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  Tengo muchas ganas de verte 
mirarte a los ojos 
de decirte que te extraño 
que me estoy volviendo loco   



Habian pasado dos meses. Dos larguisimos meses en donde no hacia otra cosa que trabajar. Si, habia conseguido un empleo en una empresa. Nacho habia movido algunos contactos por medio de su padre y los dos me habian conseguido un puesto. Claro que su mellizo nunca estuvo de acuerdo que trabaja, ni menos que le pusiera un niñera a Lola. Tardo en comprender que yo necesitaba independizarme.



Habian pasado dos meses de aquella noche en el boliche en el cumpleaños de Micaela. La noche donde habian pasado tantas cosas. Noche en la que pude conocer a la persona que habia estado esa noche en el medio de mi relacion con Pablo. Noche en la que bese los labios de Ramiro hasta que me cansaba. Si, era conciente de eso. Y el tambien lo fue, me lo reconocio dias despues cuando cenabamos junto a Lola unos fideos que habia cocinado Nacho.



Dos meses en lo que no veia a Pablo por ningun motivo. El si la veia a Lola, la venia a buscar tres veces por semana y se la llevaba a dormir con el. A la mañana siguiente la niñera pasaba a buscarla por mi vieja casa, ahora solo su casa, y venian las dos hacia la casa de los mellizos, la que todavia era mi casa de acogida. Nunca le habia negado que la visitara, ni mucho menos que le comprara lo que necesitara. Nosotros no teniamos contacto alguno, ni por mensaje. En el medio siempre estaba la niñera o Nacho, quien se ofrecio a ser mediador mas que nada por Lola.







-¿Entonces, a donde vamos? - Me colgue la cartera y tome el saquito en mi mano para pararme de la silla cuando vi a Ramiro bajar la escalera con la billetera, llaves y celular en mano.

-Vamos a un lugar, te va a gustar - Me sonrio y comenzo a caminar hacia la puerta de salida. Lo segui - Alla nos esperan Flor y Nico, ya vamos atrasados.

-Tardaste mucho en cambiarte Rama - Le saque la lengua cuando rodo los ojos - Al final sos peor que yo, no hay vuelta que darle.

-Me tomo mi momento, esta belleza hay que mantenerla viste - Largue una pequeña carcajada antes de meterme dentro del auto. Me apodere del estereo para pasar musica - ¿Cuando va a ser el dia que me dejes elegir a mi que escuchar en mi auto?

-Cuando lluevan cerdos - Sentencie antes de ponerme el cinturon - No te quejes, que compartimos los gustos musicales. No se si te acordas de ese detalle.

-Yo me acuerdo de todo, la que pierde la memoria algunas veces sos vos - Arranco el auto, yo solo no quise responder - No te quedes callada, aunque si lo haces es porque tengo razon.

-Solo son algunas copas de mas - En lo que paso del tiempo muchos sabados salgo en compañia de las chicas, a veces de los chicos. Y si, unas cuantas copas de mas siempre tengo encima - Nada que no pueda controlar.

-La resaca no la podes controlar todavia - Se quedo en silencio algunos segundos - Y los sueños tampoco, todavia te sigo escuchando como suspiras.

-¡Callate! - Le golpee el hombro mientras me mordia el labio - Esas cosas no tenes que decirlas, me da verguenza.

-Y pero que queres que haga si te dormis y soñas con eso. No tengo la culpa de que yo este en la habitacion de al lado y escuche todo - Me tape la cara, me habia sonrojado en son de la verguenza - Igual te digo, parece que la pasas bien en tus sueños Bianquita.

-¡Ramiro! - Grite escandalizada! - Callate - Lo apunte con el dedo mientras el reia. Se me hizo dificil no reir a mi - Tengo necesidades...

-Dejala ahi, no quiero detalles - Me freno el carro. Me mordi el labio y sonrei. Era todo un personaje.





  Ya se que es de madrugada 
y tu te encuentras dormida 
mientras tanto me desvelo 
recordando esos días que nos dijimos adiós 
con un nudo en la garganta y cabizbajo el corazón 
esperando correr rápido la aguja en el reloj 
si no estas yo no funciono 
voy sin rumbo y dirección   





Florencia y Nicolas nos esperaban paraditos en la puerta de la casa de la primera. Se subieron a la parte de atras del auto y nos dirijimos hacia destino: el rio. Esa noche cenariamos en un restaurante que estaba cerca de ahi, nos debiamos una salida los cuatro desde hacia tiempo. Nos ubicamos en una mesa cerca de la ventana, era una mesa en donde habian mas lugares libres.



-¿Porque no vamos a una mesa de cuatro? - Cuando me sente coloque la cartera colgandola en el borde la silla. Florencia me miro luego de hacer lo mismo.

-Faltan personas - Hablo Nicolas mientras chusmeaba la carta que el mozo nos habia dejado.

-¿Quienes faltan? - No estaba enterada de nada, ¿Se nota?

-Nosotros - Me gire al sentir la voz de Gonzalo. Lo vi, acompañado de una chica - Les presento a Cintia, mi novia - Abri los ojos enormemente. ¿Gonzalo tenia novia y no sabia nada?

-Y nosotros - Volvimos a escuchar. Vimos entrar a Bruno, Nacho, Micaela y Pitu quienes luego de dejar un beso en cada una de nuestras mejillas ocuparon un lugar. Pero queda uno vacio.

-No creo que venga - Hablo Micaela - Nunca nos contesto el mensaje cuando lo invitamos a que sea participe de la cena.

-Se esta aislando un poco de algunos - Bruno hablo luego de haber mirado la carta - A mi no me habla, y a otros tampoco. Con el que mas habla es con Nacho y con Flor - Los dos nombrados asintieron - Pero no hablemos de eso, disfrutemos de la noche mejor.







  Odio tanto la distancia 
odio cada centímetro que ahora nos separa 
odio no tenerte aquí 
odio despertar sin ti 
odio que te encuentres lejos 
cada vez que te pienso me consuela ver el cielo 
puede ser que hoy no estés 
pero no pierdo la fe 
de abrazarte y besarte otra vez   





No es gran cosa pero es lo que salio de la galera para subir. Los próximos son mejores, se porque se los digo.

Retazos de papel (Y de vida) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora