Capítulo 36: La llave.

1.6K 113 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Entré corriendo y llorando a mi casa, agarre un abrigo, porque estaba nublado y en cualquier momento iba a llover, agarre mi bolso, puse mi celular y mi billetera adentro. Salí, cerré la puerta y como no veía ningún taxi ni nada empecé a correr, no paraba de llorar, en un momento frene para tomar un poco de aire, estaba muy exaltada y no podía frenar mi llanto, sabía que no le tenía que decir nada, ¿porque me hace esto? Yo sabía, yo sabía, todo es mi culpa no tendría que haber abierto mi bocota, de repente veo una luz que me ciega y pongo la mano derecha sobre mis ojos y me doy cuenta de que es un taxi, inmediatamente extiendo la mano para que frene y este lo hace, yo subo los mas rápido posible y cierro la puerta, le digo hacia donde voy y el solo asiente.

Al llegar le pago y me despido, me bajo del auto y empiezo a correr por el hospital buscando la habitación, paso por la sala de espera y ahí no está, no, no, no puede ser posible, ¿porque me hace esto? Voy corriendo a la habitación y ahí está el, intentando entrar a la habitación pero dos doctores lo tienen agarrado de los brazos, él está furioso, se le sobresale la vena de la frente, lamento mucho hacer esto, pero no puedo dejar que le haga algo a mi padre.

- Sáquenlo de acá.- Le digo a los doctores y ellos asienten.

- ¡Seguridad!- Grita uno de ellos.- Llévenselos, y hasta que lo diga la señorita, manténganlo con la entrada prohibida.-

- Mel, entendeme por favor.- Me dice Damián

- No, no te entiendo, y no te voy a entender jamás, porque no te puedes meter con mi familia, por más mierda que sea es mi familia y si no lo aceptas lo lamento.

- ¿Qué esperan? Llévenselo de acá.- Dice el mismo doctor y yo veo como se lo llevan.

Dudo si entrar o no a la habitación, pero entonces me decido y paso, como siempre sigue de la misma posición, en eso entra una enfermera y le pregunto:

- ¿Hubo algún avance?

- Lo lamento, pero no, está muy mal, se le están bajando todas las defensas.- Dice y se va de la habitación.

- ¿Por qué Juan, porque te tuviste que emborrachar como siempre?

Corro la silla y la coloco al lado de la cama, me siento y agarro su mano, apoyo mi cabeza sobre su brazo derecho y poco a poco me quedo dormida.

- Hija.- Abro los ojos rápidamente y sonrió al ver que despertó, el intenta sacarse el respirador

- No papa déjatelo.- Digo y el niega con la cabeza y se lo saca, balbucea intentando hablar

- ¿Qué me querés decir?- Pregunto acercándome así lo escucho mejor

- Perdón, perdóname.

- Ya está papa no importa, lo que importa es que te recuperes.- El niega otra vez

- No, yo merezco morir, soy una bestia, por esto también se fue tu madre, yo la amaba, fue todo una mentira.

- ¿De qué hablas? ¿Qué fue una mentira?

- No tiene ninguna banda, fue solo para que no preguntaras más, perdón hija

- Pero con o sin banda me abandono y no se lo puedo perdonar

- Tenés que entenderla, hija, todo esto es mi culpa, no me voy a perdonar jamás volver a repetir la misma historia con vos, perdóname por favor.

- Ya está papa, eso no importa.

- Hija estoy muy mal y no creo que me pueda recuperar

- Voy a pedir ayuda.- Digo y me doy vuelta, pero él me agarra del brazo

- No, espera no te vayas, a esto te lo tendría que dar cuando cumplas 18, pero no sé si voy a llegar a dártelo, te lo doy ahora y vos decidís que hacer.-

- ¿De qué hablas papa? Si vas a llegar a mis 18 faltan algunas semanas nomas.- El saca un collar en el que hay dos llaves y yo abro los ojos como platos.

Mi vecino y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora