Capítulo 6.

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El tiempo pasa de manera extraña en Azkaban, si es por el hecho de que la diminuta isla se encuentra en el medio de la nada o si los Dementores tienen algo que ver, no lo sé, lo único de lo que estoy seguro, es que no sé en qué día me encuentro. No sé si ese patético intento de luz que se filtra por las ventanas es el sol o, por el contrario, es la luna anunciando así la llegada de la noche, nada es seguro, lo único que sé es que estoy vivo...

Y que me gustaría no estarlo.

Mi mente es una de mis mayores enemigas, mientras que los recuerdos son confusos y escasos, las alucinaciones son tormentosas.

Recuerdo el momento en que se dijo mi sentencia, recuerdo que alguien de enormes ojos marrones me hizo una promesa, no recuerdo cómo llegué aquí, pero sí el cómo me entregaron a estos seres y en cuanto estuve en sus manos sentí una enorme tristeza... No, no solo tristeza, sentí como me quitaban el alma, pedazo a pedazo. El calor, la felicidad, las ganas de vivir, todas se iban de mí y sin yo poder hacer nada, lo peor es que yo estaba consciente de que esto solo era el comienzo.

La primera semana se sintió como una pesadilla, no puedo recordar un peor momento de mi vida, y eso que los estoy reviviendo uno por uno desde que llegué aquí. En forma de alucinación, recuerdo o sueño, no importa, me torturan sin descanso y me obligan a verme como lo que soy, como lo que realmente soy.

¡Un monstruo!

Pues solo un monstruo puede cometer los actos horrorosos que hice, ayudé a la persona más cruel de todos los tiempos a destruir Hogwarts, mi hogar y el de muchos magos inocentes más... ¡Merlín! Estoy seguro de que hubo uno que otro niño que no logró escapar. Lastimé y destruí a mi familia aceptando la marca tenebrosa, por mi culpa murió gente inocente, porque no fui tan valiente para detener al señor tenebroso. Aún puedo oír los gritos de esos pobres muggles y magos que fueron torturados en el sótano de mi casa, suplicando por su vida antes de que mi loca tía llegara a quitárselas sin piedad, causé que mis amigos me siguieran en el camino hacia el lado oscuro y después por mi culpa uno de ellos murió. Una persona que me acompañó durante siete años, que a pesar de que no era muy listo confiaba en mí con los ojos cerrados, Crabbe murió por mi culpa, al igual que muchas otras personas inocentes, Fred Weasley, Remus Lupin... mi prima Nymphadora, soy causante de sus muertes y nunca esperaré un perdón.

Pero en especial recuerdo a Granger, sus gritos al ser torturada resuenan en mis oídos, el olor a su sangre cuando mi tía la torturaba... recuerdo todo.

Ni siquiera cuando duermo estoy a salvo, pues mis sueños están plagados, donde todas esas personas me acorralan y me quieren llevar con ellos. Sueño con sus continuos reproches y sus llantos de angustia, sus gritos de odio, sus ojos sin vida y sus manos arrancándome la piel pedazo a pedazo, cuando estoy al borde del pánico estos se convierten en Dementores y me dan el beso. Al despertar sigo en mi celda, pero no estoy solo, más de una docena de Dementores me rodean, cuando me ven despierto se retiran a sus puestos de guardia, creo que ellos disfrutan mucho con mi sufrimiento, creo que es por lo que hice poco antes de ser encerrado en este infierno.

Mi Razón Para Seguir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora