El señor tenebroso ha caído y con él la situación de sus Mortifagos más leales es oscura, entre entregarse a los aurores, asumiendo las consecuencias de sus actos y muy probablemente pasando el resto de su vida en la temible prisión de los magos o p...
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Voy en camino a ver a Hermione, ya que tenemos planeado pasar esta tarde libre en la biblioteca adelantando una redacción que es para entregar dentro de tres días. Tal vez sea capaz de convencerla, aplazar la tarea y pasar un momento más divertido... y lejos de la molesta bibliotecaria que me taladra con la vista cada cinco minutos.
Voy caminando por entre compañeros que tratan de ignorarme lo más posible.
Tengo que admitirlo, el baile fue una gran idea, la atención para los hijos de Mortífagos desapareció por completo unos días después y los ataques terminaron de una vez por todas, de no ser por Valentine y su pandilla toda estaría en calma, pero, no puedo pedir milagros.
Doblo la última esquina que me queda para llegar a la sala común de Gryffindor cuando reconozco una cabellera castaña que se aleja por la dirección contaría a la que me encuentro. Sin perder más tiempo y muy confundido me lanzo a la carrera esperando alcanzar a Hermione, pero es muy grande la ventaja que me lleva, sigo corriendo hasta que la pierdo en el mar de estudiantes que a esta hora se dirigen al almuerzo, me estiro todo lo que puedo para tratar de verla y cuando al fin lo consigo...
Es extraño, parece ser que un campo de fuerza obliga a los estudiantes de alrededor a pegarse en la pared para darle paso a mi castaña, abriendo un camino que la lleva a Merlín, sabe dónde.
—Asombroso —murmuro sin darme cuenta antes de echar a correr tras ella nuevamente.
Sigo en la carrera cuando me doy cuenta de algo increíble, Hermione está siendo guiada por una esfera de energía mágica pura, atónito continuo corriendo detrás de ella.
Sabía que Hermione era poderosa, pero esto es algo diferente, estas esferas son muy escasas, según lo que he leído de un libro muy extraño que se encontraba en la biblioteca de la mansión hay muy pocos magos capaces de hacerlas por el simple hecho de que equivalen tu nivel de magia o incluso más, un mago poderoso apenas y puede crearlas además de que las raras ocasiones en que se logran son diminutas, del tamaño de una snitch por decir mucho, aun así la que está frente a Hermione es del tamaño de mi puño y parece tener conciencia propia. Lo más asombroso es que nunca había escuchado que un mago hijo de padres muggles lograra realizar algo como esto.
—Hermione – grito una vez se ha detenido, pero ella me ignora y sigue adelante.
Veo con horror como se detiene frente a la pared que en sexto año llegue a odiar con todas mis fuerzas, mientras que la esfera de energía vuela al otro lado, directo a la sala de los menesteres. Con vacilación me acerco a Hermione, no estoy seguro de que es, pero su magia es aún más grande que antes, la puedo sentir desde esta distancia.
Se queda viendo la pared en la que la entrada a la sala de los menesteres debería de aparecer —Dejo de funcionar ¿No?— Me pregunto internamente y para ser sinceros es lo que espero, aun así mis esperanzas mueren al ver como una pequeña puerta aparece justo antes de que llegue al lado de Hermione.
