Advertencia, este capítulo contiene lenguaje fuerte, si no te sientes cómodo recomiendo no leer.Estoy sentada en la sala de la madriguera con un libro en las manos, el reloj marca lentos segundos, la casa está en un silencio total, siendo demasiado tarde para que alguien más esté despierto. Es el ambiente idóneo para sumergirme en mi lectura, pero a pesar de mis mejores intenciones no puedo concentrarme, mis ojos están fijos, esperando a que alguien entre por la puerta, ese alguien es el chico que ha estado siempre a mi lado, pero que en los últimos días me ha sacado de mis casillas por comportarse como un auténtico idiota.
Solo con la discusión de hoy en la mañana tengo razones de sobra para lanzarle una buena maldición.
**Inicia recuerdo**
Cinco días después de la discusión en la cocina y Ron solo había pasado por la madriguera para dormir unas cuantas horas, largándose todas las mañanas, muy temprano y llegando muy noche. Nadie tenía noticias de él, salvo Harry, causando que tanto la señora Weasley, como yo misma, nos estuviéramos volviendo locas de la preocupación. La única noticia que tenía de su paradero fue porque una tarde, sin querer, escuché una conversación entre Harry y la señora Weasley, en donde el de lentes le decía a Molly que su hijo estaba bien, pero que el señor inmaduro no quería verme.
Luego de enterarme de esto pensé en qué hacer, debíamos hablar de esto, no huir como lo estaba haciendo Ron, luego de mucho dudar decidí acorralar al pelirrojo en la mañana antes de que se fuera y aclarar las cosas entre nosotros.
Por desgracia, las cosas nunca salen como se planean.
Me había levantado muy temprano, asegurándome de que Ron estuviera en su cuarto antes de bajar a la sala y esperarlo ahí. No pasó mucho tiempo antes de que se escuchara el movimiento en la planta alta, en la habitación que Ron y Harry compartían desde hace años, así que me preparé para lo que sea que ocurriera a partir de ahí. No pasó mucho tiempo cuando veo que bajaba las escaleras con paso rápido.
—¿Piensas irte otra vez? —susurro desde las sombras, causándole un susto de muerte.
Él me observa un momento recuperándose, el semblante poco a poco le cambia de desconcierto a una seriedad total, reflexionando bien lo que está por decir; sin embargo, al final responde.
—¿Y que si lo hago? Déjame en paz, no quiero verte.
—No —exclamo con tranquilidad, debo hacer que me escuche—. Tenemos que hablar Ron, tu madre está muy preocupada y Harry me ha dicho que...
—¡A ti qué te importa que mi madre esté preocupada! Es mi familia después de todo. Tú no tienes nada que hacer aquí, lárgate, deja de molestarme, tengo cosas que hacer.
Lo intento, en serio que lo hago, pero él empieza a gritar y nunca he podido quedarme callada cuando él empieza, así que molesta por su poca disposición para hablar, respondo de la misma manera.
—¿Y SE PUEDE SABER QUÉ SON ESAS COSAS?
—¡REPITO! No te importa, es mi vida y esta es mi familia, haré lo que quiera y no tengo que rendir cuentas ante nadie... y mucho menos a alguien que le importa más ayudar a un maldito Mortífago que estar con su supuesto "novio".
Incrédula porque justo en este momento este sacando a colación sus celos infantiles.
—¡POR MERLÍN, RONALD! ¡DEJA TUS MALDITOS CELOS DE LADO! Esto, lo que está pasando entre nosotros, no tiene que ver con el hecho de que yo decidiera ayudar a Malfoy, nosotros... o al menos yo, vine aquí a aclarar este malentendido.
—¿Y quién decidió eso? Yo no tenía la más mínima intención de hablar contigo, pero tú como siempre impones lo que quieras, bueno, pues yo también tengo muchas cosas que decir, veamos... dime Hermione, ¿alguna vez te has cuestionado el porqué de estas repentinas ganas de defenderlo? Es un asesino que fácilmente te podría haber matado a ti y a tu familia, pero claro, qué ha de importar eso, si quieres acostarte con el solo ve y...
No lo dejé terminar, le solté una cachetada que se escuchó por todo el lugar e hirviendo de rabia, le grito.
—¡No me hables así maldito cabezón! Me conoces de toda la vida y...
—¡CALLATE! —Me grita con una expresión que me hace retroceder presa del pánico, nunca lo había visto tan molesto.
Por suerte en ese instante Harry aparece e interponiéndose entre nosotros le dice a Ron que se vaya, cuando se asegura de que el pelirrojo se ha ido regresa y me abraza consolándome como lo ha hecho desde que nos conocimos. No lo pienso siquiera, en agradecimiento planto un suave beso en la mejilla de Harry, para empeorar las cosas, miro como la puerta de la entrada se abre en ese preciso momento, Ron observa la escena en silencio y apretando la mandíbula se larga.
**Fin del recuerdo**
Todo se fue al caño esta mañana, pero no me rendiré, debo aclarar las cosas con Ron, buscar una manera de solucionar esto, o de lo contrario, terminar por lo sano. No podría soportar que esta amistad que ha durado siete años se vaya al caño por una relación fallida, somos más maduros que eso, podremos arreglarlo o ser amigos una vez más porque perderlo a él como amigo sería perder una parte de mí.
Con todas estas cosas rondando en mi mente y a pesar de mis mejores esfuerzos, me quedo dormida en el sillón.
No sé cuánto tiempo pasa, pero de repente me despierto sobresaltada al oír ruidos en la entrada, mi mano se dirige de manera automática a mi varita que descansa justo a mi lado y me quedo muy quieta, en alerta máxima, esperando que el intruso crea que sigo dormida.
Siento cuando el intruso se acerca a mí y aunque reconozco a la persona en cuestión, formo un alocado plan, así que antes de arrepentirme exclamo con voz clara.
—¡Petrificus totalus! —De mi varita sale un rayo azul, el cual es tan efectivo como siempre, haciendo que el individuo se quede quieto antes de caer al suelo. Levantándome lentamente y encendiendo las luces, observo al atacante.
Me siento mal por lo que he hecho, pero sé que solo así conseguiré hablar con él sin que nos gritemos el uno al otro. Él está de espaldas y prefiero que así se quede, pues no quiero ver la mirada de rabia que es seguro que me está dirigiendo en estos momentos, así que reuniendo todo mi valor de Gryffindor, empiezo a hablar con la voz más tranquila que encuentro.
—Lo siento por esto, Ron, pero si te despetrifico estoy segura de que no podremos hablar sin gritarnos el uno al otro, empezaré diciendo que siento mucho lo de esta mañana. No era mi intención acorralarte así, pero no puedo hablar contigo de otra manera, en cuanto a lo otro, solo quiero que entiendas que no estoy preparada para semejante paso que quieres que demos juntos. Como bien sabrás yo quiero terminar mis estudios y por el momento es lo más importante para mí, necesito retomar la normalidad en mi vida antes de que me vuelva loca de remate, este es el mejor medio que encontré, volviendo a la escuela. Lo siento si no les mencioné nada de esto a ti y a Harry, pero fue justo por esto que no lo hice, temía a tu reacción y a lo que podrías hacer, además, cuando le pedí ese favor a la profesora MacGonagall solo lo decía por mí. Sé que puede sonar egoísta, pero quería que ustedes decidieran si querían o no volver a Hogwarts. El porqué la profesora lo hizo obligatorio para todos es algo que desconozco, lo siento si esto interfiere en tus planes, pero tampoco pienso dejar que por esta decisión me insultes a mí y a mi familia. Así que ahora te voy a despetrificar y esperaré a que me digas lo que tengas que decirme, sin que me grites y prometo escucharte.
Después de mi gran discurso me arriesgo y con un movimiento de mi varita retiro el hechizo. Veo con paciencia como Ron se levanta tambaleante y de manera extraña, como si le costara mantenerse en pie, con extrañeza lo observo un poco más a detalle y entonces me doy cuenta de algo de lo que no me había percatado antes.---------------------------------
F.E: 09/04/2023.
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Mi Razón Para Seguir.
FanficEl señor tenebroso ha caído y con él la situación de sus Mortifagos más leales es oscura, entre entregarse a los aurores, asumiendo las consecuencias de sus actos y muy probablemente pasando el resto de su vida en la temible prisión de los magos o p...