Capítulo 43: La cena.

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Al terminar de subir todos los escalones el me baja de su hombro y me vuelve a guiar, pasamos una puerta y siento como el viento sacaba mis cabellos de mis hombros tirándolos bruscamente hacia atrás, se escuchan muchas voces, y la mano de Dami no se despega de mi cintura, tengo un revoltijo en mi estómago, doy unos pasos más y siento como desata la venda de mis ojos fácilmente

- Llegamos. -Me susurra en el oído y yo sonrió, abro los ojos y me quedo viendo a la hermosa mesa con una bellísima vista, me encanta, el me acomoda la silla para que yo me siente y luego él lo hace.

- Me encanta, ¿En qué momento preparaste todo esto?

- No puedo revelar mis secretos, por algo lo son. -Dice y nos reímos juntos.

- Que hermosa vista. -Digo mientras destapa el vino que había en la mesa y me sirve un poco. Agarra su copa de vino y la levanta para hacer un brindis

- Brindemos. -Dice y yo agarro mi copa y presto atención a su brindis. -Brindo por nosotros, y para que siga habiendo un nosotros siempre. -Dice y yo me muero de amor. ¿Qué le puedo decir? ¿Que brindo por él, que es esa persona que conocí por casualidad, sin planearlo, y que hoy en día esta todo el tiempo en mi cabeza?

- Un brindis por esta increíble noche, y por vos que nunca dejaste de aparecer en mi cabeza. -Digo, chocamos las copas y le damos un largo trago, el vino esta increíble, me ha encantado todo, ambos sonreímos y empezamos a comer una ensalada que se ve riquísima.

- Hablame de tu familia. -Le digo mientras agarro la copa y beber.

- No tiene nada de raro, mi madre vive en Londres que se llama Miranda, siempre viene para las fiestas con su novio Luca y su hijo.

- ¿Y sos hijo único?

- Eso desearía, el hijo que acabo de nombrar es mi hermanastro que tiene 9 años y se llama Felipe, es hijo de mi mama y su novio, lo único que tenía era mi papa y ya no está, igual la tengo a mi abuela que se llama Estela, cuando mi madre se fue a Londres yo tenía 4 años, mi abuela paso a ser como una madre para mí. Cuando yo tenía 13 años el nació, y yo no estaba preparado, porque yo casi que me crie sin una madre, ella se fue y es como que me abandono y que después venga con otro no me gustó nada, y la verdad que se siente raro tener a un hermanastro de 9 años cuando tenes 24. -Yo lo escucho atentamente, me gusta que me hable de su vida, porque casi no lo conozco, pero hemos pasado tantas cosas que pareciera que nos conocemos de toda la vida y no es así.

- Yo también me crié sin una madre, la diferencia es que yo nunca la vi, ni siquiera la conozco de vista, no sé cómo es su aspecto así que mi mama es Romi, y más que mi mama es como una amiga, y bueno Joan es como una hermana para mí. -Al pensar en Joan recuerdo en que tengo que hablar con ella, pedirle perdón por estar tan ausente todo este tiempo y además ya extraño que me cuente como le esta yendo con todos sus chicos.

Mi vecino y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora