Advertencia: contenido gráfico de tortura, si eres sensible a dicho tema por favor no lo leas.
Si pensaba que este lugar es malo era porque no sabía lo que me esperaba.
Con el tiempo trascurriendo de manera extraña, si sabía si era de día o de noche era un milagro, hoy era una de esas extrañas noches donde la luna llena caprichosa brillaba por la pequeña ventana de mi celda, luchando de manera casi constante con superponerse con las nubes.
No quería dormir, pues sabía que si caía en los brazos de Morfeo esas malditas pesadillas me torturarían toda la noche y me harían revivir mi nueva tortura, la noche en que casi maté a Dumbledore se revive casi de manera perfecta. Siento el pánico corriendo por mis venas y el miedo por los Mortífagos que estaban a mi espalda, la única diferencia entre el sueño y la realidad es que aquí Snape nunca llegaba. Así que me veo a mí mismo lanzando la maldición asesina al anciano, veo a cámara lenta como su cuerpo cae de la torre de astronomía, pero en algún punto esto cambia y el cuerpo que choca en el suelo es el de Granger.
Despierto en medio de lágrimas y sudor, atormentándome a mí mismo, pues sé que si mis órdenes hubieran sido otras habría matado a la chica sin dudarlo.
Los Dementores me están afectando cada día más, con el paso de los días he creído escuchar voces y no solo la de los otros reos, sino que también escucho mi nombre pronunciado con una voz llena de odio que no logro identificar del todo.
Me está volviendo loco, por lo que cuando lo escuchó me cubro los oídos y me pongo a tararear la única canción que me sé y que estúpidamente me calma, la canción de Hogwarts. Aquella de la que en mi primer curso me burlé durante toda la noche y de la cual insulté a su creador sin saber que en un futuro no muy lejano esta molesta melodía sería mi tabla salvavidas.
Esta noche las voces son fuertes, mi cuerpo tiembla de pies a cabeza, por lo que tratando de ahogar los sonidos, me encojo en uno de los rincones cubriendo mis oídos con la palma de mis manos y cantando la ridícula canción.
—Aunque seamos viejos, con las cabezas calvas o...
Sin embargo, no pude continuar, pues una voz me interrumpe cantando a su vez.
—O jóvenes con las rodillas raspadaaaaaassss...
Alarmado levanto la vista, en la puerta de mi celda se ve la silueta de un hombre enmarcada por el débil brillo de la luna, su cara está oculta por las sombras. Con movimientos vacilantes me levanto de mi lugar hasta colocarme de pie, todas mis alarmas suenan, por lo poco que puedo ver de su ropa el hombre no es un auror, ya que trae puesto un traje desgastado. Mi cerebro me dice que debe ser un reo; sin embargo, esto debería ser imposible, todos estamos confinados en celdas que son imposibles de abrir, sin contar con una varita la cual nos quitan antes siquiera de poner un pie dentro de Azkaban.
Siento la mirada del hombre clavada en mí, examinándome de la misma manera que yo lo hago con él.
—Hay muy pocas familias en el mundo mágico con cabello platino... eres Malfoy, ¿verdad? No, espera, ese es tu patético padre, tú... tú eres Malfoy hijo, si no me equivoco. —No es una pregunta, así que no me molesto en contestar.
Sus palabras me ponen en alerta aún más e internamente trato de identificar a todos los que pueden odiar a mi familia con la intensidad que este hombre parece tener solo con pronunciar nuestro nombre, aunque, para ser sinceros, en este momento la lista se me antoja enorme. Aun así no me detengo y repaso entre Mortífagos, magos que perdieron a alguien en la primera y segunda guerra, hijos de muggles.
—¿Sabes, niño? También soy un Mortífago. —Habla incluso antes de que pueda pensar en algo que preguntarle; sin embargo, me quedo de piedra al ver como lentamente se descubre el brazo izquierdo, dando paso a la marca maldita que ha protagonizado todo lo malo que ha pasado en mi vida, pero que en su tiempo estuve tan orgulloso de portar.
La marca tenebrosa me devuelve la vista causando que me tense mucho más, ahora entiendo el brillo de odio en los ojos de este hombre, ante él no soy más que un traidor. Con la nueva información trato de identificar al hombre nuevamente; sin embargo, considerando que el número de Mortífagos aumentaba de manera constante y que el señor tenebroso no permitía que conociéramos la identidad de todos, es difícil para mí ubicar al hombre.
—¿No sabes quién soy? Bueno, no hace falta, pues terminaré con tu miserable existencia para que no vayas a llorar con tus papis asquerosos, ¡TRAIDOR!
El hombre se mueve rápido, ni siquiera me di cuenta el momento en que abrió la puerta de la celda hasta que fue muy tarde y mi cuerpo choca con la pared, no tengo tiempo de recuperarme cuando la lluvia de puñetazos llueve sobre mi cuerpo. Podría defenderme, pero mi cuerpo se sentía tan débil y cansado y la fuerza de este hombre en comparación es monumental, así que solo me quedo ahí en posición fetal, aguantando los puñetazos patéticamente.
—Malditos traidores, tú y tus padres, tu maldita madre fue la causante de que todo se fuera al diablo, le mintió al señor tenebroso y no creas que nadie se dio cuenta como tú y tu padre hechizaban a cuanto Mortífago podían. No merecen esa marca que tienes en el brazo, no son dignos y yo me encargaré de arreglar eso.
Dicho esto rompe la manga de mi túnica de reo dejando al descubierto mi propia marca tenebrosa, a pesar de que se ve mucho mejor que yo, no puedo negar que es un reo cuando sus largas uñas se clavan en mi brazo rompiendo la piel y arrancándome la marca tenebrosa a base de arañazos.
El dolor es insoportable, así que grito, maldigo y ruego pidiendo piedad en vano, el hombre se afana en arrancar cada gota de tinta de mi piel hasta llegar al hueso, la sangre se desborda de la herida de manera continua y yo me dejo la garganta en carne viva.
Pasan horas o minutos, no lo sé, pero el hombre parece satisfecho, rodeado de felicidad cuando se separa de mí, su cara sigue siendo borrosa, pero esta vez es por las lágrimas que caen de mis ojos que me impiden ver. El hombre me sonríe con la boca manchada de sangre, parece que no se limitó a arrancar mi piel con las uñas.
—Ya que no puedo salir de este lugar, voy a divertirme torturándote niño, después de todo, tú causaste todo esto.
Dicho esto, el hombre se levanta y se va como vino, como una sombra en medio de la noche, pero dejando mi cuerpo roto ahí en medio del suelo.
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F.E: 12/03/23
chale sigo siendo igual que cruel.
en fin.
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Mi Razón Para Seguir.
FanfictionEl señor tenebroso ha caído y con él la situación de sus Mortifagos más leales es oscura, entre entregarse a los aurores, asumiendo las consecuencias de sus actos y muy probablemente pasando el resto de su vida en la temible prisión de los magos o p...