Capitulo 18: ¿Fiesta?

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-          Perdón equivocado

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- Perdón equivocado.- Digo y cuelgo rápidamente, mientras exhalo la bocanada de aire que tenía dentro, la fulmino con la mirada a Joan y ella solo se ríe...

- ¿Cómo pudiste llamarlo Joan?- Digo molesta.

- Bueno pero ¿no fue divertido?- Dice riendo, yo miro para un costado y me rio, la verdad si fue un poco divertido.

- Casi me muero cuando escuche su voz.-

- Te brillan los ojos al hablar de él, así que te mueve el piso eeh.- Dice con una sonrisa pícara.

- ¿Me mueve el piso?- Pregunto

- Cuando te gusta un chico, te mueve el piso.- Me explica.

- Aah bueno, pero no me gusta, él tiene novia.

- ¿Y que tiene?- Pregunta como si en verdad eso no importara.

- Tiene que puede estar enamorado, y además a mí él no me gusta como ya te dije y no me va a gustar nunca porque encima ahora mi papa trabaja con él.

- Oh también vos sos muy negativa, porque no disfrutas un rato, hablando de disfrutar un rato voy a pedir unas pizzas para comer, ya está anocheciendo, y de paso vamos a alquilar algunas películas de terror ¿querés?

- Bueno está bien.

Volvemos a la cocina a buscar el teléfono, ella pide las pizzas y luego vamos al garaje donde tienen tres autos tienen uno para cada uno, ella agarra las llaves y presiona el botón desactivando la alarma para poder entrar. Ya adentro del auto salimos del garaje y nos dirigimos hacia el alquiler de películas, aunque ella no las alquila, ella las compra.
Al llegar compramos tres películas, dos de terror y una de comedia.
Cuando entramos a su casa no llegamos a hacer un paso que tocan el timbre, nos miramos y exclamamos al mismo tiempo:

- ¡LAS PIZZAS!- Nos damos vuelta Joan abre la puerta y si, eran las pizzas, pero no venían solas, vienen con el repartidor, creo que es el repartidor más lindo que he visto en mi vida, a Joan también parece gustarle y aprovecha, le dice que pase y las deje sobre la mesada de la cocina porque Joan tiene que buscar la plata, ella le entrega la plata mientras yo busco un cuchillo, dos platos y dos vasos para la gaseosa, pero no le entrega solo la plata, también le da un papelito, y veo que al retirarse le guiña el ojo a Joan, y se va, ella cierra la puerta y me mira, nos miramos y nos reímos, nos reímos tanto que ciento el ruido de los tacos aproximarse a nosotras.

- ¿De qué se ríen tanto?- Pregunta Juana la madrastra de Joan, que trae puesto un magnifico vestido color beige, con un blazer, unos tacos también color beige y lleva un recogido, de seguro se va a una junta con su esposo Sebastián.

- De nada.- Dice Joan riendo por debajo.

- Bueno, mira Joan con Sebastián vamos a estar fuera del país hasta el domingo, ósea tenés viernes y sábado, pero no vas a estar sola porque esta Matilde la empleada doméstica, y si querés se pueden quedar a dormir algunas amiguitas suyas, y vos Mel quédate el tiempo que quieras, que no hay drama, lo único que te voy a pedir Joan es que no le hagan trabajar tanto a Matilde, que ya es una señora mayor y no va a estar cumpliendo caprichos, te dejo cinco mil pesos por las dudas que pase algo, además para los gastos de la comida y por si se quieren comprar algunas cosas, ya estas avisada, cuídate y por favor no salgan a la calle tan de noche.- Dice y nos da un beso en la frente a las dos y se va. Luego viene Sebastián y nos da un abrazo a las dos y nos pide que tengamos cuidado.

Luego de unos minutos Joan se gira al verme y me dice:

- ¡¡¡Parece que mañana hay fiesta!!! – Dice sonriendo.

- No Joan, ¿y si vienen y no está todo limpio? No y punto.- Digo.

- Mm bueno no sé yo solo decía...-

- Joan te conozco.

Mi vecino y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora