XI

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Narra Pablo





Mientras Bianca le ponia una mayita a Lula que le habiamos comprado antes que arranque el verano aproveche a revisar unos emails que debia controlar del trabajo. Si bien es sabado estaba seguro que cuando llegara el lunes estaria despelotado con todas las cosas por hacer. Verifique las fechas de la Universidad para dar un final lo mas rapido que pudiera. Hacia tiempo lo venia preparando y ya me sentia seguro para darlo. El lunes antes de entrar a trabajar me daria una vuelta por la Institucion para poder anotarme.





Escuche la risa de Lula que provenia desde su habitacion. No pude evitar sonreir. Desde que habia llegado a nuestras vidas todo habia cambiado rotundamente en los dos. De pasar a pensar en nosotros dos comenzamos a pensar en tres cuando descubrimos que estaba dentro de la panza de mama. De pasar a comprarnos ropa para nosotros, empezamos a comprarle mas ropa a ella, juguetes, peluches y demas cosas. De pasar noches enteras despiertos aprovechando el momento de estar solos dentro de la habitacion pasamos a hacerle lugar a Lula para que duerma entre medio de los dos, a levantarnos mas de tres o cuatro veces en la noche, a levantarnos con un humor bastante diificil de llevar (mas en ella) pero con el paso del dia cambiaba rapidamente, a dormirnos lo mas temprano posible porque los ojos se nos cerraban. Y si sigo diciendoles no termino mas de contarlo (Nota de la autora: Y me quedo sin ideas yo querido, tenemos que ir a la par en la historia viste)




Bianca paso por enfrente mio con una malla color roja. ¡Esta piba me quiere enloquecer! Con el tema del embarazo no habia perdido su figura, en cambio, habia mejorado bastante pero la idea fija de ella de seguir haciendo actividad no se la sacaba nadie. Ladee mi cabeza unos segundos sacando los pensamientos que se me habian pasado por cabeza, que creanme no querran saberlos. Cerraste la tapa de la notbook y caminaste hacia la habitacion. Te sacaste el short y el boxer para ponerte la malla. Tomaste tres toallas del baño, porque tal como viste Bianca nunca las agarro.




El sol a las cuatro de la tarde pegaba bastante, por eso Lula tenia un sombrerito puesto. Justo en una esquina de la pileta habia algo de sombra, por lo que encontraste a tu mujer y a tu hija en esa zona. Rocco, el perro de la familia, se habia acostado en el borde la pileta, mirando detenidamente cada movimiento que daba Lula. Segundos despues estabas junto a ellas dentro del agua. La tomaste a Lula en brazos y la levantaste tirandola por el aire, apenas. Lo repetiste varias veces sin dejar de sonreir de como escuchabas la risita de ella. Cada dia cuando llegabas de trabajar repetias la misma accion luego de haberla llenado de besos por no haberla visto. Bianca siempre quedaba segunda, por lo que cuando Lula quedaba dentro del cochesito o continuaba gateando en el piso, vos caminabas hacia Bianca para abrazarla y regalarle algunos besos. Porque ya no son mas robados, sino que se los regalas en cada oportunidad.




-Tenia pensado que hoy a la noche podemos ir a bailar con los chicos - Le revoleaste la pelotita a Rocco para que vuelva a tirarse a la pileta a buscarla. Es que le encanta el agua.



-¿Y volver a ser pendejos por una noche? - Bianca habia cambiado totalmente su pensamiento cuando Lula estaba en su panza. Y ya dejo de preocuparle las noches de boliches o los encuentro de casi todos los dias con nuestro mismo grupo de amigos, habia dejado de tomar cuando comenzo a amamantar y ahora solo toma una copa de vino de vez en cuando.



-Somos pendejos todavia - Nuestros veintitres años los llevabamos en la piel. Yo habia suplantado los jueves de futbol con los chicos por las cosquillas diarias a mi hija, los domingos de partidos por el domingo en familia, aunque de vez en cuando nos juntabamos pero no con tanta intensidad - Hable con Gonzalo esta mañana, vienen despues de las diez.



-¿O sea que no podia negarme? - Yo negue con la cebeza -¿Y que paso con nuestra noche?



-Todas son nuestras noches, amor - Camine hasta ella para dejar un beso en sus labios tomandola de las mejillas - Despues que volvemos de ahi podemos jugar un ratito.



-Quiero vale cuatro - Y la muy picara me guiño un ojo. Y en otra circunstancia ya la hubiese subido sobre mi cuerpo a horcadas y estaria caminando hacia la habitacion -¿Hablaste con Flor a que hora viene a buscarla?



-Dentro de un rato - Bianca me paso a Lula para que la sostenga en brazos para comenzar a nadar de una punta a la otra en la pileta - Despues te toca a vos - Me dijo una de las veces que habia vuelto hacia el mismo lugar donde estabamos. Aproveche que tenia a Lula en brazos para hacerla chapotear un poco mas en el agua antes de sacarla para que Bianca la prepare, porque siempre de esas cosas se encarga ella. ¡Yo soy medio queso para eso! Cuando me di cuenta Bianca estaba a mi lado mientras me sonreia - Que lindo papa que sos - Podia notar sus ojos iluminados. Y no es la primera vez que me ve en este rol, ocupandome de Lula como jamas en la vida crei que estaria, pero es Bianca estos ultimos dias habia estado bastante sencible respecto a que ya habia pasado un año de su nacimiento.



-Soy lo que soy amor - Le sonrei para tironearla de un brazo y que se acerque a nosotros - Y vos sos una madre del carajo - Porque nadie mejor que Bianca podria haber escogido para que sea la madre de mi hija y el amor de mi vida - Que das todo por ella...



-Y por nosotros - Me interrumpio enseguida. Y asenti, porque siempre era la primera en levantarse y la ultima en acostarse. Todas las mañanas desayunaba conmigo antes de que me fuera, se encargaba todo el dia de los quehaceres, de su hija, y por la noche tenia la cena lista para que comamos los tres juntos. Creo que nunca en mi vida habia tenido tan buena eleccion.



-Te amo - Susurre antes de besarla por unos segundos, lo que Lula nos permitio antes que nos quisiera separar.



-Yo tambien te amo, mi amor - Lo dijo entre mis labios cuando volvio a chocarlos con los mios. Esta es nuestra forma de demostrarnos que nos amamamos cada vez mas. Cada dia un poquito mas.

Retazos de papel (Y de vida) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora