El señor tenebroso ha caído y con él la situación de sus Mortifagos más leales es oscura, entre entregarse a los aurores, asumiendo las consecuencias de sus actos y muy probablemente pasando el resto de su vida en la temible prisión de los magos o p...
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— ¡ESTO NO PUEDE SER! Grito con todas mis fuerzas a, bueno, nadie en particular, camino echa una furia en dirección a la madriguera. Hace unos instantes que llegamos del ministerio de magia, con toda la información que recopilamos a lo largo de semanas, estaba segura de que podríamos liberar a Malfoy, se lo debíamos a él y a su madre, sin embargo... ese ¡estúpido consejo de magos! Prueba tras prueba la fueron desestimando como si no fuera nada, como si el negarse a revelar que era Harry al que capturaron aquellos carroñeros hubiera sido algo tan fácil como respirar.
Kingsley, ese buen hombre, estoy segura de que estaba de nuestro lado, pero el nuevo y recién inaugurado consejo se negó con rotundidad, solo nos queda defender nuestro caso en el nuevo juicio que se realizara en dos semanas más, ya que según el consejo.
"Por el momento no teníamos suficientes pruebas."
Juro que cuando el anciano dijo eso sentí que mi varita zumbaba, dispuesta a lanzar una maldición a todos los que estaban ahí presentes, por suerte, Ron y Harry estaban ahí, evitando que hiciera una locura, mis amigos me sacaron casi a rastras.
Escucho el inconfundible sonido de aparición y sé que tanto Ron como Harry han llegado
— Ya tranquila, este no es el lugar adecuado para hacer rabietas. —Susurra en mi odio Ron.
Lanzo una mirada a mi alrededor mientras respiro para intentar calmarme, después de todo mi novio tiene razón, ya que desde hace un mes la madriguera cuenta con nada más y nada menos que nuevos vecinos, una de las familias sangre pura más antiguas del mundo y a la que por cierto estoy tratando de hacer que su integrante más joven salga de prisión, los Malfoy.
No tengo ni la menor idea de cómo ocurrió esto.
Luego de su propio juicio, estaba segura de que al igual que Draco serían enviados a Azkaban; sin embargo, para consternación de toda la comunidad mágica la sentencia de ambos patriarcas fue muy distinta, todos sus bienes materiales, mansiones, oro, reliquias, todo se les fue confiscado, solo podían acceder a una muy pequeña suma de dinero cada mes, además su magia sería tan limitada como les fuera posible así que me he enterado por Molly que han tenido que hacer muchas cosas sin ayuda, además de que son oficialmente vigilados por alguien de suma confianza para el ministerio.
No creo que sea coincidencia que la familia de confianza sean precisamente los Weasley, pero fuera de eso lo único que se es que ambos viven en una casa un poco más grande que la madriguera y salen muy poco de esta, el señor Lucius tuvo que conseguir trabajo en el ministerio de magia el cual asegura el señor Weasley que no es algo en lo que jamás se imaginó viendo a Lucius trabajar, por otro lado, Narcisa es ama de casa. Molly asegura que la pobre mujer parece estar pasándola mal, jamás en su vida había hecho semejante cosa así que ahora toca aprender de sus errores.
Pareciera que el matrimonio está muy bien, sin embargo, por las noches, si uno presta la suficiente atención, se puede oír que esta pareja de magos repiten entre sollozos una única palabra que se convirtió en un rezo para ellos, el nombre de su único y amado hijo.