Mi vecino y yo.

Capítulo 46: ¿Te quieres unir?

Había demasiada gente. Dami no paraba de preguntarle a las personas si la conocían, si la habían visto por algún lado, pero no, nadie la conocía ni la habían visto, los policías estaban localizando a Joan por el celular, la estaban rastreando, pero como no había tanta señal no era tan fácil, el celular de Joan se estaba quedando sin batería y mis esperanzas cada vez eran menos, no sabía que hacer, como ayudar. Si quedarme quieta y no molestar, o preguntarle a persona por persona si la habían visto, estaba inquieta, era obvio que no me iba a quedar tranquila sin saber dónde estaba Joan, así que me fui hacia donde estaban los guardias de seguridad.

- Por enésima vez me podrían decir por favor si ¿la vieron salir y con quien salió, hacia qué dirección fue?

- Ya les he dicho a usted señorita y a todos aquellos que a esa información no se las puedo dar, no llevamos un registro de personas que entran y salen de acá, son muchísimas y para que lo querríamos, si las personas no vienen a alojarse aquí, vienen a pasar la noche, bebiendo, bailando, si quieren hacer ya sabe que tienen habitaciones. Lo único que llevan algún tipo de registro son las habitaciones, pero no creo que se lo muestren.

- Pero deberían, saben que les puedo hacer una denuncia perfectamente ¿no?

- A mí eso no me importa, yo solo soy un simple hombre haciendo su trabajo.- Dice y yo entro al pub, voy hacia las partes de las habitaciones, no hay nadie en donde las personas se registran, así que aprovecho y saco el libro de registros, en las últimas horas se han registrado más de 15 personas, pero no me suena ningún nombre, ningún chico que haya salido con Joan, tampoco su propio nombre, agarro el celular de Dami y le saco una foto a la página en donde salen los nombres, en eso viene una chica y yo guardo el celular rápido en el bolsillo.

- ¿Qué haces? No puedes tocar eso.- Dice la chica y me saca de las manos el registro.

- Lo siento, solo quería una habitación para recostarme un rato, es que me duele muchísimo la cabeza y creo que he tomado demasiado para conducir hasta mi casa.

- Okey, solo necesito que firmes aquí y el costo sería de $150 la noche o 5 horas serian $100.

- Con 5 horas me conformo.- Digo y me pasa el libro y una lapicera para que firme, yo pongo el nombre de Joanne Austen, que es la combinación de dos de mis escritoras favoritas, Joanne K. Rowling y Jane Austen. Hago cualquier firma porque no quiero tener nada que ver con este lugar, saco de mi billetera los $100 y se los entrego, ella me da una llave que lleva el número 17.

- La habitación queda por el pasillo, te vas a dar cuenta cual es, cada habitación lleva su respectivo número.

- Gracias.- Hago unos pasos pero luego retrocedo.- Una pregunta, ¿Cuántas habitaciones hay?

- 20, ¿A qué viene la pregunta?

- Solo curiosidad, ¿están todas las demás ocupadas?

- No, acaso ¿quiere otra habitación?

- No, con esta está bien, ¿Cuántas habitaciones hay ocupadas?

- 10, me está haciendo un cuestionario.

- No responda si no quiere.- Digo y ella se queda callada, ahora sí creo que ya le he sacado demasiada información y siento que si le pregunto algo más me responderá tirándome los libros por la cabeza, así que sigo mi camino por el pasillo.

Me paro al frente de la habitación número 16, sé que no es mi habitación, pero es para ver si la llave funciona en otras puertas, introduzco la llave, entra pero no da las vueltas, así que necesito otras llaves, vuelvo a donde estaba la chica, ella ya no está, así que aprovecho y voy atrás del mostrador, abro una caja y allí están las demás llaves, están las llaves de las habitaciones 2, 4, 6, 8, 10, 12, 14, 16, 18, 20, las demás llaves están en uso, me estoy empezando a dar cuenta que son todos números pares, así que se me va a hacer más fácil recordarlos, el celular de Dami empieza a sonar, mierda porque no lo puse en silenciador, salgo del mostrador, y corro hacia el pasillo, saco la llave del bolsillo, abro y cierro la puerta bruscamente, busco en la mochila el celular de Dami, tengo una llamada perdida desde mi celular que lo tiene el, lo llamo y él contesta al primer tono.

- Se puede saber ¿dónde te metiste?- Pregunta alterado.

- Estoy en el baño.- Miento.

- ¿Puedes salir? Te estamos esperando, creemos saber dónde está, una persona la vio irse.

- ¿La pudieron rastrear?

- No, el celular de Joan se quedó sin batería y no pudimos, lo siento.

- ¡MIERDA!- Grito desesperada.

- Sal del baño por favor.

- No estoy en el baño, estoy en la parte de las habitaciones, tome el registro y no conocí ningún nombre, pero pienso tocar puerta por puerta, capaz este acá.

- Espérame no toques las puertas, ya estoy entrando.- Dice y cuelga.

No me importa que me haya dicho que lo esperara, es mi amiga. Voy hacia la habitación 2, toco la puerta fuerte para que me escuchen, no me contesta nadie, vuelvo a tocar fuerte la luz de la habitación se prende, la puerta se abre de golpe y aparece un chico en ropa interior, yo aparto la mirada de su cuerpo semidesnudo.

- ¿Qué, te quieres unir?- Pregunta y abre la puerta para que vea que en la cama hay una chica tambien semidesnuda, yo abro los ojos como platos.

- Parece que me equivoque de habitación, sigan con lo suyo.- Digo y el cierra la puerta tan fuerte que pareciera que me quería golpear por haberle interrumpido. Voy hacia la siguiente puerta y antes de golpearla aparece Dami, yo corro a abrazarlo y rompo en llanto.

- Lo siento tanto Mel.- Dice y nos separamos, el me limpia las lágrimas con sus dedos pulgares.

- Yo también lo siento, tenía tantas esperanzas de que la encontrásemos...

- Y la vamos a encontrar, las esperanzas son lo último que se pierden. Hay unos policías en la entrada y los demás se fueron a donde el chico la vio por última vez.

- Está bien, sigamos golpeando las puertas.- Digo y el solo asiente.