Capítulo 53: ¿Papi?

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Siento que un auto frena delante de mí y yo levanto la cara para ver quién es, inmediatamente reconozco el auto de Dami y él se baja, yo dejo el bolso tirado y corro a abrazarlo.

- Perdón, soy una tonta, no debí tratarte así.- Digo y le doy un beso en los labios, el me agarra de la cintura y me alza.

- No pasa nada mi amor, entiendo que en este momento estas en contra de todos por lo que te enteraste.- Dice y me da otro beso.

- ¿Cómo supiste que estaba acá?- Digo una vez que me deja en el suelo.

- Te he estado siguiendo de que saliste de tu casa, jamás te dejaría sola y mucho menos en este momento.- Dice, yo lo agarro del cuello y el me agarra de la cintura y le doy el último beso antes de que nos subamos al auto, yo empiezo a tiritar por el frío y el me abre la puerta, saca una campera del baúl y me cubre, luego me trae el bolso y entra al auto, el da marcha atrás para poder doblar y yo lo agarro de la mano

- No.- Digo y el me mira confundido.- No quiero volver a mi casa, ¿podemos ir a la tuya?

- Claro, pero déjame llamar a Romi para decirle que estas bien, se había quedado preocupada.

- Ya la llamo yo.- Saco el celular del bolso que por suerte no esta tan mojado y marco su número, apenas da el primer tono contesta.

- ¿Mel? Lo lamento mucho, te voy a explicar todo lo que se te lo prometo.- Dice Romi con voz de preocupación, Dami arranca el auto en dirección a su casa y yo contesto.

- Te quería avisar que voy a estar en casa de Dami, mañana me explicas todo, solo te llamaba para que te quedes tranquila, no tanto por vos, sino por el bebe.- Digo y corto.

- ¿No te parece que fuiste un poco dura?

- Ella me tuvo engañada toda mi vida, creí el cuentito de mi papa de que mi mama estaba en una banda de rock y que mi papa era el bueno y que culpa de mi mama él había empezado a tomar.

- Bueno, pero mañana quiero que escuches la versión de Romi, ella me dijo que te dijera que tiene información de tu madre que Juan le contó, me dijo que te dijera eso así volvías, Romi te quiere mucho, y si no lo hiciera no hubiera cuidado de vos en todo este tiempo.

- Si me quisiera me hubiera dicho la verdad y me hubiera ahorrado todo el odio que siento ahora por ella, lo único que quiero de ella es mi medio hermano que tiene en su vientre.

- Lo que yo no entiendo es como tu mama pudo aguantar 18 años sin ver a su hija.

- Es que para eso lo tiene a Mathias, ojala mi hermano haya tenido una mejor vida que la que tuve yo.- Digo y tengo ganas de seguir llorando, pero ya se me gastaron todas las lágrimas.

- Cambiando de tema, ¿Qué querés que te haga de comer?

- No tengo hambre.- Respondo sin ganas

- Ah eeh, nunca te dije una cosa, es que lo pase por alto.- Dice y yo lo miro.

- ¿Qué cosa?

- Vivo con mis primos.- Dice y yo lo miro confundida

- ¿Por qué no me lo habías dicho antes? La otra vez que me llevaste a tu casa no los vi.

- En realidad si los viste, o ellos a vos sí, es que les dije que no te molestaran o si no los echaría de mi casa, porque la casa es mía, pero ellos se quedaran a vivir conmigo hasta que consigan casa. Los dos tienen 20, les llevo dos años, son más chicos que yo, por eso me respetan, bueno en realidad no me respetan.- Dice y se ríe.

- Si queres entonces vamos a mi casa, para no molestar.- Digo.

- No, la casa es mía, ellos son los que no nos tienen que molestar, solo te contaba por si alguno nos molesta o algo así.-Dice y yo solo asiento.

Antes de llegar a su casa frenamos en una estación de servicio para cambiarnos la ropa mojada que llevamos puesta, él en el baúl de su auto tenía guardado dos camperas y tres sudaderas blancas, así que me dio una campera y una sudadera, al pasar a los baños tarde un poco porque no se podía pasar ya que estaban llenos, entre al baño, me cambie y puse mi ropa en una bolsa. Salí afuera y Dami me estaba esperando con la ropa puesta.

- ¿Qué te parece si nos tomamos un café?- Pregunta

- Me encantaría.- Digo con una sonrisa. Él me agarra de la mano y nos vamos hacia la cafetería de la estación de servicios, él se va a pedir mientras yo busco una mesa. Al llegar a la mesa me da un beso en los labios.

- Papi acá estabas.- 

Mi vecino y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora