Lucila, Lula, llego a ustedes para cambiarle la vida. Con tan solo seis meses supo ponerles el mundo para para arribas en un segundo. Supo conquistarte a vos, una Bianca de veintidós que estaba estudiando y luchando contra su corazón por todo lo vivido. A vos, una Bianca que estaba desesperada por trabajar pero que luego esa idea tuvo que abandonarla. A la misma que luego de varios años volvió a ver a sus padres, y tuvo un fuerte distanciamiento con su hermano. A una Bianca que ríe a pata suelta por cada cosa que pasa, a la que tiene amigos que ama con su corazón, y que tiene un novio, o pareja, por la cual daría su vida entera.
Lucila, Lula, supo conquistar a un Paio de veintidós estudiante de Abogacía, que se vio en la obligación de cursar menos para poner el cuerpo y la cara, salir a trabajar y sustentar a la familia que creo. A Paio, quien se había ido por un año dejando atrás a la persona que lo completaba, y cuando volvió lo que menos se espero es que ella estuviera esperándolo con los brazos abiertos. Como dice la canción, porque el amor es más fuerte y ahí está más que comprobado. Supo conquistar a un Paio que ama a su novia, que ama a su hija y que da la vida por las dos. Supo alivianar el corazón de Paio al no tener a sus padres cerca, los cuales nunca pudieron conocer a la pequeña Lula.
Porque tus ojos brillan más que sol,
Y aunque den calor,
No dejare de mirarte
-¿Tan difícil va a ser una mudanza? – Te desplomaste en el sillón luego de haber dejado a Lula en la cuna. Dejaste que Paio pasara un brazo por tu nuca, y dejo que apoyes tu cabeza en su hombro.
-Fue leve igual porque los chicos nos ayudaron – hacía un rato atrás los chicos se habían ido, luego de que entre todos comieron unas pizzas y compartieron un rato más de charlas y risas.
-Sí, eso si – cerraste los ojos y te concentraste en los mimos que Paio te hacía en el pelo – si me seguís haciendo esos mimos me voy a terminar durmiendo.
-¿Enserio te queres dormir? – Con un pequeño movimiento te subió a sus piernas, quedando sentada a horcadas de él.
-Estoy cansada amor – te apoderaste de su pelo, moviendo tus manos por el mismo. Chocaron las frentes mientras se miraban – Veo cuáles son tus intenciones.
-¿Y cuáles son? – Se apodero de tu cuello mientras hacia un recorrido del mismo hacía tu cara, y viceversa.
-Creo que las mismas que las mías – enrollaste su remera y comenzaste a deslizarla hasta sacarla, y revolearla por algún lado del living. Lo agarraste de la cara y chocaste los labios.
-Es bueno tenes las mismas intenciones, ¿no? – reíste apenas cuando el deslizo sus dedos sobre tu espalda, quería sacar tu remera del medio.
-Yo creo que si – quien río ahora fue el. Con un movimiento logro que quedaras acostada sobre el sofá y el acostado sobre tu cuerpo. Lo abrazaste desde la cintura mientras él se divertía en tus labios.
Bajo sus manos a tu calza, queriendo deshacerse de la misma, y vos quisiste deshacerte de su pantalón, pero antes que eso ocurriera se vieron interrumpidos por un llanto que provenía de la pieza.
-Tenía otros momentos para llorar, ¿Justo ahora? – Reíste desde debajo de su cuerpo dejando un beso en su cuello.
-Debe tener hambre, se durmió sin comer – es que Lula tiene la facilidad de dormirse en los brazos de quien quiera acunarla.
-Dame un beso y vas – es que el Paio de veintidós contemos que tiene necesidades.
-¿Uno solo? – rieron ambos para volver a chocar los labios en pequeños picos – A ver, córrete que voy.
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Retazos de papel (Y de vida) ©
Teen Fiction-¿Cuanto tiempo te quedaras conmigo? -¿Preparo café o preparo mi vida? Continuación de de Retazos de papel!