SOPHIA.
ME MIRÉ AL ESPEJO MIRANDO MI OUTFIT COMPLACIDA, había elegido un suéter de rayas blancas y negras que iban de forma horizontal con una falda de color marrón y botones, unas medias largas de color negro junto con mis botas altas del mismo color y una pequeña cartera de color negro. Me quedaba genial con mi cuerpo y me hacía sentir más alta.
—¿Ya estas lista? —Preguntó llegando a la habitación a lo que sonreí asintiendo.
Se acercó lentamente a mí y abrazo mi cintura dándome un beso en el cuello haciéndome reír.
—Te ves hermosa. —Me sonrojé a lo que el rio y me dio la vuelta aun con sus brazos en mi cintura, coloque mis manos en su cuello aun sonriente.
—Gracias amor. —Dije dándole un pequeño beso en sus labios.
—Creo que no iras sola al centro comercial, muchos chicos van a mirarte. —Reí.
—No seas tonto. —Le di un pequeño golpe en su hombro.
—¿Cuándo vendrán las chicas? —Preguntó. Justo en ese momento se escuchó una corneta y luego el timbre de la puerta.
—Justo ahora. —Nos separamos y tomé su mano para empezar a caminar hacia la puerta principal.
Abrí la puerta observando a Laura junto con Ezequiel y Eric de pie frente a mí. Rosaly venia de camino lentamente, todavía no estaba acostumbrada a la gran panza y el no poder correr con su velocidad.
Los chicos se quedarían en casa viendo el partido de Beisbol mientras íbamos al centro comercial.
—¡Hola Sophia! —Saludó cuando por fin llego a nosotros y me dio un beso en la mejilla— ¿En qué auto nos iremos?
—En el de Caleb. —Respondí y ella asintió.
—Perfecto, las esperare allí antes de que me dé un infarto, estoy cansada. —Se quejó y caminó en dirección al auto.
—¿No te despedirás de nosotros? —Preguntó Eric, ella hizo una seña con su mano.
—Exagerada. Ni siquiera llevamos un minuto aquí. —Ella se giró en su lugar deteniendo su paso.
—¡Cállate! Tú no eres la que tiene esta gran panza. —Se cruzó de brazos con el ceño fruncido. Sin esperar respuesta volvió a darse la vuelta y se subió en el auto.
—Ella puede con esa panza perfectamente. —Dijo Eric rodando los ojos.
—Es difícil tener una panza gigantesca. Ya déjenla. —La defendí.
—¡Dejen de hablar porquería de mi preciosa barriga y vámonos ya! —Gritó desde el auto, solté un bufido ruidoso y le di un beso a Caleb.
—Mejor nos vamos antes de que alguien salga herido. —Dije empezando a caminar al auto.
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La Venganza de las Sombras • COMPLETA
Manusia SerigalaIMPORTANTE: Antes de leer esta historia deberán leer Hibrida Maltratada que se encuentra en mi perfil. Gracias. Fui maltratada, escape y conseguí un lugar mejor. Conocí a mi mate y a varias personas quienes se volvieron muy importantes para mí. Tuv...