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Si algo me gustaba,

Era dormirme en tus brazos.

Una vez que terminaste de cerrar la bolsa negra saliste de la cocina. Divisaste el ventanal abierto, por lo que caminaste hacía el mismo para correr las cortinas rojas y poder tapar, no queres que tus vecinos anden mirando todo lo que ocurre dentro de tu casa.

Caminaste por el pequeño comedor acomodando unas cajas que molestaban en el camino. Las apilaste a un costado de la puerta, para volver a meterte dentro de la cocina y volver con la bolsa que minutos antes habías cerrado. Te trepaste a una silla y sacaste unos adornos de encima del modular, a los cuales no llegabas con tu pequeña altura. Los acomodaste dentro de una caja, que luego embalaste con el nombre de adornos modular, es que después tenes que saber donde esta cada cosa.

-Amor, ¿Quedo jugo? -Paio apareció por la puerta del departamento, en compañía de Pity y Ramiro. El último se desplomo en el sillón, mientras que el segundo ocupo una silla. El primero estaba parado, quieto, mirándote.

-Algo quedo - asentiste para caminar con la caja en manos y apilarlas con las otras - Ramiro levántate, queda mucho por hacer.

-Estoy cansado enana, no jodas - lo viste arrebatarle a Paio la botella de la mano.

-Falta mucho todavía, después descansas - comenzaste a empujarlo por la espalda para que vuelva a su quehacer. Paio reía en compañía de Pity.

-Todavía no entiendo algo. ¿Por qué siendo un departamento tan chico tienen tantas cosas? -lo escuchaste quejarse mientras tomaba dos cajas.

-Vivo con dos mujeres, macho -te volteaste para mirarlo a Paio, porque claro que fue él quien dio ese comentario - ¿Qué? Si es verdad.

-Me ahorro contestarte mejor - levantaste una mano para mostrarle tu palma. Él río fuerte, para acercarse a vos y dejar un beso en tu frente.

-¿Lula?

-Duerme a pata suelta con Nacho.

Tus besos por las noches,

Tu sonrisa en las mañanas.

Una vez que los tres volvieron a cruzar la puerta llenaste la botella de agua para volver a preparar jugo. Lo metiste en el frezzer. Secaste tus manos con un repasador que encontraste apoyado por ahí y caminaste por el pasillo para meterte en el baño. Tus necesidades te llamaban. Una vez que descargaste la vejiga abriste la puerta para cruzarte al cuarto de enfrente y encontrarte a Nacho abrazado al pequeño cuerpo de Lucila, Lula. Caminaste hacia la cama y lo zamarreaste apenas. Apenas abrió los ojos sonrío. La noche anterior había salido y cuando llego y supo que su sobrina dormía felizmente en la cama matrimonial el quiso unirse a su descanso.

-Te van a matar los chicos - le hablaste apenas lo viste sentarse en la cama apoyándose en el respaldar - Quieren que los ayudes.

-Mi sobrina me esperaba - acaricio apenas la pierna de la pequeña, quien estaba tapada con su frazadita color rosa.

-Anda a ayudar, yo voy a prepararla a Lula - hablabas despacio para que no se despierte. El asintió para salir de la cama y caminar en dirección a la puerta, pero antes de eso volvió - ¿Qué paso? - Lo viste en la puerta mirándote.

-Gracias por la hermosa sobrina que me diste - porque Nacho tiene su lado sentimental. Camino a vos para abrazarte - Estoy feliz por vos, amiga.

-Gracias Nachin - te sorprendió, pero lo conoces más que nadie y sabes que le salió del corazón.

Tu mirada tan linda,

Viéndonos crecer en casa.

Agarraste el pequeño bolso que se encontraba apoyado en una punta de la cama. La tomaste en brazos, para que una vez que vos te sentaras en la cama puedas colocarla encima de tus piernas. Le pusiste un pequeño busito, color blanco y cómo pudiste doblaste la frazada para guardarla dentro del bolso. Gonzalo entro en compañía de Bruno, en busca de la cama. La voz de fuerte de ambos provoco que Lula abriera los ojos.

-Hola pequeña - dejaste un beso en su mejilla y te paraste, para colgar el bolso en tu hombro. Caminaste con ella hacia el comedor - ¿Tenes hambre, no? -te metiste dentro de la cocina para poder darle de comer y ver si lograba volver a dormirse.

Recuerdos inolvidables,

De una infancia tan bonita.

Con una Lula de tan solo cuatro meses ustedes tomaron la iniciativa de buscar otro lugar más grande y mudarse. Y ese había sido el día elegido. Después de tanto buscar encontraron el lugar ideal. Un lugar para que la familia que comenzaban a tener pudiera formarse, crecer y vivir. Ese día los hombres del grupo habían ido a ayudar. Las chicas se ausentarían por la mañana, pero irían por la tarde al nuevo hogar para ayudarte, ayudarlos mejor dicho.

-¿Lista? - Dos horas después estabas subiendo al auto del lado del acompañante. Paio ya estaba en el volante. Te ayudo dejando el pequeño bolso rosa sobre el asiento trasero y acaricio la cabeza de la pequeña. Asentiste y comenzaron viaje a la nueva casa.

Y eh vuelto! Si, lo prometido. La segunda temporada! Espero que les guste este capitulo, como verán es muy conciso, pero con el correr de los capitulos van a ir ocurriendo varias cosas (y algunos serán más largos) No se si subire todos los días, pero lo intentare.

Aclaro que cambie el nombre: era Camilla, ahora es LUcila Nahiara.

Graciass!

Tatii

Retazos de papel (Y de vida) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora