XVII

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Las diez de la noche me encontraron cocinando. Ramiro me habia llamado pidiendome si Lula podia quedarse una noche mas con el, ya que el lunes tenia franco y no trabajaria. No me opuse, pero si le dije que pasara a buscar algunas cosas mas para ella. Su bolsito solo habia ido preparado para el sabado en la noche. Aproveche la soledad que tenia en la cocina para poder prepararme algo. En lo que restaba del dia no habia comido nada, sentia como mi estomago comenzaba a hacer ruido. Necesitaba alimentarme.






Tan solo me prepare unos fideos con salsa, comida para una sola. No habia escuchado un solo ruido en la casa, por lo que supuse que estaria sola. Camine hasta el sofa con la bandeja en las manos. Deje todo apoyado sobre la mesa ratona y prendi la television. Solo queria sintonizar el canal de musica, que se escuchara solo la musica de fondo y que yo misma escuchara mi respiracion. Comence a comer lentamente, la realidad es que no estaba con ganas de comer, pero necesitaba hacerlo.






Escuche, como si fuera a lo lejos, el ruido de la puerta de la calle abriendose. No quise mirar, pero supe que era Paio cuando escuche que dejaba las llaves sobre la pequeña mesa de madera cerca de la puerta. El siempre tiraba las llaves, por lo que el ruido de que estaba en casa se escuchaba cada dia. Respire pausadamente mientras seguia concentrada en terminar mi plato de fideos. En cuestion de segundos lo tenia sentado en el sillon de un cuerpo, enfrentada a mi. Carraspeo algunas veces, buscaba llamar mi atencion para que lo mirara.





-¿Puedo explicarte? - Senti su voz patinosa. Lo mire, llevaba sus ojos rojos. Note un pequeño golpe bajo su ojo derecho. Volvi a mirar el plato.




-Estas tomado, Paio. No son condiciones para hablar - Queria sonar lo menos fria posible, no queria ser tan mala con el, pero es como me nacia - Mañana hablamos.




-No, mañana no. Hablemos hoy - Vi como caminaba hacia mi, tambaleandose. Me pare rapidamente, alejandome de su lado - ¿Porque te alejas?




-Porque no quiero hablar - Gruñi, habia levantado un poco la voz para que comprenda que tan solo no queria hablar - Dejalo para otro momento, estuviste tomando y no podemos hablar de esa forma.




-Si que podemos - Sus ojos se clavaron fijamente en los mios. Pude ver como sus ojos rojos se habian llenado de agua, esas lagrimas que amenazaban salir en cualquier momento.

Retazos de papel (Y de vida) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora