Capítulo 22.

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Estoy parada en medio del gran comedor, a lo lejos veo una sombra, una sombra que está apuntando a dos personas que conozco muy bien

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Estoy parada en medio del gran comedor, a lo lejos veo una sombra, una sombra que está apuntando a dos personas que conozco muy bien.

Mis padres están paralizados de miedo mientras que la persona desconocida ríe como demente, quiero correr, pero soy incapaz de hacerlo, cientos de inferís que aparecieron de la nada, lucho con los monstruos y a lo lejos escucho que la sombra lanza la maldición asesina.

Apenas puedo ver cómo el rayo verde impacta a mis padres justo en el pecho, robándoles la tan preciada vida.

Es solo en ese momento en el que puedo librarme de los inferís que se van de la misma manera en la que llegaron, corro hacia donde están los cuerpos de mis seres amados tendidos en el piso y lloro la impotencia de no haberlos salvado, ni toda la magia que recorre mi cuerpo me ha ayudado.

La sombra está llamando, un susurro seductor y risas burlonas.

Enfurezco, dejando a mis padres en dónde están alzó mi varita, un torbellino se forma a mí alrededor, la magia está fuera de control chisporroteando en pequeñas explosiones.

Estoy en el gran comedor, pero me importa una mierda lo que pueda pasar, con un estallido de magia mandando maldiciones a ciegas que impactan en todos lados, las voces que reían y llamaban guardan silencio

La magia explosiva cesan, pero mis lágrimas no, hora bajan más, muchas más al ver lo que he causado

Nuevos cuerpos.

Muchos más

Harry, Ginny, Draco...

Todos con los ojos inexpresivos y yo he causado esto.

Caigo de rodillas y grito, no puede ser, esto es una broma.

—Este es el motivo por el que los sangre sucia no merecen llevar una varita, ahora estás contenta ¿no? Mataste a todos, tú lo hiciste —La sombra ha vuelto y susurra a mi oído.

Llevo mis manos a mis oídos, está mintiendo, yo no los lastime, no es mi culpa. Es suya, todo esto es su culpa.

Me vuelvo dispuesta a terminar con quién causo esto, pero al darme la vuelta veo a Bellatrix con su horrenda sonrisa.

—¿Lo ves ahora?, no eres digna de nada, ni siquiera de la vida, sangre sucia, inmunda.

Su figura es la de Bellatrix, pero su voz es la de un hombre. No puedo pensar más porque la mujer lanza el hechizo que me aplicó muchos meses atrás

—¡Crucio!

El dolor es instantáneo, miles de cuchillos traspasan mi piel, mis órganos internos arden cuál ácido, estallan, debería estar llena de sangre, pero no hay nada, nada más que dolor y mis gritos de agonía.

—¡Hermione! —Bellatrix llama ensuciando mi nombre.

—¡Hermione! —La mujer se acerca, estoy segura, su voz lo indica

Mi Razón Para Seguir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora