Te duele?- preguntó Alexia presionando el moratón que empezaba a formarse en mi pierna, pues es donde me había golpeado contra la pared.

-No, no- dije jadeando e intentando aguantar un chillido.

-¿Seguro?- apretó aún más fuerte.

-Déjame ya y desayuna que se te va a hacer tarde- la cogí en brazos para que dejara de presionar mi herida mientras la sentaba en una silla y le metía una tostada en su boca- Tú también, Layla- repetí el proceso.

-¡Qué las ahogas!- gritó Eider presionando fuertemente el moratón.
Yo empecé a chillar mientras saltaba a la pata coja- ¿No qué no te dolía?

-Quería- me encorvé buscando oxígeno- dejar- cogí una bocanada de oxígeno- que pensaras que eres fuerte- dije de carrerilla y volví a coger aire- Eso ha estado cerca- susurré para mí mismo mientras limpiaba el sudor imaginario de mi frente olvidándome por completo de que Layla y Daemon podían escucharme.

-Sí, claro- comentó Eider burlona, mientras untaba las tostadas de Layla con mermelada de fresa.

-Yo quiero hacerlo sola- dijo Alexia haciendo un intento por coger el cuchillo y yo se lo quité antes de que eso sucediera.

-Espera, mejor te doy uno de plástico- Eider y Daemon comenzaron a reír por mi sobreprotección- Toma- le entregué el cuchillo y me senté a su lado echando mis cereales favoritos en un bol.

-Oye, Tony hoy Darío vendrá para hablar con nosotros- dijo Daemon sentándose en su asiento. Yo asentí sin prestarle atención, pues solo tenía ojos para Alexia.

-Vas a utilizar toda la mantequilla en un trocito de tostada- le dije burlón. Ella me miró y se sonrojó.

-Hay mucha en la despensa- dijo Eider untando sus tostadas en mermelada de fresa- ¿A que si?- Alexia asintió y siguió a lo suyo.

-¿Quieres dejar de observarla? La estás poniendo nerviosa- me regañó Eider con tono cariñoso.

-¿A qué hora viene?- le pregunté a Daemon cambiando de tema y Eider rió al ver mis intenciones.

-No muy tarde, supongo- asentí.

-Tony- dijo picándome el brazo y yo miré hacia ella- ¿Puedes untar mis tostadas?- dijo avergonzada. Asentí riendo.

-Aquí tienes- dije minutos después- Tienes mantequilla aquí- dije riendo mientras pasaba mi pulgar por su mejilla.

-¡He terminado!- gritó Layla feliz.

-Ve a lavarte los dientes- dijo Eider y ella asintió feliz.

Minutos más tarde término Alexia se fue dejándonos a los tres a solas.

-¿Para qué viene Darío?- le pregunté curioso.

-Para darnos noticias sobre David- asentí feliz.

-¿Puedo ir contigo a llevarlas al colegio?- le pregunté ahora a Eider.

-Claro- dijo ella riendo- Pero ni se te ocurra gruñir como mate posesivo.

-¿Qué es un mate?- Escuché la voz de Alexia detrás me mí. Yo, asquerosamente hablando, escupí los cereales.

Pinta un mundo para mí ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora