Capítulo 33: El cofre.

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Me quede un rato sentada, pensando, no entiendo porque se enoja, él no tiene nada que ver en mi relación con Juan, porque se mete, y encima se enoja, es mi vida, además él no es nada mío, así que no me puede decir nada, aunque no voy a negar que lo quiero y que me gusta, pero tengo que sacarme estas ideas absurdas de la cabeza, no necesito a ningún hombre para ser feliz, no necesito a nadie que me esté diciendo que hacer, yo hago lo que quiera, por algo es mi vida y solo mía.

De repente suena el teléfono y me saca de todos mis pensamientos, voy corriendo a atenderlo, pero por desgracia llego tarde, vuelve a sonar y lo atiendo, es Joan

- Amiga, ¿estas perdida o secuestrada que ya no me llamas?- Pregunta Joan del otro lado.

- Disculpa, lo que pasa es que mi papa..

- Ya lo sé todo, me lo conto Dami en un mensaje que me mando, ¿Cómo estás?

- Estoy bien, pero un poco preocupada, yo sé que Juan es muy... muy... Bueno no sé cómo explicarlo, pero después de todo es mi papa y gracias a él no estoy en la calle, porque si fuera por mi madre, vaya a saber quién donde estaría ahora mismo.

- Y ¿cómo es que se llamaba la banda donde toca? Capaz si la buscamos podes hablar con ella y decirle que Juan está internado.

- ¿Para qué? Yo no la conozco y no la quiero conocer, para que me diga que no le importa ni Juan ni mucho menos yo, que nunca le importamos por eso se fue, que prefirió hacerse la famosita y dejarnos cuando solo tenía un año de vida, no le importamos Joan, ella no va a volver y yo no quiero que vuelva.

- Pero capaz se fue por otra cosa, mira, no creo que tu mama se haya ido por un banda, así sin más, ¿vos te pensas que una madre dejaría a una hija sola? Yo creo que le paso algo...

- No creo, si no me hubiera buscado, además yo ya tengo a una madre, es Romi, desde que tengo memoria ella es como mi mama, mi amiga, y Guadalupe no es nada mío, solo compartimos sangre, nada más.

- Bueno, entonces ¿no te molestaría que la busque?- Pregunta y yo me quedo pensando en que pasaría si la encuentro, como sería ella, nunca me puse a pensar en cómo sería su aspecto, o si me quería, si se acuerda de que tiene una hija, si sabe cuántos años tengo, o si tan solo sabe que si ella no se hubiera ido, habrían cosas que no hubieran pasado.- Mel ¿Estas?- Pregunta y vuelvo a tierra.

- Si, si, acá sigo.

- ¿Me dejas buscarla?- Después de pensarlo mucho contesto

- Hace lo que quieras, pero si la encontras no sé si me gustaría saberlo.- Digo finalmente.

- Me voy a bañar, después hablamos, ¿sí?

- Sí, yo me voy a poner a organizar las cosas para el colegio, acordate que hay tarea para mañana de historia

- Sabes que no la voy a hacer...

- Joan... Bueno después hablamos.- Digo y cuelgo el teléfono.

Subo a la habitación de mi papa y busco entre sus cosas, no sé qué, capaz busco una foto, o tan solo una señal de vida de Guadalupe, si mi papa la amo, creo que tiene que tener algo de ella, pero se me confunde, porque también hay cosas de Romi, y no creo que sean de Guadalupe porque están a la vista, y conociéndolo a mi papa, seguro las escondió, o capaz nunca guardo nada, y por olvidarla quemo todo, o tan solo lo tiro a la basura, pero Romi seguro sabe algo, no creo que no le haya dicho nada a ella, que la ama tanto y le cuenta todo. Es entonces cuando se me ocurre llamarla a Romi y preguntarle, pero no creo que sea buena idea, me parece que la que me tiene que buscar es ella, ella me dejo, no yo, ella se fue de gira no yo, ella fue la que me dejo sola con Juan sabiendo que mi papa es un alcohólico y que lo único que iba a hacer era esperar a que cumpla 18 y así dejarme tirada como lo hizo ella, porque por algo se gustaron, o capaz ni se gustaron y solo querían sacarse las ganas de una noche, es entonces cuando decido irme a estudiar y dejar de buscar cualquier ridiculez que esté buscando, pero entonces me tropiezo con una tabla de madera del piso que estaba salida de su lugar y caigo al suelo, y la quiero ajustar para que no se salga, y entonces me doy cuenta de que no se puede cerrar, que se puede abrir, cuando la saco por completo, encuentro un cofrecito y me entra la intriga, me fijo si hay algo más, pero ya no hay más nada. Siento un poco de miedo, y si ¿Acá dentro hay algo de Guadalupe? Necesito saber que hay, pero si no me gusta con lo que me encuentro, no me importa, necesito saber que hay acá. A esto no lo voy a poder abrir nunca, porque necesito una llave. Me pongo a buscar la llave pero no hay nada, busco un martillo, pero no creo que así la pueda abrir, así lo único que voy a lograr es romperla, y yo lo quiero saber que hay en ese cofrecito.

Mi vecino y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora